De los
privilegios que goza una guiri afincada en Valencia (a parte del sol, de la
naturaleza, de la playa y de todo lo que hace que se viva muy a gusto aquí)
existe una cosa muy interesante y a veces graciosa que, son las expresiones
típicas. Y la verdad, aún después de mil años aquí, sigo topándome a menudo con
locuciones que nunca había oído. Muchas de ellas no se pueden traducir o, si se
traducen literalmente, pierden gracia y encanto.
El castellano es un idioma
vivo y rico. ¡Muy rico ! ¡Son tantas las expresiones populares! En el lenguaje
oral, el uso de frases o palabras coloquiales está muy arraigado y constituye
una alternativa natural al léxico estándar. Al contener tantas metáforas, a
menudo esas expresiones están tintadas de ironía o de humor; permiten imprimir mayor trascendencia a lo
que se desea expresar.
No sé si los mayores las usan mas que los jóvenes (diría
que si) pero está claro que aquí se utiliza tanto en la literatura como en el
lenguaje cotidiano informal. Os confieso que me encanta oírlas, porque las
encuentro graciosas. Poder entender y
usar esas expresiones denota ya un cierto nivel en el dominio del lenguaje.
¡Pero
esto es como un pozo sin fondo ! Nunca se acaban las expresiones y parece que
cuando crees conocerlas todas, pues no, te llega uno con algo nuevo y no lo
pillas. Da rabia (un poco, nada grave) porque pensabas dominar ya el tema. Es la
gracia de la riqueza de un idioma: es tan amplia la oferta de expresiones,
palabras, dichos, refranes, proverbios etc, que nunca acabamos de aprender.
De
hecho, para sobrevivir y participar en una conversación normal, habría casi que
tomar clases de lenguaje coloquial, porque si no, ¡es muy complicado! Me gustan
particularmente los refranes, por esa sabiduría ancestral que desprenden. Están llenos de inteligencia popular, basada en las creencias, experiencias y
observaciones de la vida. Resumen el
sentido común de nuestros ancestros y, a pesar del paso del tiempo, siguen de
actualidad.
También
es muy interesante saber de dónde vienen las expresiones, ya que a menudo tienen una
historia, un origen conocido con más o menos certeza. Por ejemplo, “aburrirse
como una ostra”: ¿¿¿de verdad pensáis que una ostra se aburre más que un
mejillón, una gamba o una gallina ??? ¡Pues no!Por lo visto la expresión viene
de una interpretación errónea de cuando se condenaba a alguien al
ostracismo. Una condena al ostracismo significaba una condena a la soledad y por
tanto, al aburrimiento. Y por confundir ostras con ostracismo ha nacido ese
dicho. La confusión ha sido fácil.¿Y la expresión “ponerlo a huevo”? ¡Seguro que
habéis pensado mal! ¡y no es eso ! Significa ponerlo fácil porque antes los
huevos valían muy poco dinero. A precio de huevo significaba muy fácil de
conseguir.
Bueno, no os voy a redactar un libro de explicaciones sobre el origen
de vuestras expresiones, sólo os diré que la que más uso, ( no es nada poética
lo siento) pero me gusta mucho es :”hay más días que longanizas”. Sirve hoy para
decir que no hace falta darse prisa, que si no se hace hoy se hará otro día. En
realidad, antes era para que la gente no se comiera todo lo que guardaban en su
despensa (todos tenían longanizas en la época), pero no había la opulencia de
hoy. Debían de ser precavidos, no comer
todo porque había menos embutido que días a lo largo del año.
Dicho eso, os
deseo unas buenas vacaciones y os dejo
con la frase de Robert Orben: “En
unas buenas vacaciones no tienes nada que hacer y tienes todo el día para
hacerlo”.
*Directora de www.valencia-expat-services.com
Comparte la noticia
Categorías de la noticia