Jaume Hurtado
Por @Jaume_Hurtado
El viernes los
científicos y expertos anónimos del Gobierno de España hicieron algo asombroso.
Con muchos peores datos y variables de incidencia reciente acumulada de Covid19, muertos los
últimos 14 días, etc…el Gobierno de España concedió
graciosamente al País Vasco, el paso a Fase 1, mientras que dejó a 3’5 millones
de valencianos en Fase 0. Quizás más bien, dejó a Euskadi autogobernarse, y
libertad para tomar decisiones.
Los mismos ratios
de evolución del Covid19 en Valencia, por ejemplo, sirvieron a Galicia pasar a
Fase 1, y si estas mismas estadísticas las hubiera tenido la Comunidad de
Madrid, toda Madrid ya estaría en Fase 1. Sin lugar a dudas. Ninguna duda
tampoco que si Madrid hubiera pasado, Valencia también. Pero al revés no podía
ser. No hay criterios científicos, ni de salud por tanto. Solo criterios
políticos, sociales y de relación de fuerzas políticas.
No son criterios demográficos
tampoco, porque Bilbao o Sevilla tienen áreas metropolitanas parecidas a las de
Alicante-Elche y Valencia respectivamente, y sí pasaron. Y además, la libertad
de movimiento es total entre Guipozcúa, Álava y Vizcaya. 2 millones de vascos
pueden transitar por Euskadi libremente. Esto es más que el área metropolitana
de Valencia, que tiene 1’5 millones de personas.
Ximo Puig ha
experimentado en sus carnes el maltrato del Gobierno Central, incluso de su
mismo color político, como ya hicieran antes Camps (obligado a dimitir por
Madrid), Alberto Fabra (obligado a callar mientras se regalaba el Banco de
Valencia a la Caixa), el alcalde de Alicante que así se llama (humillado por
rajoy) o el Alcalde franquista de Valencia, quien quejándose valiéntemente por
la falta de apoyo del Gobierno de Franco después de la riada del 57, quien fue
dimitido ipso facto desde Madrid.
¿Qué hace que
Euskadi pueda gestionar autonómamente su economía y su Coronavirus? La
prevalencia de los fueros navarros, el Concierto Económico y un peso político
bien articulado, todo ello blindado por la Constitución Española firmada por
Fraga, Carillo, Herrero de Miñon, Soletura,etc… y el Rey Juan Carlos I, y
refrendado por Felipe VI, quienes nunca tuvieron necesidad de jurar els Furs
del Regne de Valencia. Claro, está abolidos por justo derecho de conquista.
Para el
mantenimiento del estatus económico de la autonomía con más renta per capita de
España, la vasca, y su potente industria, se necesita también un potente
Partido Nacionalista Vasco, integrado por personas serias, formadas en las
mejores universidades, y supervisado y aprobado por la burguesía local, que
domina alguna de las empresas más fuertes del IBEX35. ¿Algún problema con
eso? Por mi parte, no.
Al final, la
abolición dels Furs del Regne de Valencia en 1707 pesa en la Constitución más
de lo que pensábamos, aunque muchos ya sabemos, y algunos no quieren ver:
El Gobierno autonómico valenciano, ni es autonómico ni es valenciano, porque
está supervisado de facto por los hombres de negro de Madrid, quienes hacen y
deshacen, y administran estas tierras como colonias fértiles donde cobrar
impuestos, y playas de esparcimiento
estival. Los representantes de Madrid en Valencia son los peones locales del
PSOE, PP, Vox, Ciudadanos, etc… que rinden cuentas y si se enfadan lo hacen
teatralmente, sin otra consecuencia más, como ha hecho recientemente Ana
Barceló, que casi se enfada, pero que al día siguiente ya estaba otra vez en el
redil de la obediencia. Esa misma obediencia que tiene Compromís y Baldoví a la
burguersía catalana, quien no hace nada que moleste a quien controla los medios
de comunicación más potentes de España, y tiene sede o accionistas mayoritarios
en Barcelona-
Si Madrid y
Cataluña no pasan la Fase 0, tampoco lo puede hacer Valencia. El palo de
mantenerse en Fase 0 solo Madrid a regañadientes, era demasiado conflictivo
para Sánchez y su pulso con Ayuso y Ciudadanos para el mantenimiento del equilibrio
territorial. Este equilibrio ya lo hemos pagado los valencianos otras veces,
siendo cambiados importaciones de cítricos marroquíes por cuotas pesqueras en
el Atlático, compensaciones a la banca catalana, con entragas de nuestras cajas
de ahorros a 1 €, o asegurar el negocio de la Fórmula 1 en Barcelona,
eliminando la competencia del Gran Premio valenciano.
Solo hay un camino
posible. Y ese camino no es seguir callados. El camino es construir una
autonomía fuerte, europea y realmente valenciana.
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