Elisa Valía, concejala Delegada de Participación Ciudadana y Acción Vecinal del Ajuntament de València en su despacho./ LAURA FLORENTINO
Un momento durante la entrevista./ LAURA FLORENTINO Nos encontramos en la fase final de la campaña ‘Decidim
València’ 2022-2023. Está siendo todo un éxito de participación en relación con
ediciones anteriores. ¿Con qué cifras de participación esperan cerrar la
campaña?
Ya tenemos dos ediciones cerradas en este mandato y hemos
registrado entre un 30-35% más de participación que la edición anterior y lo
ideal sería seguir en esa línea. Para nosotros lo que es más interesante de
destacar es que hay una tendencia al alza, estamos consolidando la población que
participa, aumentando y llegando cada vez a más personas y por tanto siempre
que la tendencia sea positiva para nosotros es una buena lectura.
Es la iniciativa de este tipo con más éxito a nivel
nacional. ¿A qué cree que se debe este fenómeno?
Creo que la cultura de la participación está muy lejos de
ser lo que a nosotros nos gustaría o lo que le gustaría a cualquier persona que
crea realmente en que la participación ciudadana es un camino muy válido para hacer
una sociedad mejor. Desde las administraciones tenemos que fomentar esa cultura
que a lo mejor no existe o existe en menor medida, tenemos que darle herramientas
que sean creíbles que generen vida y lazos comunitarios para poder tener en
unos años una verdadera cultura de la participación. Los cambios culturales no
ocurren en el corto plazo, ni siquiera en un mandato es suficiente como para
generar un cambio cultural importante, pero ya llevamos dos mandatos apostando
muy fuerte por la participación ciudadana, no solamente con los presupuestos
participativos, sino también otro tipo de procesos y en ese sentido sí que creo
que cada vez estamos intentando generar más interés por estos procesos.
¿Tienen estudiado cuál es el perfil de votante más usual? ¿Hay
algún rango de edad a la que todavía les cuesta animar a participar?
Los datos están publicados en la propia web. Tenemos franjas
de edad donde se participa menos, lo que más participan son las personas de
entre los 35-54 años donde registramos un mayor número de personas, por eso
hemos llevado a cabo acciones concretas dirigidas a otro segmento de la población,
por ejemplo, hacia los alumnos de los institutos que ya pueden votar, es decir,
a partir de los 16 años, hemos hecho unos materiales formativos para que sean
los propios profesores los que puedan ir formando al alumnado en lo que es la participación
ciudadana general, es decir, lo que significa esta participación en el siglo
XXI para la consolidación de las democracias y para la mejora de la sociedad y
luego una parte práctica que es el ejercicio de la participación a través de
los presupuestos participativos. Otro ejemplo es el de los centros de mayores
que es otro segmento de la población con más barreras, estamos valorándolo con
todos los de la ciudad que hay más de cincuenta para que tengan un punto de votación
y estén informados para que puedan ayudar a las personas que acudan que puedan tener
algún problema con el proceso y que puedan recibir el apoyo para ejercer su
derecho a votar en los presupuestos participativos.
¿Cuáles son las iniciativas más importantes que le gustaría
destacar de los presupuestos de esta edición?
Siempre intento no nombrar proyectos de la edición que está
en curso porque también es darle publicidad a unos proyectos en detrimento de
otros y creo que como concejala de participación no me corresponde. Creo que la
lectura que hay que sacar es que también al hilo de haber sido reconocidos como
Capital Verde Europea 2024 es que los presupuestos participativos siempre han
apostado por esa ciudad más verde, más humana y que si hemos conseguido esa
capitalidad europea es en gran medida porque la ciudadanía siempre ha apostado
por una ciudad más verde a través de los presupuestos participativos. Hay
proyectos de otras ediciones muy emblemáticos como la peatonalización de la Plaza
del Ayuntamiento, pero hay otros muchísimos que son importantísimos para los
barrios de la ciudad porque han mejorado el entorno, los lugares de encuentro y
eso es muy importante para implicar a las personas que viven en nuestra ciudad en
la construcción de una ciudad que queremos todos y todas.
Tengo entendido que hay una gran mayoría de las propuestas
alineadas con el Plan Misión Climática València 2030. ¿Qué significa esto?
Hemos querido alinear todo el proceso que implica los presupuestos
participativos con estrategia de ciudad. Si algo hemos visto este año es que los
objetivos ambiciosos y complejos tienen que abordarse desde todas las partes,
no solo desde la administración. En Valencia hemos sido seleccionados para ser
una de las 100 ciudades europeas que tiene la posibilidad de ser climáticamente
neutra para 2030, para ello tenemos que involucrar a la ciudadanía, empresas,
universidades, etc. y por ello nos parecía una buena ocasión incorporar la
etiqueta de “Misión Climática 2030” para que la gente que quiera votar pueda
identificar claramente qué proyectos están contribuyendo a esos objetivos que
nos hemos marcado como ciudad climáticamente neutra en 2030. Nos parecía importante
porque es una forma de involucrar a mucha más gente en construir esa ciudad y
sobre todo a que se acerquen a algo importante porque es algo que no todas las
ciudades tienen y nosotros tenemos esa capacidad y queremos llegar a
conseguirlo.
