Chelo Poveda La concienciación actual sobre la importancia de cuidar el medio ambiente y los beneficios que esto aporta a nuestra calidad de vida sobre la tierra, está calando cada día más en la sociedad. De ahí que sorprenda tanto, el empeño de empresarios y administración locales en proceder sí o sí a la ampliación del Puerto de Valencia.
Alegan beneficios económicos para la ciudad, pero Valencia que se ha convertido en el puerto de Madrid o Zaragoza, sufre los perjuicios que supone mover sus mercancías en cuanto a contaminación y riesgo para el medio ambiente, mientras los valencianos no percibimos el beneficio de esa industria… bueno sí lo perciben la Autoridad Portuaria, MSC, Boluda, etc.
El pasado viernes el informe de Puertos del Estado negaba la necesidad de una nueva Declaración de Impacto ambiental (DIA), pero es que no nos han entendido, no se trata de eso, ni siquiera si es válida la anterior, es que los valencianos no queremos más puerto, nos sobra el puerto actual.
Por un lado, la Autoridad Portuaria de Valencia nos miente relacionando la ampliación con la mejora de condiciones para las empresas valencianas, aunque de los más de 5 millones de contenedores que mueve el Puerto de Valencia, solo una quinta parte son import/export, el resto son movimientos de intercambio que poco tienen que ver con la economía de nuestras empresas.
Y como hemos dicho no empresas principalmente locales, si no nacionales. Por desgracia para la economía de las empresas valencianas con un puerto 5 veces más pequeño sería más que suficiente, por lo que en caso de que se justificara ecológicamente una ampliación del puerto, antes se debería invertir, y mucho, en mejorar el tejido industrial valenciano.
En la actualidad el puerto es un buen generador de empleo de calidad para los valencianos, pero este proyecto de la ampliación está programado con gestión de los contenedores de manera robotizada. Con lo que no conllevará un aumento de la contratación en la ciudad, si no que supondrá también una pérdida de empleo en relación con la situación actual.
El apartado ecológico debe tenerse también en cuenta, las playas de nuestra ciudad sufren cada día de la manera más negativa la actividad portuaria diaria, ¡cómo sería con un puerto el doble de grande! El Saler, El Perelló, Malvarrosa… peligran nuestras playas y su fauna…
Por no hablar de los efectos que sufrirán los valencianos durante la construcción y después de su puesta en marcha… la ubicación en plena zona urbana conllevará entrada y salida de camiones para la ejecución y de transporte posterior de mercancías.
Las asociaciones encuadradas en Port-Ciutat llevan mucho tiempo trabajando y denunciando todas estas irregularidades y nosotros nos sumamos a sus denuncias, no puede ser de otra manera.
Razones económicas, ecológicas y de bienestar ciudadano, ¿aún pensamos que en Valencia nos falta puerto?
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