Fernando de Rosa, senador del PP. EPDA En español se utilizan modismos o frases
hechas cuyo signficado no es literal, sino figurado, que ya forman parte de
nuestra cultura. Una de esas expresiones es hacer las cosas de tapadillo. Según
el diccionario de la Real Academia Española, cuando la palabra "tapadillo"
se utiliza como locución adverbial, significa "a escondidas".
Estos días he tenido tiempo de leer un libro
donde se ha utilizado esa expresión, y dicha lectura me ha evocado las
actuaciones que caracterizan al sanchismo y sus blanqueados amigos y compañeros
de viaje político. Estas fechas en las que se acerca el fin de año son
propicias para hacer balance de los meses pasados, y al respecto, basta con
detenerse y echar la vista atrás para ver que si algo tienen en común las
fuerzas políticas que sirven de sostén al Gobierno social-comunista, es siempre
actuar a escondidas, intentando oocultar la verdad a la ciudadanía, y si es
preciso, llegar a la manipulación informativa.
El Gobierno se estrenó con este modo de
actuar, por medio del Ministro Ábalos y sus seis mentiras para justificar, su
reunión a escondidas con Delcy Rodríguez, vicepresidenta del Gobierno de
Maduro, a la que la Unión Europea tiene prohibida la entrada en territorio de
la Unión. De tapadillo, el Gobierno ha metido sus garras en la Fiscalía,
nombrando a Dolores Delgado como Fiscal General, convirtiéndola en la miembro
número 24 del Consejo de Ministros. A su vez, a hurtadillas y ocultando la
verdad, se están tramitando los indultos a los políticos catalanes que
intentaron dar el golpe de Estado, o el Ministerio de Justicia, con argumentos
normativos que difícilmente pueden sostenerse, va haciendo lo posible para
reformar la regulación normativa de los delitos de rebelión y sedición.
También, sin dar explicaciones de los acuerdos alcanzados bajo mano con los
extremistas radicales de EH-Bildu y de Esquerra, el sanchismo ha sacado adelante sus Presupuestos Generales del
Estado. Es siempre un suma y sigue de oscurantismo, mentiras y manipulación
informativa.
Sin embargo, si algo evidencia este
oscurantismo del sanchismo ha sido la gestión de la situación generada por la
Covid-19. A lo largo de estos meses, hemos podido apreciar el verdadero rostro
de la izquierda. Siempre se dice que las situaciones de crisis hacen que aflore
lo mejor o lo peor de una persona o de una sociedad. Pues bien, la ciudadanía
ha dado una respuesta ejemplar a esta situación. Así, el personal sanitario,
los docentes, los transportistas, los trabajadores de los supermercados, y un
sinfín de colectivos, han enfrentado la crisis con valentía y compromiso. Sin
embargo, Pedro Sánchez, y sus socios, no han estado a la altura.
Cuando en los primeros meses del año el virus
llegó a España, se intentó ocultar esa información, incluso incitando de manera
imprudente a la ciudadanía a acudir a actos multitudinarios como la
manifestación del 8 M. Pero, a hurtadillas, en enero, el Gobierno ya estaba
adquiriendo gran cantidad de medicamentos para combatir el Covid. Y cuando no
hubo más remedio que reconocer que la situación se les había ido de las manos y
tuvieron que adoptar medidas decretando el estado de alama, entre las primeras
decisiones que se tomaron fue el cierre del Portal de Transparencia. A partir
de ese momento se empezaron a celebrar contratos con empresas dudosas que proveyeron
de material defectuoso por cuyas compras, el Gobierno aún no ha dado
explicaciones. De igual manera, por varias semanas huyó de someterse a control
parlamentario, pues está visto que la "luz y taquígrafos" son
incompatibles con el oscurantismo sanchista. Esa voluntad sanchista de huir de
la publicidad la vimos de nuevo al decretarse el nuevo estado de alarma durante
el cual, el presidente solamente ha comparecido dos veces en el Parlamento.
La ineptitud del Gobierno, preocupado
solamente por salvar la imagen del presidente, ha manipulado los datos del
verdadero número de fallecidos, o ha intentado justificar las decisiones en un
inexistente comité de expertos que supuestamente iba guiando las decisiones
gubernamentales. En defintiva, de tapadillo actúa Sánchez y la cocina
monclovita de manipulación de Iván Redondo. Sin embargo, España necesita
superar esta crisis a la que nos ha conducido el Covid y que el Gobierno
acrecienta. Es necesario arrojar luz en la gestión sanitaria, económica y
social, para que los españoles tengamos un futuro mejor. Sin lugar a dudas, si
Sánchez y sus socios siguen actuando así, el futuro mejor solamente lo tendrán
ellos. Oscurantismo en su gestión, y blanqueamiento de los radicales, paradojas
del sanchismo que es preciso superar mandando un mensaje de esperanza a la
ciudadanía. Desde la moderación, el respeto al orden constitucional y a los
derechos y libertades, podrá pasarse página y reconstruir lo que el covid y la
mala gestión gubernamental han destruido. Feliz Navidad y mis mejores deseos a
los lectores del Periódico de aqui.
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