.En la imagen, vista general del puerto de Valencia vista desde el lago de la Albufera. EFE/ Biel Aliño
El Consejo de Ministros ha autorizado este martes, a propuesta del Ministerio de Transportes y Movilidad Sostenible, la licitación de las obras de construcción del muelle de contenedores de la terminal norte del Puerto de València por un valor estimado de 656,7 millones de euros (IVA no incluido).
Esta actuación, anunciada en València el pasado jueves por el ministro de Transportes y Movilidad Sostenible, Óscar Puente, "supone un impulso a la construcción de esta nueva terminal, concebida bajo estrictos criterios de respeto medioambiental y aparejada al objetivo de derivar los tráficos de los contenedores desde la carretera al tren".
La nueva terminal de contenedores, con cinco 5 millones de TEUs (contenedores equivalentes de 20 pies) de capacidad (que se añaden a los 7,5 millones actuales), estará completamente electrificada y operará con energía de origen 100 % renovable, ha informado el ministerio en un comunicado.
Asimismo, contará con un área de depósito totalmente automático y una terminal ferroviaria adyacente de 6 vías de 1.000 metros de longitud, que será la de mayor tamaño en España, lo que permitirá incrementar el uso del ferrocarril para el tráfico de mercancías.
Los operadores dispondrán de una nueva terminal pública de contenedores innovadora, flexible y sostenible, que permitirá operar a los mayores buques de última generación (portacontenedores MEGAMAX de hasta 430 metros de eslora).
Además, ayudará al puerto, que ya opera "cerca de su punto de saturación", a responder al crecimiento de la actividad y seguir siendo una infraestructura de referencia dentro del tráfico mundial de contenedores.
Más de 1.600 millones de inversión
Diseñado bajo un esquema de colaboración público-privada, el proyecto contará con una inversión total de más 1.600 millones de euros.
Mediante este contrato, la Autoridad Portuaria de Valencia se encargará de construir la infraestructura básica (dragado, muelle y relleno consolidado), mientras que la compañía TIL, de la naviera MSC, invertirá en la superestructura, instalaciones y material móvil.
Gracias a diversas inversiones y a otras que están en marcha del ministerio que han movilizado 240 millones en actuaciones ferroportuarias, el Puerto de València ha ganado cuota de transporte de mercancías por ferrocarril a lo largo de los últimos años.
La ampliación norte del puerto contará con una red de vías de carga y descarga que será la mayor terminal ferroviaria construida hasta la fecha en un puerto español y, con ella, se multiplica por cuatro su capacidad actual.
El ministerio ha destacado también que esta actuación servirá de palanca para un cambio hacia una movilidad más sostenible y con menos emisiones, dado que reducirá el número de camiones en los accesos al puerto y permitirá descongestionar las carreteras que rodean el área metropolitana de la ciudad de Valencia.
En concreto, ayudará a descongestionar la autovía V-30 como vía de entrada sur al Puerto de València y, con ello, mejorará la movilidad metropolitana de València.
La ampliación pone en peligro playas y la Albufera, según vecinos y ecologistas
La ampliación norte del puerto de València aprobada por el Consejo de Ministros pone en peligro las playas del sur de la ciudad y la Albufera y genera un coste externo a la sociedad de 6.000 millones de euros, según denuncian a EFE asociaciones vecinales y ecologistas que integran la Comisión Ciudad-Puerto.
El proyecto, desbloqueado ahora por el Gobierno central tras varios años de polémica en torno a sus afecciones ambientales, llega a una nueva fase de luz verde por parte del Estado que era demandada por el sector empresarial en general y portuario y naviero en particular, y por todos los partidos políticos menos Compromís.
Impacto en las playas del sur
El miembro de Per l'horta -una de las asociaciones de la Comisión- Josep Gavaldá asegura que los efectos "son brutales" en las playas de sur y "ya se ha visto cuando han gastado 30 millones en la regeneración de la playa de El Saler. La primera ampliación norte tuvo sus efectos pero ahora son más intensos", apostilla.
En el mismo sentido, la portavoz de Ecologistes en Acció, Pau Monasterio, además de asegurar que las regeneraciones son acciones temporales, incide en que "ha sido fundamental la acción de barrera al transporte de sedimento de las sucesivas ampliaciones del puerto" para la pérdida de arena en las playas.
