Huerto de naranjos. EPDALos principales representantes del sector citrícola de
España, Italia, Francia y Portugal han consensuado, durante el Grupo de
Contacto de Cítricos celebrado hoy de manera telemática, una posición común
para solicitar a los respectivos Ministerios de Agricultura de los citados
Estados miembro que defiendan en el seno de la Comisión Europea y el Parlamento
Europeo la puesta en marcha de una investigación exhaustiva y objetiva ante la
revisión del acuerdo comercial suscrito con Sudáfrica que tendrá lugar el próximo
mes de octubre, coincidiendo con los cinco años de su entrada en vigor.
La Asociación Valenciana de Agricultores (AVA-ASAJA), que ha
participado como miembro de ASAJA, ha defendido la necesidad de acometer esta
investigación comunitaria tras trasladar a este foro citrícola su estudio sobre
el impacto del mencionado tratado. AVA-ASAJA advierte de que las importaciones
de cítricos sudafricanos a la UE se han incrementado un 30% respecto de la
media de las cinco últimas campañas. En naranjas, alcanzan el 50% del millón de
toneladas extracomunitarias y en pequeños cítricos, durante 2020 superaron las
180.000 toneladas (36% del total importado). Asimismo, el potencial productivo
de Sudáfrica está teniendo un crecimiento exponencial: durante el periodo
2012-17 plantó más de 10 millones de plantas de variedades tardías de pequeños
cítricos y más de 4 millones de plantas de naranjas tardías.
El presidente de AVA-ASAJA, Cristóbal Aguado, aseguró que
“la situación del sector citrícola en 2016, cuando se firmó el acuerdo con
Sudáfrica, ha cambiado de forma radical, por las mayores ventajas comerciales y
fitosanitarias que dispone este país tercero. Bruselas ha fomentado una
escandalosa sustitución de nuestras variedades tempranas y extratempranas de
pequeños cítricos (oronules, Marisol, arrufatina…) y de naranjas tempranas
(navelina). Ya está sucediendo en España pero en pocos años alcanzará a Italia
y al resto de países productores. Además del daño comercial, la UE ha elevado a
niveles intolerables el riesgo de entrada de plagas y enfermedades, como la
mancha negra o la falsa polilla, esta última debido a la no obligación de
realizar un tratamiento en frío durante el transporte de los envíos citrícolas
sudafricanos”.
Por ello, Aguado considera que “la Comisión y el Parlamento
Europeos tienen muchos argumentos para iniciar una investigación y establecer
medidas correctoras a fin de garantizar que este acuerdo comercial, como
debería ocurrir en todos los firmados con países terceros, se limita a
complementar la producción europea y no a sustituirla, cumpliendo en todo
momento una reciprocidad en materia fitosanitaria, laboral, social y
medioambiental que evite la competencia desleal y la entrada de plagas y
enfermedades que pueden poner en peligro nuestros cultivos”.
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