Inma Alemany El COVID-19 llegó a nosotros sin esperarlo e hizo tambalear los cimientos sobre los que se construía nuestra forma de vida. Pero, la realidad que se nos ha presentado, ha sacado a relucir la mejor versión de cada uno de nosotros; anteponiendo el bien común a la voluntad individual.
Esta situación anómala a la que nos hemos visto abocados por un virus desconocido, que nos demuestra lo letal que es para nuestra especie, nos hace pensar lo vulnerables que somos frente a todos los agentes que hay en la vida, que no importa lo que tengamos, sino lo que somos, que debemos priorizar en mantener un estilo de vida sencillo, donde lo ostentoso, sea apartado de nosotros, donde este sistema nos hace creer que la prosperidad material siempre parece una meta más razonable que la búsqueda de la excelencia moral.
Desde el Ayuntamiento de Camporrobles, estamos manejando esta situación dentro nuestras limitaciones. No obstante, se han puesto en marcha diversas medidas para reducir el efecto de esta crisis. Además, la propia ciudadanía camporruteña ha sido de vital importancia dentro de muchas de estas.
Sabemos que el virus afecta en mayor medida a la población anciana, por lo que su bienestar es una prioridad para nosotros. Es por ello que, dentro de las soluciones adoptadas, este colectivo tiene un apartado especial. Cuando su familia se encuentra confinada en otro lugar, les facilitamos la compra de productos básicos y medicamentos, así como cualquier otra necesidad que nos planteen.
Por otro lado, el estado de alarma ha comportado el cese temporal de muchas empresas del municipio. Con el objetivo de minimizar el impacto económico, crearemos dispensas en impuestos y tasas que conciernen al ámbito local.
La juventud camporruteña, se ha visto obligada a continuar sus estudios desde casa. Muchos de esos domicilios no cuentan con una red de internet. Por lo que, desde el Ayuntamiento, hemos solicitado el material pertinente a los tutores para poder hacérselo llegar y que no pierdan el hábito de trabajo.
Además, la población se ha volcado con esta situación. El claro ejemplo de ello son los agricultores que se han organizado para llevar a cabo la desinfección viaria de Camporrobles y la Loberuela semanalmente.
No menos importante ha sido la confección de mascarillas por parte de algunas vecinas. Estas las hicieron llegar al Ayuntamiento para su posterior reparto. Durante el tiempo que llevamos confinados, se han entregado cerca de mil ejemplares, de los cuales 600 corren a cargo de las arcas municipales.
En Camporrobles contamos con unos servicios básicos bien cubiertos. Los comercios están trabajando duro para evitar el desabastecimiento de productos esenciales. Asimismo, la Guardia Civil y los servicios sanitarios están completando una excelente labor velando por nuestra seguridad y cuidado.
Tengo la fortuna de ser la representante de un municipio con mucha vitalidad. Desde la distancia, las redes sociales se han llenado de ingeniosas iniciativas para vivir una Semana Santa diferente, acorde a las circunstancias; puesto que es una festividad de relevada importancia para los vecinos de Camporrobles.
Las Pascuas están llenas de tradición, gastronomía y folklore. Los Quintos han recibido una gran cantidad de ánimos, puesto que no han podido montar el tradicional arco de sabina bajo el que tiene lugar “El Encuentro”. Numerosas vecinas nos han trasladado a sus cocinas para enseñarnos la receta de platos típicos de esta época: bocaillos, hornazos, ajoarriero, etc. Todo ello, sin salir de casa y de manera virtual. Tampoco nos ha faltado música durante los fines de semana, puesto que la Unión Musical “Mar-Chica” nos deleita con diferentes obras desde los balcones. Además, las ‘peñas’ han grabado coreografías desde sus casas para aportar entretenimiento. Vamos, que la diversión ha estado asegurada.
Para concluir, solo decir que esta crisis nos ha hecho recordar que no solo somos individuos, sino también comunidad. Es ese espíritu el que vamos a necesitar en los años venideros: recordar que somos una comunidad, y que para prevalecer necesitamos trabajar juntos y para todos. Este ha sido y será el espíritu de Camporrobles y La Loberuela, son un ejemplo de responsabilidad comunitaria. Cada ciudadano se ha protegido y, con ello, a toda la población; ha respetado el Estado de Alarma y se ha implicado en labores para el bien general, por ello, me siento orgullosa de ser su Alcaldesa.
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