Ikea se construyó su propio balcón con permiso del ayuntamiento. /EPDA El Ayuntamiento de Valencia ha tomado una controvertida decisión al ceder un espacio público en las mascletàs para que que la multinacional sueca IKEA instalara un aparatoso escenario que sirviera de balcón privado desde el que disfrutar del espectáculo pirotécnico.
Esta acción ha sido duramente criticada por la ciudadanía y por diversos colectivos que consideran que se ha priorizado el interés económico de una empresa privada sobre el derecho de los ciudadanos a disfrutar del espacio público en igualdad de condiciones. Cabe destacar que la ubicación de este particular balcón no se realizó en la zona del antiguo edificio de correos, donde da más el sol durante la mascletà, sino cerca del ayuntamiento ocupando uno de los pocos lugares desde donde se puede disfrutar de algo de sombra en un espectáculo que este año ha destacado por el elevado número de lipotimias.
Los ciudadanos descontentos han señalado la ironía de que haya sido un gobierno que cuando llegó al poder hizo de la apertura del balcón del ayuntamiento, y del mismo consistorio, a la ciudadanía una de sus más marcadas señas de identidad, quien haya cedido a un espacio público en de uno de los eventos más emblemáticos de las Fallas de Valencia y, por tanto más concurridos, a una multinacional que ya cuenta con suficientes recursos económicos para alquilar un balcón privado en los edificios que dan a la plaza al que invitar a sus clientes, personal o compromisos comerciales.
La decisión del Ayuntamiento de Valencia presidido por Joan Ribó ha sentado un peligroso precedente para que empresas privadas puedan obtener ventajas en detrimento de los derechos colectivos, y lo ha hecho facilitando la promoción de una empresa extranjera que durante décadas no pudo instalarse en Valencia por la resistencia de políticos de todos los partidos que la consideraban una amenaza para el potente sector del mueblo valenciano, formado por una red de fábricas y pequeños comercios que aportaban riqueza a toda la Comunitat Valenciana y que ahora no pueden competir, viéndose incluso condenados a cerrar, con la poderosa multinacional sueca.
El balcón se instaló en una de las escasas zonas con sombra de la Plaza de Ayuntamiento. /EPDA
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