Si nombramos a sīdi Alkanbīṭūr
pocos son los que relacionarán al instante ese apelativo con la historia de
Valencia. Quizás por la politización de la historia o los presupuesto
hollywoodense que han hecho darle un sentido puramente cristiano y convertirlo
en máximo representante de los valores de la hispanidad. No obstante, es muy
posible que la mayoría de sus vasallos,
incluso sus personas más cercanas se dirigieran a el histórico Rodrigo
Díaz de Vivar, el Cid, con la forma árabe. Significando sīdi, 'mi señor' en
árabe andalusí, aunque no hay que descartar la teoría de que este renombre
procede en realidad de la palabra sid,
que a su vez deriva de assad, 'león' en árabe, en asociación con su
aguerrido carácter y con el capítulo del Cantar de Mio Cid en el que
Rodrigo somete a un león escapado.
Dejando a un lado el
Cantar de Mio Cid, y sin entrometernos en que partes son verdad y cuáles
leyenda; deberíamos entender la persona de Rodrigo Díaz de Vivar como un híbrido,
protagonista en una tierra valenciana
durante una época en la que quedaba lejos de pertenecer a una cultura
castellana y la árabe comenzaba a
resquebrajarse. En una etapa de un mundo cambiante, en que las fronteras no
estaban nada claras, ni geográficamente ni culturalmente; islam y cristianismo
distaban de concebirse con la idea actual de los mismos.
Es reconocido que en
en muchos de los enfrentamientos de «el Campeador», el grueso de las huestes que capitaneaba
estaban compuestas por guerreros con turbantes y cimitarras, y que empleaban
tácticas propiamente árabes, algo bastante común en los ejércitos durante los
reinos de taifas. Lo que también es conocido por muchos valencianos, aunque
totalmente falso, es que el Cid yerto y atado a su caballo derrotó al rey moro
Búcar que pretendía reconquistar Balansiya; el Cid murió a sus 66 años
por causas naturales según la historiografía más aceptada. Y es que, no existe ninguna vida donde el
héroe y el hombre se entremezclen con tanta constancia.
Durante el 2020 el poeta cordobés Martin Romero estará en
diferentes puntos de la capital valenciana , teniendo coloquios sobre la visión
árabe del Cid:
'Desde luego debemos desdibujar un tanto, hablando de la
persona, lo que el medievalista Menéndez Pidal describió como la confrontación
entre oriente y occidente, Yusuf (líder almorávide) contra el Cid. La complejidad étnica y social de la
península ibérica queda lejos de la maniqueísta visión dada por el reconocido
historiador español, donde complejas sociedades en las que los seguidores de
cada fe encontraban más en común con ciertos grupos de la otra religión, según
el tiempo y el lugar. Acuñándose una
extensa terminología para denominar las diferentes comunidades, que
entre ellas los mismos términos podrían tener un sentido más allá del denominativo
intrínseco: mozárabes, mahometanos, sarracenos, cristianos, rumíes, muladíes,
almorávides, judíos, beduínos, árabes, moros, bereberes y un nada breve listado
de minorías que hacían aún más difusas las líneas entre oriente y occidente.
Donde «perro» o hermano
se usaban indiferentemente de la religión del emisor y el receptor. Y la
verdadera fraternidad o enemistad nacían por la avidez de conquista que hacían
y deshacían alianzas de la noche a la mañana.',
recalca el poeta andaluz.
Pueden conocer las próximas fechas de las charlas en www.martinromeropoeta.com o en su
cuenta de Instagram Martin
Romero.
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