Foto de las playas del litoral de Sagunt. /EPDALa Asociación Vecinal de las playas de Almardà, Corinto y Malvarrosa valora positivamente la adjudicación del proyecto de regeneración del litoral norte de Sagunt, pero advierte que la actuación sigue siendo insuficiente para proteger de manera efectiva unas playas gravemente afectadas por décadas de regresión. El colectivo reclama medidas complementarias urgentes para garantizar la estabilidad de la arena y del litoral a medio y largo plazo.
El colectivo vecinal celebra que la Secretaría de Estado de Medio Ambiente haya adjudicado finalmente el contrato para las obras de regeneración, que contemplan una inversión total de 42,6 millones de euros (frente a los 67,7 millones inicialmente presupuestados) para playas afectadas en los términos de Canet d’en Berenguer, Sagunt, Sueca y Cullera, y donde correspondería a sus playas 1,2 millones de metros cúbicos de arena procedentes del banco submarino frente a Cullera. Este paso supone un avance clave para iniciar la recuperación del litoral.
Sabor agridulce
Sin embargo, la asociación insiste en que la actuación debe complementarse con medidas estructurales que garanticen su eficacia y eviten que la nueva arena desaparezca en pocos temporales. La entidad lamenta que el proyecto no haya incluido arrecifes artificiales sumergidos o diques exentos paralelos a la costa, elementos imprescindibles para frenar la energía del oleaje y estabilizar la arena. “Sin una barrera de protección, la arena volverá a desaparecer tras dos o tres temporales. Necesitamos soluciones que funcionen a medio y largo plazo”, subraya la entidad vecinal.
Además, el proyecto contempla la retirada de 7.500 m³ de gravas, una cifra que aunque muy inferior a la prevista en versiones anteriores sigue generando preocupación en la Asociación. “La grava es imprescindible para amortiguar los fuertes oleajes y proteger la arena. Ya sufrimos en el pasado la retirada masiva de material que dejó la playa aún más vulnerable. Tal como señaló José Serra Peris, catedrático de Puertos y Costas de la UPV, las gravas son un elemento esencial para la protección de nuestras playas”, destaca la entidad.
La Asociación subraya que el proyecto tampoco aborda la rigidización extrema del tramo costero entre Burriana y Almenara, ni la necesaria modificación del dique norte del puerto de Burriana, cuya influencia en la erosión al sur está ampliamente documentada.
“Mientras no se actúe sobre la raíz del problema, las intervenciones serán parches temporales”, advierten.
Son necesarias más medidas
Otro de los puntos que preocupa es que la regeneración dunar solo se contempla en el norte de la gola de Quartell, sin extenderse al conjunto del litoral. La Asociación reivindica una restauración integral del cordón dunar, con mayor altura en las dunas y un perfilado adecuado hacia la línea de mar, así como la correcta distribución de gravas, esenciales para fijar la arena.
El colectivo también manifiesta su preocupación por la posibilidad de que parte de la arena se utilice para enterrar zonas de paso y antiguos aparcamientos situados al norte de la gola de Quartell. “Estos accesos en vehículo ya están prohibidos y balizados. La arena debe destinarse exclusivamente a regenerar la playa, no a cubrir infraestructuras secundarias”, reclama la Asociación.
La Asociación Vecinal seguirá vigilante
Aunque se reconoce el avance que supone la adjudicación, la entidad vecinal recuerda que el proyecto fue redactado antes de los últimos temporales y debe actualizarse. Además, insiste en que la obra debe comenzar de inmediato para cumplir el plazo impuesto por los fondos europeos Next Generation, que obligan a que las actuaciones estén finalizadas antes de junio de 2026.
“La adjudicación es solo el primer paso. Seguiremos en actitud vigilante y reivindicativa para garantizar que la regeneración sea efectiva, sostenible y duradera. Lo que está en juego son nuestras playas y los hogares y en definitiva las vidas de cientos de familias.”, concluyen.
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