Toni Quintana El 21 de Julio de 2020 pasará a la historia como unos de los días más importantes, no solo para nuestro país como Estado miembro de la Unión Europea, sino también para resto de países que la conforman.
La pandemia que estamos sufriendo, con las consecuencias sociales, sanitarias y económicas, situaban a la Unión Europea en un escenario difícil, la experiencia de la pasada crisis económica, no auguraban muchas esperanzas y a la vez espoleaba una vez más, el discurso populista de la extrema derecha y del conjunto de euroescépticos, que se frotaban las manos, ante un posible fracaso en la negociación del reparto de los fondos de reconstrucción que se estaban negociando.
Si en cualquier negociación que trate de dinero requiere de cierta dificultad en cualquier ámbito de nuestra sociedad. Poner de acuerdo a 27 países, cada uno con sus intereses particulares y una forma diferente de ver las soluciones, era todo un desafío.
Como decía anteriormente, la gestión de la pasada crisis económica por parte de la Unión Europea sigue latente en nuestra sociedad.
La apuesta de salvar al sector económico por encima de quien había perdido el empleo o su vivienda hizo que mucha gente en nuestro país lo pasara muy mal.
Pero el acuerdo del pasado 21 de Julio, después de casi 5 días de negociación entre los 27 países miembros, abrió el paso a un gran acuerdo, no solo en lo económico que más adelante trataremos, sino también en algo muy importante, la imagen de cohesión Europea que estábamos dando a nuestros conciudadanos y al resto del mundo.
Un fondo de recuperación de 750.000 millones de Euros, destinados a la reconstrucción de la crisis sanitaria, social y económica que está provocando el COVID-19 en estos meses.
Un fondo que a la vez se distribuye en 390.000 millones de euros en ayudas a fondo perdido y 360.000 millones de euros en préstamos.
A España le corresponde 140.000 millones de euros, un 18,7% del total del fondo, somos el segundo país, solo por detrás de Italia, en el reparto de las ayudas.
Para que nos hagamos una idea del volumen de dinero que nos corresponde, estas ayudas suponen 10 veces más de los fondos de cohesión en el periodo 2014-2020 que ha recibido nuestro país. O el 11% de nuestro PIB en 2019, hablando en términos económicos propios.
Unas ayudas que van destinadas a recuperar el crecimiento económico lo antes posible, inyectando importantes ayudas económicas al tejido productivo y de servicios de nuestro país, con el objetivo de volver a crear empleo.
A impulsar las reformas necesarias para la Transición digital de nuestra economía, el impulso de una economía mas verde, la inversión en I+D+I y el fortalecimiento de nuestra educación y sanidad pública, junto a la igualdad de género y el fortalecimiento de la cohesión social y territorial.
Si algo hemos aprendido en esta pandemia, es que una sanidad pública fuerte, permite afrontar futuras pandemia mucho más preparados y por consiguiente que deriven en menos fallecimientos.
La pandemia nos ha situado ante cambios y transformaciones tanto en las relaciones laborales como en la educación de nuestros hijos e hijas. Además de fortalecer como decía anteriormente, la igualdad de género, para que las mujeres que son el colectivo que más ha sufrido el desempleo en esta crisis sanitaria, vuelva lo antes posible al mercado laboral. Asimismo una cohesión social y territorial fuerte, para que todos nuestros ciudadanos y ciudadanas tengan las mismas oportunidades vivan donde vivan o vengan de donde vengan.
Por tanto pienso que estamos ante un gran acuerdo, un negociado que nuestro gobierno en la figura del presidente Sánchez ha conseguido para España. Un presidente que nada mas acordar el fondo declaro;
“Europa sale fortalecida con este acuerdo, Europa se enfrentaba a un reto histórico y ha sabido responder con un acuerdo histórico”.
Y que a mí me gustaría acabar con la frase del encabezado, Europa es un gran País.
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