"La única solución de la naturaleza para aminorar o mitigar este impacto de esas barreras es deshacer la última ampliación del dique norte, que solo se hizo el muro. Económica y ecológicamente es lo más eficiente para proteger nuestras playas", señala.
El presidente de la Asociación de Vecinos de Nazaret -también miembro de la Comisión-, Julio Moltó, recuerda que en el barrio ya tienen "una larga trayectoria de cómo afecta el puerto a las playas" porque ya perdieron el arenal con la expansión del puerto en 1986.
"Hay una deriva de la corriente en esta parte del Mediterráneo y todos los obstáculos que se interponen, como son los diques del puerto, retienen la arena del norte y en el sur se va perdiendo", explica.
"Cuando la playa estaba pegada al dique de desvío sur del Turia, crecía, pero cuando salía de ese resguardo, desaparecía. Eso pasa ahora entre la desembocadura del cauce nuevo prácticamente hasta Cullera", resalta para advertir: "Cualquier ampliación que haga el puerto incidirá muy negativamente en las playas de sur".
La Albufera en peligro
"La Albufera está en peligro de salinización y ello conllevará el fin de la vida animal y de las cosechas de arroz. Los efectos son imposibles de mitigar", alerta Gavaldá.
Moltó subraya que junto a los problemas que han tenido desde hace cuatro décadas, "desde la destrucción de la playa de Nazaret, hay una novedad alarmante: el cambio climático. Los temporales tienen cada vez más fuerza y el agua del mar está más caliente, y eso incide directamente en las playas del sur e incluso en la Albufera".
"Hay riesgo de que se cuele agua salada a la Albufera. Si a ello contribuyen las infraestructuras duras del puerto, se ponen en riesgo las playas del sur y el parque natural", añade.
Monasterio explica que la Albufera es un sistema de agua dulce y, "precisamente, lo que hace que sea dulce es la barrera de arena que la separa del mar, la Devesa. Las playas son la primera línea de defensa de Albufera. Si esa barrera arenosa cada vez se estrecha más, aunque se rellene temporalmente, acabará de hacer esa función".
"El agua del mar contacta con la de la Albufera en el subsuelo cada vez más y se van salinizando sus zonas más sensibles. Llevamos años detectando ese proceso de salinización", indica; ello afecta a todo el ecosistema de plantas, animales, pesca y agricultura.
Según la portavoz de Ecologistas en Acció, la falta de agua dulce, junto a los problemas derivados del cambio climático, y todo ello acelerado con las ampliaciones del puerto, conforman un "cóctel perfecto" para que la Albufera deje de ser tal y como se la conoce.
A su juicio, la ampliación del puerto es como "echar gasolina a un incendio que tenemos en la puerta de casa".
6.000 millones de costes externos
Gavaldá explica que la ampliación prevé pasar de 5 a 12'5 millones de contenedores en el puerto, lo que aumentará en la misma proporción el número de barcos y camiones (hoy en día son 5.000 camiones diarios).
"El transporte -asegura- tiene impactos que paga la sociedad, los costes externos"; lamenta que "la economía actual no contempla ese impacto" y detalla que, según un informe de la UE de 2019, el primero que mide el coste en dinero público, se ha hecho una estimación "prudente" y "conservadora" de lo que supondrá la ampliación del puerto.
"A coste de 2019, la ampliación del puerto supondrá 6.000 millones de euros por la afluencia de mercancías al puerto en 35 años. Es una barbaridad. Supone regalarle dinero público a una empresa privada, que obtiene beneficios y nosotros solo recibimos efectos negativos", critica.
"La ampliación del puerto tendrá un beneficio de 1.000 millones pero hemos calculado que en ese periodo habrá que pagar 6.000 millones. ¿Dónde está el beneficio social?", se pregunta.
A su juicio, "el puerto debería gestionar mejor el espacio que tiene y damnificar a los afectados por las ampliaciones de estos años", y tacha de "falso" que sea una ampliación "ecológica", como proclamó el pasado jueves el ministro Óscar Puente.
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