El departamento de Trabajo Social de Casa Caridad ha
elaborado un diagnóstico de la pobreza en Valencia a partir del colectivo que
atiende en sus instalaciones. Según se desprende del “VI Informe sobre la
Pobreza en Valencia”, el perfil de este colectivo responde cada vez más a
valencianos y a familias jóvenes, con todos sus
miembros en paro o cuyo único ingreso proviene de los distintos trabajos
domésticos que pueda realizar la mujer y que permanecen cada vez más tiempo en
todos los servicios de la Asociación. Este perfil, que empezó a gestarse a
finales de 2009, se ha cronificado durante 2011, año en el que el 40% de los
usuarios han sido españoles y se ha alcanzado una media de 40 familias al mes. Así,
desde que comenzó la crisis económica en 2008, las atenciones a españoles en el
Comedor Social han aumentado un 109%. En el caso de los valencianos, el aumento
ha sido más significativo al triplicarse durante estos tres últimos ejercicios.
Del mismo modo, el perfil de inmigrantes en riesgo de exclusión social
también ha cambiado como consecuencia de la crisis. Mientras que hace unos años
el prototipo habitual de atención a extranjeros era el de recién llegados que
acudían a la Asociación hasta lograr regular su situación, actualmente se
presta ayuda a inmigrantes que llevan muchos años viviendo en el país de forma
estable y que, a raíz de perder su trabajo, han pasado a formar parte de la
creciente tendencia de usuarios normalizados que hacen uso todos los servicios.
A pesar de esa tendencia, y del descenso de extranjeros por el efecto del Plan
Retorno, el sector de población inmigrante sigue acudiendo a los servicios de
Casa Caridad, siendo Rumania, Bulgaria y Marruecos las nacionalidades que más
sobresalen entre los lugares de procedencia de los usuarios extranjeros. En
conjunto, se trata de usuarios provenientes de 70 nacionalidades diferentes y de
todas las provincias españolas, destacando Valencia, Madrid y Barcelona, que colman
cada día las instalaciones de la Asociación, abiertas a los más necesitados
desde hace más de 105 años.
Por otra parte, destaca la cronificación de las familias jóvenes, formadas
por padres de entre 19 y 25 años y
uno o dos hijos pequeños, y en la que ninguno de sus miembros tiene trabajo. Según
Luis Miralles, vicepresidente de Asuntos Sociales de Casa Caridad, “se trata de
hogares en los que todos sus integrantes se encuentran en situación de paro de
larga duración y que han agotado las prestaciones y las ayudas que les correspondían.
En Casa Caridad encuentran su única vía para salir adelante”. Junto a este
perfil, convive el de las familias cuyo único ingreso es el de las mujeres. Según
ha observado el departamento de Trabajo Social de la Asociación, en este sector
de los núcleos familiares que acuden a la institución, las mujeres pueden
aportar un sueldo gracias a trabajos en labores domésticas o al cuidado de
niños, personas mayores o enfermos, mientras que los hombres aportarían el
subsidio, en caso de cobrarlo.
Atenciones a menores
Una de las consecuencias de la cronificación de las atenciones a
familias es el aumento de menores asistidos en Casa Caridad, sumando una media
de 136 niños al mes. En este sentido, destaca el repunte de menores en el
Comedor Social de la institución los días festivos y fines de semana, ya que
según se ha constatado en el “VI Informe de la Pobreza en Valencia”, se trata
de niños que no cuentan con familiares que puedan hacerse cargo de ellos
mientras sus padres acuden a Casa Caridad.
Por otra parte, el 56% de las atenciones a menores
en la institución valenciana corresponden a los niños, de entre uno y tres años
pertenecientes a familias en riesgo o situación de exclusión social, que acuden
diariamente a las Escuelas Infantiles de la Asociación en Valencia y Torrent. Desde
ambos centros se realiza un trabajo personalizado con las familias de los
alumnos. “El programa Escuela-Familia está pensado y dirigido a los padres. A
través de talleres y charlas, los trabajadores sociales les enseñan a crear una
ambiente estable en el hogar y así poder normalizar, todo lo posible, la
situación familiar de los más pequeños”, destaca Luis Miralles. De este modo,
el programa Escuela-Familia ha atenido a 159 personas en 2011.
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