Denuncian que un refugio sin voluntariado es una vergüenza y no un orgullo. /EPDAEl Ayuntamiento de Paterna ha anunciado el estreno de su nuevo refugio para animales como un gran ejemplo a nivel nacional, sin embargo, los voluntarios y voluntarias, que siguen teniendo la entrada prohibida, denuncian que un refugio sin voluntariado es una vergüenza y no un orgullo.
En diciembre de 2021 el Ayuntamiento de Paterna decidió prohibir la entrada al refugio a cualquier voluntario o persona ajena al personal del centro, cerrando de esta manera, cualquier posibilidad de contacto con los perros que allí se encontraban (la entrada a gateras ya la habían prohibido tiempo atrás). Anulando también cualquier oportunidad de socialización de estos animales con personas y ambientes distintos, excursiones, convivencias, juegos... y llevando las adopciones a mínimos nunca vistos años antes en Paterna.
Ahora el Ayuntamiento estrena un refugio “grandioso” lleno de deficiencias de las que los voluntarios, asociaciones y partidos de la oposición llevan avisando desde su proyecto inicial y a las que han hecho caso omiso desde la primera hasta la última piedra. Un refugio en el que ya hace meses que viven algunos de los perros, solos, incluso antes de estar terminado.
Los voluntarios y voluntarias que, hasta el pasado diciembre, acostumbraban a acudir al refugio aseguran que a las deficiencias del refugio, como la falta de aislamiento térmico en los boxes, las pobres de medidas de seguridad o el ruido extremo por la proximidad de la carretera, se une el aislamiento de unos animales sin voluntarios ni interacción con personas, que solo saldrán al propio pipican del refugio. Con ello temen que estas nuevas instalaciones no supongan ninguna mejora en el bienestar de los animales, si no todo lo contrario, “se trata de un refugio cuya única ventaja es que es capaz de acumular más animales, pero no mejora en nada su calidad de vida y empeora sus posibilidades de ser adoptados si la política de acceso al recinto no se modifica” asegura una voluntaria habitual.
Los voluntarios y voluntarias se quejan de que desde que no pueden acceder al refugio, su única vía de información sobre el estado de los animales son los registros de entrada, un trámite burocrático que llega a demorarse hasta 3 meses, dado que la opacidad de la empresa gestora, Gespa, del Ayuntamiento, ha provocado que las solicitudes de información por cualquier otra vía sean ignoradas. Actualmente han solicitado a la Concejala de Bienestar Animal, Mercedes Navarro, que se pronuncie sobre si están dispuestos a volver a abrir las puertas del refugio a los voluntarios, y esperan respuesta.
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