Cuatro propuesta para esta semana Desde su inauguración en 2011,
Sala
Russafa nació del impulso de
la compañía teatral Arden como centro de creación, formación y exhibición de
artes escénicas. Su línea docente ha apostado por los talleres y cursos
de interpretación, entendidos como un elemento dinamizador de la escena. Y ha contribuido a profundizar en las técnicas
de la actuación para profesionales, además de acercar esta disciplina a
aficionadas y aficionados al teatro. Por todo ello, ha servido como punto de
encuentro para personas con inquietudes comunes, del que han nacido diversas
compañías teatrales, como La
Subterránea, La Dramática, Entre Cuatro Paredes, o Noir Production, entre
otras.
Esta
temporada, Sala Russafa ha decidido crear un ciclo específico
en el que mostrar proyectos escénicos donde intervienen ex alumnos de esta
línea docente, que desarrolla la Acadèmia Escènica de València con profesores
como Chema Cardeña, Iria Márquez, Marian Villaescusa, José Zamit o Toni Aparisi. Unas clases en las que han trabajado sus
habilidades intérpretes como Lucía Poveda, Nieves Soria, Rocío Ladrón de
Guevara, José Torres, Irene González, Rosa López, Darío Torrent, Jaime Vicedo,
Ernest Sendín, José Blasco o el propio Zamit, entre otros.
En
la primera edición de ‘Cicle Acadèmia Escènica de València’ se mostrarán cuatro trabajos. El primero llega el
21 de marzo de la mano de Pànic Escènic. Amparo Sospedra pasó por las clases de Sala
Russafa y es la encargada de interpretar el monólogo La
decisión de Lola. Su
protagonista acaba de matar a su esposo, quien yace sobre el escenario. El
público podría pensar que es una villana, pero cuando empieza a conocer la
historia de esta mujer, inspirada por los relatos recogidos a lo largo de los
años de amigas, familiares y conocidas del autor, José Warletta, seguramente
cambiará de opinión.
Lola
relata su vida trágica con humor, recordando anécdotas que tan pronto
despiertan la carcajada como la conciencia ante la violencia de género. El
autor codirige junto a José Enrique Pérez esta comedia que anima a reconocer el
valor y la fuerza de muchas mujeres que aún están a tiempo de despertar de su
pesadilla para empezar a soñar.
La
formación LaQuerencia el 22 de marzo realizará una función de su primer espectáculo Tríptico
70 Vol.I, protagonizada
por Alberto Martín de Miguel y Amparo Broseta (exalumna de la sala), junto a la
autora y directora de la pieza, Neus Miquel, quien también forma parte del
reparto.
La
obra gira en torno a la salud mental y uno de los sentimientos más
comunes, a pesar de encontrarnos en un planeta sobrepoblado: la soledad. Tres personas en tres momentos vitales y
emocionales distintos se encuentran en esta pieza que cuestiona la habilidad
para detectar la necesidad de compañía de los demás y la capacidad de aportarla
sin emitir juicios.
El
espacio teatral se divide en tres ambientes en los que cada uno de los
personajes de este drama narran su historia, apoyándose en la iluminación, la
expresión corporal, sencillos elementos de atrezo y un texto que se adentra en
los comportamientos y desencadenantes del aislamiento de tres personajes tan
dispares como cercanos, que habitan la soledad como territorio común.
La
tercera propuesta de este ciclo llega de la mano de la formación Deliri Alié. El 23 de marzo presenta La ingobernable versión escénica de la novela La dulce
publicada en 1876 por Fiodor Dostoyevski. Maite González es la encargada de trasladar al escenario esta
inquietante historia, a la que da vida junto a Toni Llorens, ambos exalumnos de
la línea docente de Sala Russafa.
Apoyándose
en proyecciones audiovisuales, la pareja dirige e interpreta un nuevo
acercamiento a esta trama creada por el célebre autor ruso. La acción arranca
cuando un hombre, ante su esposa muerta, repasa una y mil veces los motivos
que han podido llevarla al suicidio. Volviendo atrás en el tiempo, el
espectáculo muestra la visión del marido y de la mujer sobre la misma historia, tratando temas como la incomunicación, los
miedos y prejuicios, la violencia psicológica o los problemas mentales.
Tolstoi
evidenció en el relato breve en el que se basa este espectáculo las
contradicciones y las oscuras motivaciones que subyacen bajo las relaciones
aparentemente amorosas entre una joven desesperada y un hombre egoísta. Una
trama en la que profundiza este espectáculo y que, lamentablemente, se mantiene
tan actual en el siglo XIX como en el XXI.
Por
último, el grupo Fugint de l’Escalímpal el 24 de marzo presenta su primer espectáculo, Els ànecs mai han sigut animals normals. Joana Börsch firma esta historia que interpreta
junto a Viqui Cervera, ambas antiguas alumnas de los cursos de interpretación
del centro cultural de Ruzafa.
Trata del encuentro entre dos generaciones, la
anciana Eli y la joven Lina, quien ha llegado a
la ciudad huyendo de la opresión de un ambiente excesivamente familiar en el
pueblo, donde veía envejecer a su abuela, proyectando en ella su propio futuro
y temiendo la responsabilidad de tener que cuidarla cuando ya no se valiera por
sí misma.
Eli
le enseñará otra manera de disfrutar de la madurez y a perder el miedo a la
muerte, puesto que el duelo puede ser un sentimiento íntimo, reconfortante
cuando se recuerda con cariño al ser querido.
Sabina
Hervàs dirige este espectáculo intimista, con constantes saltos en el tiempo,
conversaciones reales y otras que imagina uno de los personajes. Una pieza
sensible, con la que puede
sentirse identificada el público. Y que demuestra que, en una gran ciudad o un pequeño pueblo, entre
amigas o en familia, la vida es mucho más que sumar años.
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