Imagen de archivo de una administración de lotería. hostelería. EFE/Ana Escobar
En el Sorteo del Niño celebrado el pasado día 6, la suerte rozó un pequeño municipio de Alicante, Hondón de las Nieves, un pueblo tranquilo que hasta ahora no había salido en televisión y en el un vecino se embolsó 25.000 euros de un décimo del tercer premio, el 5.587.
La mayor ilusión se la llevó Maricarmen Mira, propietaria de la tienda de comestibles con terminal de lotería en la que se vendió el billete agraciado y que confesó a EFE: "Nunca antes había oído el nombre" del pueblo en televisión.
Diez días después, Maricarmen, Carmencín para sus vecinos, sigue entusiasmada. "Me alegró mucho, porque además era por una buena noticia", ha manifestado.
Desde la privilegiada ubicación de su establecimiento, en la plaza de la Villa, enfrente del Ayuntamiento, es una de las protagonistas de la vida "tranquila de un pueblo pequeño en el que nos conocemos todos y se vive bien", reconoce.
Tras el impacto del sorteo, todo ha vuelto a la normalidad en Hondón de las Nieves, ubicado en una esquina de la provincia de Alicante, en la comarca del Medio Vinalopó y con unos 2.600 habitantes, de los que el 58 por ciento son extranjeros, y prácticamente todos mantienen las mismas rutinas.
"Aquí en la plaza hay cuatro bares en los que se reúne todo el mundo", apunta Carmencín, que señala que "si pasa cualquier cosa, buena o mala, nos enteramos todos" y sostiene que "los niños juegan en las calles sin preocupación y podemos salir al campo a pasear".
"Aquí se vive muy bien", ratifica a EFE la alcaldesa del municipo, Carmen Sellés (PP), que obtuvo la vara de mando en la última legislatura.
A su cargo vive una "población con una media de edad avanzada" que, históricamente, se dedicaba a labores "eminentemente agrícolas". La uva embolsada, la almendra y la aceituna eran sus principales productos.
"Ahora la situación es más complicada pero ya va retomando la tradición algún agricultor joven", apunta y explica que también hay propietarios que "arrendan sus terrenos a empresas que cultivan cebollas o brócoli" pero la mayoría de los trabajadores "se desplazan fuera, a Alicante, Elche o Aspe".
La dotación de infraestructuras del pueblo se encuentra actualmente en renovación, con ayudas de la Diputación de Alicante, principalmente, o "de cualquier subvención a la que nos podemos acoger", afirmado Sellés.
"Se va a mejorar el centro de salud, van a empezar las obras de un nuevo colegio" e, incluso, se está habilitando una nueva sede del Ayuntamiento. También están implementando instalaciones deportivas y negocian construir un almacén municipal.
"El pueblo tiene todo lo necesario, está a 35 minutos del aeropuerto y la gente es cordial y acogedora, cualquiera se siente bienvenido", agrega a EFE María Elena Jones, concejala de Residentes Extranjeros.
La tranquilidad, el espacio verde de la sierra de Crevillente y el clima son los principales reclamos para los ciudadanos que eligen Hondón de las Nieves como residencia.
Casi todos recalan en la urbanización La Montañosa, donde el 95 % de los vecinos son internacionales. "Aquí hay británicos, holandeses, belgas, franceses y alemanes que en su mayoría llegan poco antes de su jubilación", especifica.
"Se ofrecen muchas actividades culturales, la integración es muy buena y las pocas familias que vienen con niños dicen que la adaptación al colegio en castellano es muy fácil", asegura.
Hondón de las Nieves se escindió de Aspe en 1839 y se instituyó como entidad independiente en 1926. Esta circunstancia aporta una de las singularidades del municipio, ya que es uno de los pocos de España que comparte patrona con otro.
"La imagen de la Virgen de las Nieves se custodia en Hondón", explicado a EFE María Teresa Senabre, concejala de Cultura, y cada dos años, la talla se traslada a Aspe a pie, tras recorrer los nueve kilómetros que los separan, donde permanece unos 20 días.
Las restricciones de la alerta sanitaria obligaron a la suspensión de las fiestas el año pasado y probablemente tampoco permitan su celebración este año, pese a que tienen lugar en agosto.
"En 2020 no tuvimos ningún caso de coronavirus y ahora tenemos alguno, sobre todo de gente joven, pero están controlados", afirma la alcaldesa.
Además del entorno natural y la gastronomía, Senabre recomienda una visita al pueblo para ver los frescos que aparecieron en el santuario de Nuestra Señora de las Nieves en 2007, durante una rehabilitación. "Están datados entre 1717 y 1728 y adornan seis capillas y una bóveda" del templo, de estilo barroco.
Los restauró el Instituto Valenciano de Conservación y Restauración de Bienes Culturales con ayuda de la cofradía de la Virgen de las Nieves.
Se trata de "pinturas religiosas populares que explicaban a la gente, en su mayoría analfabetos en el siglo XVIII, a qué santo estaba dedicada cada hornacina", concluye la edil.
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