Una promoción de viviendas de nueva construcción en venta. FOTO M.G. Que el sector inmobiliario está atravesando una crisis aguda desde hace unos años, no es una sorpresa para nadie. Después de que en 2006 la conocida burbuja inmobiliaria llegara a sus máximos niveles, los precios de la vivienda han ido sufriendo una caída en picado que todavía no se sabe si ha tocado fondo, si bien es cierto que ya se están viendo los primeros síntomas de recuperación, ya que se van moderando las caídas e incluso en algunos municipios se están registrando ligeros aumentos.
Desde diversas agencias consultadas por EPdA no dudan en reconocer las dificultades por las que atraviesa el sector inmobiliario, una situación, denuncian, agravada por la intromisión de las entidades bancarias, que también están ejerciendo de inmobiliarias para deshacerse de la gran cantidad de viviendas que han adquirido en los últimos tiempos vía ejecución de hipoteca.
“El principal problema es que los bancos no dan dinero, no conceden hipotecas, a no ser que el comprador se quede con uno de los inmuebles que ellos poseen”, explican desde la Agencia Inmobiliaria Valverde, de la Pobla de Farnals, quienes lo explican con un ejemplo muy gráfico, “no conceden hipotecas ni aunque los solicitantes tengan trabajo fijo y bien remunerado. Una pareja, funcionarios ambos, con unas nóminas que rondan los 1.800 euros netos al mes cada uno, solicitaba una hipoteca de 200.000 euros”, y relatan, “no les concedían el cien por cien de la hipoteca para posteriormente ofrecerles un inmueble similar, propiedad del banco, en el que sí que les financiaban la totalidad del precio y con una carencia de tres años”.
Problemas de financiación
Precisamente, a las dificultades para que el banco conceda la hipoteca, se une el hecho de que, en caso aprobarla, “tan sólo te dan entre el 70 y el 80% del valor de mercado o el valor de tasación, con lo que, prácticamente, los únicos que pueden acceder a una hipoteca son quienes antes han vendido un piso”, explican desde Valverde.
En este sentido, acusan a los bancos de hacer “competencia desleal”, ya que “nos roban los clientes”. Precisamente, la opinión expresada desde la agencia ubicada en la Pobla de Farnals es compartida desde otras inmobiliarias, como sucede en Puçol o es el caso de Nova Alboraia, quienes apuntan que la dificultad para poder vender radica en la financiación.
Desde Valverde reconocen que la situación es muy complicada, “sobrevivimos a duras penas, ya que ahora, ni se vende ni se alquila”, una sensación generalizada, “han cerrado muchas inmobiliarias, la mayoría de ellas, las que abrieron con el ‘boom’ del ladrillo. Con la marcha que llevamos, lo raro es poder continuar”, indican.
En Puçol apuntan que centran sus esfuerzos en lograr la financiación para aquéllos interesados en adquirir una vivienda, “les ayudamos a tramitarla, aunque de entrada en la entidad financiera de turno no hacen más que ponerte pegas, para intentar darle una salida a la oferta de la que disponen ellos mismos”.
En el caso de Quart de Poblet, explicaban desde una agencia a EPdA, se han topado con bancos que les han dicho directamente que no les lleven clientes en busca de hipotecas porque “no van a aceptar ninguna operación ajena a la entidad. La única opción de que concedan una hipoteca es que ésta sea muy golosa”, aseguran.
Sin embargo, no en todas las agencias comparten estas sensaciones. Eduardo, de la Inmobiliaria El Puig, reseña que lo que pasa con los bancos “no es tanto. Es cierto que cuesta sacar las ventas adelante, porque no hay financiación, y las entidades bancarias lo que hacen es su trabajo”
Respecto al nivel de precios, no todos los casos son iguales. En la Pobla de Farnals, apuntan desde Valverde, ha bajado todo bastante, tanto obra nueva como segunda mano, “los precios han bajado entre un 30 y un 40% aquí, y por lo que se refiere a las ventas, han caído un 80% en dos años”, lo que ha provocado el cierre de muchas agencias que aparecieron gracias al boom inmobiliario.
En Nova Alboraia explican que en esta localidad las mayores dificultades se centran en que la gente no está dispuesta a rebajar lo que piden, por lo que los precios de venta, en el caso de Alboraia, se han mantenido, “si obviamos el pico de precios que se alcanzaron en la época de máximo apogeo (2006-2007) estaríamos en unos niveles lógicos”. Sin embargo, el problema es que la oferta no sale, ya que cuesta mucho que quien vende baje los precios, con lo que se produce un embotellamiento de la oferta por acumulación de inmuebles”.
No obstante, insisten, sí que existen grandes diferencias entre la obra nueva y la vivienda de segunda mano a la hora de ver la evolución de los precios, “normalmente, los pisos nuevos no se pueden rebajar, ya que las promociones están hipotecadas y hay que hacer frente a esos préstamos”.
En Puçol, según relataban a EPdA, los precios “no son tan buenos, clientes dispuestos a comprar tenemos, pero se encuentran con el escollo de la financiación, y además, los precios no han bajado tanto como se dice, aunque el que compra, busca chollos y se encuentran con pisos seminuevos con precios desfasados”. En este sentido, explican, si se buscan buenos precios, se tiene que recurrir a pisos de segunda mano de más de diez años. En esta localidad de l’Horta Nord, continúan, la obra nueva también ha caído bastante, “pero nos encontramos con pocos pisos de buenas calidades”.
Diferencias entre municipios
Al respecto, Eduardo, de Inmobiliaria El Puig, añade que el comprador, como hay tanta oferta en el mercado, lo que quiere es “un producto nuevo y en buenas condiciones”, y en cuanto a los precios, relata cómo no es la misma situación la que se vive en todos los municipios de l’Horta, “en El Puig todavía deberían bajar los precios un poco más”, y añade, “no se por qué, si porque la gente cree que con una vivienda aquí tiene algo mejor, pero lo cierto es que los precios aquí se están manteniendo más o menos”.
Para escenificar esta situación, Eduardo compara lo que podría costar un inmueble de similares condiciones en dos localidades próximas, como podrían ser Puçol y El Puig, “si vamos a buscar un piso de entre 80 y 90 m2, de dos, tres habitaciones, garaje y trastero, mientras que en Puçol te puede costar unos 120.000 euros, en El Puig no lo encuentras por menos de 200.000’’.
En cuanto a la evolución de los precios, Eduardo explica que si encuentras a alguien que necesite vender, “puede que baje el precio de venta, pero son los menos casos”. Y sobre la vivienda de segunda mano, es contundente al asegurar que no se vende, “son los pisos viejos y normalmente son los que ponen a la venta los bancos, mientras que lo que busca quien compra es una vivienda nueva o seminueva que esté muy completa, aunque después están pendientes de que se les conceda la hipoteca”.
Eduardo se muestra pesimista por lo que a las expectativas de futuro se refiere, “son muchos los factores que influyen, pero teniendo en cuenta que en 10 años se ha construido lo que se debía construir en veinte, ahora tendremos que esperar diez años más, por lo que a nosotros no nos queda otra que intentar subsistir”.
Quart de Poblet
En Quart de Poblet también reconocían que la situación es complicada, “los precios están cayendo. Hay casos en los que los propietarios tienen que sacar sus pisos a la venta por lo que les queda de hipoteca y ni aun así consiguen comprador”, y añaden al respecto, “está casi más barata la obra nueva que las viviendas seminuevas, ya que en la mayoría de estos casos nos encontramos con propietarios que deben hacer frente a hipotecas casi inasumibles”.
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