Pancarta de protesta. /EPDAA pocos días de la Cordà, la Associació Veïnal Barri Centre de Paterna (AVBCP) saca a la luz las dificultades que históricamente han sufrido los vecinos y que ahora, unidos, exigen resolver. Lejos de la imagen festiva, los residentes enfrentan imposiciones, gastos y una gestión municipal deficiente.
La carta enviada en julio por Gespa, que no recibieron todos los vecinos, es el ejemplo inicial de esta problemática. En ella se impone la instalación de protecciones en una fecha y semana concretas, advirtiendo que si el vecino no está en casa ese día, no se instalarán. Esta rigidez, sin margen para la conciliación laboral o familiar y sin un teléfono de contacto para reorganizarlo, refleja una gestión que ignora las necesidades reales de los residentes.
La AVBCP quiere dejar claro que su malestar es exclusivamente con la dirección de Gespa y la cúpula política. "Los empleados de Gespa son los auténticos héroes de este evento", afirma la asociación. "Son ellos quienes, a pie de calle, soportando altas temperaturas y sufriendo una pésima gestión por parte de sus directivos, solucionan los problemas y se desviven por ayudar. Nuestro apoyo para ellos es total”.
Contrariamente a lo que mucha gente cree, el Ayuntamiento no financia las protecciones de viviendas y negocios. Resulta chocante que lo más desconocido de esta tradición sea que son los propios vecinos y comercios quienes deben costearlas íntegramente. Prueba de esta histórica desprotección es el cartel que un vecino ha colgado en su fachada: "PROTECCIONES CORDÀ HECHAS Y PAGADAS POR MI PADRE AÑO 2004", o la pancarta de otro vecino donde se critican los hechos con humor, una evidencia que destapa el serio problema estructural que se arrastra desde hace décadas.
Los vecinos señalan un agravio comparativo: "mientras a los residentes la fiesta nos supone un desembolso económico más allá de las costosas protecciones, como una limpieza exhaustiva de patios, cortinas, pintura, filtros del aire acondicionado, etc., a otros no les supone nada".
Además, critican que "se han ido incrementando los kilos de pólvora y ampliando el área de fuego, pero poco o nada ha cambiado respecto a la seguridad de las viviendas, siendo los vecinos quienes corren con las reparaciones y gastos de los desperfectos, para que luego, con suerte, te abonen parte de la factura, pero nunca la totalidad”. El problema de fondo persiste: el Ayuntamiento de Paterna, que alardea de pagar a proveedores en 21 días, lleva casi un año sin abonar las indemnizaciones por los desperfectos de la Cordà de 2024. A diez días de la edición de 2025, hay afectados que siguen esperando el pago o la reparación total, una situación “vergonzosa" según la AVBCP.
Como resultado de la presión vecinal, se ha logrado un avance significativo. La Concejala de Fiestas, Andrea López, se ha comprometido a mantener una reunión específica con la asociación en el mes de septiembre, donde también estarán presentes los responsables económicos del Ayuntamiento. El objetivo de este encuentro será abordar de forma estructural todas las reclamaciones pendientes y buscar soluciones definitivas a problemas recurrentes.
Cabe destacar que esta problemática no es exclusiva de Paterna. La AVBCP ya se ha puesto en contacto con vecinos de Bétera, quienes han puesto en manos de abogados los idénticos problemas con las protecciones, daños e impagos.
A esto se suma la guerra de responsabilidades sobre la accesibilidad en los negocios, donde comerciantes y Ayuntamiento se culpan mutuamente mientras el problema de accesibilidad para personas con movilidad reducida sigue sin resolverse, con ancho de puertas y barreras horizontales que no cumplen la normativa.
La asociación concluye que, mientras la fiesta se vende al exterior como un ejemplo de tradición, su continuidad recae sobre la resiliencia de los vecinos, que exigen ser tratados con respeto y no como un simple obstáculo, y confía en que la reunión de septiembre marque un punto de inflexión en esta situación.
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