¿Qué iniciativas que han salido adelante en las anteriores
ediciones le gustaría destacar?
Hay infinidad de proyectos. El año pasado por ejemplo salieron
financiados 139 proyectos en toda la ciudad, el de la Plaza del Ayuntamiento
sería el más emblemático en el sentido de que ha supuesto una ruptura de esquemas
importantes y peatonalizarla es algo muy simbólico. Muchísimos parques de la
ciudad están hechos a través de este proceso, carriles bici, reurbanizaciones,
etc. Todos ellos han mejorado notablemente la fisionomía y los servicios que
prestaban a los barrios y que precisamente salen de estos presupuestos
participativos.
‘Decidim Valencia’ destaca por el alto nivel de ejecución en
sus ediciones anteriores. ¿Qué porcentaje de estos proyectos está ejecutados o
en proceso de ejecución?
Hicimos un balance al inicio de la edición para rendir
cuentas del grado de ejecución de los proyectos hasta ahora y estamos entorno
al 85% ejecutado de las ediciones anteriores. Cuando demos los resultados de
esta edición también volveremos a rendir cuentas sobre el grado de ejecución de
proyectos anteriores porque es evidente que también es un indicador del compromiso
que hay por parte del gobierno municipal con esos proyectos. Desde que entré
una de las cuestiones fundamentales en las que he hecho mucho hincapié es en
hablar insistentemente con todos los servicios para que entiendan que deben
priorizar los proyectos que salen de los presupuestos participativos porque
salen de una implicación directa de la ciudadanía y merecen ser priorizados.
¿Los que están en ejecución estarán finalizados antes del
final de legislaturas?
La idea es acercarnos a la ejecución completa de los
proyectos. De la Plaza del Ayuntamiento lo que entró en presupuestos
participativos era todo el proyecto, por lo tanto, eso ya está ejecutado porque
el proyecto está ya redactado.
¿A qué se debe el atasco de este 15% que no ha salido
todavía adelante? ¿Qué tipo de proyectos son?
Hay proyectos más complejos que otros de implementar. Algunos
requieren una redacción de un proyecto previo que lleva su tramitación y hay
que entender que estos proyectos llevan la misma tramitación que el resto de
proyectos que impulsamos desde cualquier otra concejalía, por tanto, tienen
unos ciertos tiempos administrativos. Los proyectos de más envergadura tienen además
un procedimiento de licitación más complejo y son los que más tardan en ver la
luz. Haciendo un balance general y excluyendo algún proyecto que pueda verse
atascado por alguna cuestión más técnica, sí que hemos conseguido dar un empujón
importante a la ejecución de los proyectos y evidentemente nuestro interés y
nuestro compromiso es que al concluir este año esté el mayor porcentaje posible
ejecutado.
Incluye esta campaña un mecanismo de territorialidad que
permite que 3 de estos 16 millones se destinen a barrios con más dificultades
para obtener propuestas de inversión. ¿Cómo funciona? ¿Cuáles serían estos
barrios?
Esto es una consecuencia de una evaluación más cualitativa donde
hemos hablado con muchos actores relevante de la ciudad, muchos usuarios, muchas
personas que quieren ser prescriptores de la participación ciudadana y que han
participado siempre en proceso con una visión crítica, pero también
constructiva. Hay barrios que están en distritos donde hay otros barrios muchísimo
más poblados, el presupuesto de ‘Decidim’ se reparte entorno a los distritos de
la ciudad, por lo tanto, si en un distrito hay un barrio mucho menos poblado
que otro aunque participe el mismo porcentaje de vecinos nunca podría tener
opciones frente a otro que está más poblado. Este año decidimos introducir un mecanismo
de reequilibrio territorial que se trata de una bolsa de esos 16 millones que
repartimos esta edición, tres millones de euros forman parte de una bolsa
aparte, los trece millones restantes se reparten de forma habitual y esos tres
millones apartados es una cantidad a la que solo pueden optar aquellos barrios
a los que se les puede aplicar el mecanismo de reequilibrio territorial que son
los barrios donde tiene una población menor a un tercio del barrio más poblado
del distrito, es decir, donde en un distrito vemos que hay un desequilibrio. Hay
tanta distancia entre el barrio menos y más poblado que esos barrios nunca podrán
conseguir proyectos financiados o lo tienen muy difícil. Hay un total de 18
barrios de la ciudad que están en esa situación, hay que tener en cuenta que
todos los pueblos de Valencia, tanto de Pobles del Nord como del Sud como
Benimàmet tienen su presupuesto individualizado con lo cual no compiten entre
ellos por decirlo de alguna manera, pero sí que hay distritos en la ciudad en
los que sí que puede haber ese desequilibrio. Es una disfunción que
evidentemente es difícil de solventar, pero hemos introducido un mecanismo que
por lo menos en algunas ediciones pueda plantearse que haya una cantidad
destinada exclusivamente a esos barrios y que “compitan” en unas situaciones
más justas.
Se ha dado algún caso polémico con las iniciativas que han
salido adelanto, cómo fue el tema de los arcos chinos en el centro de Valencia.
¿Finalmente cómo ha quedado este asunto? ¿Se ha activado algún tipo de
protocolo para cuando se den situaciones como estas?
Hay que destacar que hemos tenido una explosión de
propuestas importante. El año pasado duplicamos el número de propuestas con
respecto a la edición anterior, eso supone una carga adicional para los
funcionarios que tienen que evaluar las propuestas porque han pasado de evaluar
650, el año pasado fueron 1283 y este año más de 1500, es decir, hay un volumen
que es un éxito porque significa que cada vez más personas están proponiendo
proyectos para sus barrios y distritos, pero por otra parte tiene una
sobrecarga evidente sobre los técnicos que tienen que evaluarlas todas. Lo más
normal es que se cometa algún error en esa fase porque los funcionarios tienen
muy poco tiempo para evaluar tal cantidad de propuestas. En concreto, el tema
de los arcos chinos, sé que se han mantenido muchas reuniones tanto con el proponente
como con los vecinos por parte del servicio que tiene encargado la ejecución que
es ‘Turismo’, pero quiero quitarle un poco de hierro a la cuestión de que de
vez en cuando pueda haber algún error. Por ejemplo, el año pasado tuvimos otro error
en cuanto al emplazamiento de una propuesta que la habíamos puesto en un
distrito y resulta que era de otro que estaba al lado, puede ocurrir, hay un volumen
enorme. Lo que siempre decimos es que cuando tenemos conocimiento de que hay
algún error de ese tipo pues lo reparamos cuanto antes y ya está. En el caso de
los arcos chinos se hizo una valoración por parte del servicio que luego se vio
que no era adecuada e intentaron reconducir la situación, sé que el servicio se
tomó mucho interés por aunar voluntades y por generar un consenso con esta
propuesta que había generado un poco de polémica.
De las 1500 propuestas presentadas no todas pasan a ese
proceso de votación. ¿Tenéis de alguna manera cuantificado si hay área más de
moda o alguna delegación que destaque más?
Las delegaciones que más proyectos reciben son urbanismo,
jardinería y movilidad, sin ningún género de duda de todas las ediciones y de
forma constante. Son las tres áreas donde más propuestas se reciben. Es verdad
que son las áreas más propensas porque tienen inversiones de muchos importes, es
decir, no son inversiones a veces tan grandes como para que excedan, por
ejemplo, en un barrio o distrito puede haber jardines de muchos tamaños porque
no pueden exceder el presupuesto destinado para cada distrito, en principio es
normal porque son las que más tocan a la gente en su día a día.
¿Si alguna de las iniciativas no gana en este proceso participativo
significa que no vaya a finalizarse?
No, para nada. El presupuesto del ‘Decidim’ es municipal y
cubre las competencias municipales, es decir, no es un dinero distinto a lo que
impulsa cada concejalía, ni es un presupuesto distinto, ni tiene carácter ni
finalidad distinta. Los presupuestos participativos es una herramienta de priorización,
lo que debe hacerse en cada barrio está establecido en primer lugar en el plan general
y este establece a cada solar que clasificación tiene, si es terciario,
dotacional educativo o deportivo. Por lo que estos presupuestos nos ayudan a
priorizar proyectos, es decir, de todo lo que hay que hacer en tu barrio o
distrito qué quieres que hagamos primero, no significa que lo demás no tiene
que hacerse. De hecho, resalto mucho la capacidad de dar mucha información a
los concejales que tienen los presupuestos participativos, es decir, si hay gente
que está proponiendo un proyecto y que, aunque no salga votado tiene un
respaldo mayoritario, el concejal correspondiente puede tomar nota de esto y
apuntar lo que despierta gran interés. Por supuesto lo de finalizar obras que
evidentemente se hace igual, lo que ocurre es que hay que entender este proceso
como una herramienta de expresión de las prioridades de un barrio. Queremos que
los vecinos y vecinas, al margen de lo que cada concejal decida impulsar en su
área que tiene más que ver con una planificación de ciudad, nosotros queremos
garantizar que en ese barrio/distrito va a invertirse dicha cantidad y que nos
digan los vecinos qué prefieren primero y no significa que lo que no salga con
más votos no se lleven a cabo. Es una herramienta de priorización, de todo lo
que queremos que se haga, qué hacemos primero.
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