Seguramente lo hayas visto alguna vez. Acudes a internet
buscando un crédito online para afrontar un gasto y te topas con entidades que te prometen créditos en línea
sin tener que pagar ningún tipo de interés. Antes de que lo pienses, no, esto no tiene que ver con esa
nulidad de intereses de los créditos al hogar que están promoviendo los bancos.
Estas son propuestas de las financieras en línea que se ofrecen con un interés nulo para nuevos clientes con el fin de potenciar las contrataciones. Con el fin de hacer las cosas un poco más fácil al cliente, deciden dar créditos sin ningún tipo de interés ni sobrecoste adicional, aunque cumpliendo una serie de condiciones muy específicas. De hecho, son precisamente estas las que nos obligan a decir que hay que andarse con cuidado.
¿Estás planteándote el pedir un minicrédito gratuito por internet? Pisa el pedal de freno antes de mover ficha, porque es posible que te lleves una sorpresa desagradable una vez firmes. Existe otra cara no tan gratuita en estos préstamos que debe valorarse antes de dar el paso, y es precisamente la que vamos a analizar aquí para que cualquiera pueda tener más claro qué es lo verdaderamente gratuito y qué es lo que implica pagar más cuando se trata de estos préstamos.
LA PARTE NO GRATUITA DE LOS PRÉSTAMOS GRATIS POR INTERNET
Se puede recurrir a prácticamente cualquier crédito de este tipo por internet para poder comprobarlo. Con el fin de agilizar la comparativa, hemos recurrido a la sección de
minicreditos gratis de un comparador de préstamos en línea. Estas plataformas existen para recopilar las propuestas de las entidades por internet, y vamos a aprovechar eso para poder ver directamente esas
características que las financieras no suelen mostrar tanto cuando ofrecen créditos con intereses al 0%.
Porque, sí, la premisa de un préstamo sin intereses suena genial. Muchas entidades de este sector los ofrecen con unos importes de 300 euros, de forma que el cliente, en teoría, solo acaba pagando esos 300 euros que ha solicitado. Sin embargo, es justo aquí donde entra la otra parte de la que no se habla tanto: el plazo de devolución. Cuando hacen estas ofertas, las financieras renuncian a la flexibilidad de plazos y establecen un periodo fijo de 30 días.
Si, por cualquier motivo, el consumidor no puede cumplir con la devolución de la cuantía en ese plazo, es posible que tenga que pagar un recargo por prórroga, lo que al final provoca que el crédito se encarezca por encima de lo estipulado previamente. No obstante, también hay que partir una lanza a favor de estas empresas, y es que muchas de ellas ofrecen periodos de gracia extras de 15 o hasta 30 días adicionales sin añadir coste adicional alguno. Un punto verdaderamente a favor de esta propuesta.
La otra parte de esta cara oculta de la moneda tiene que ver con la amortización anticipada. En el caso de que el cliente disponga de la liquidez suficiente y decida pagar el préstamo antes de tiempo para así no tener una deuda pendiente, existe una altísima probabilidad de que tenga que pagar también un coste adicional en función del importe solicitado o el aportado. Esto, que se conoce como cuota por amortización anticipada, es una práctica muy habitual en el sector financiero, y es algo que también puede hacer que acabes pagando más que el importe establecido.
Asimismo, y aunque son las que menos, existen también financieras en línea que, aunque no cobran intereses, si que añaden comisiones por la gestión del préstamo. Estos, considerados como gastos por gestión o cualquier otro concepto similar, pueden alcanzar un valor equivalente a un 10-15% del préstamo solicitado. De esta forma, un minicréditos de 200 euros pedido para una avería urgente, puede convertirse en un total de 230 euros a pagar por culpa de las comisiones.
Si tenemos en cuenta entonces aspectos como la amortización anticipada y los gastos de gestión, el importe total puede incrementarse bastante más de lo previsto. Son este tipo de detalles los que el consumidor debe tener muy en cuenta antes de pedir un crédito por internet; de hecho, son la principal razón por la que siempre es mejor idea recurrir a un comparador o mirar cada cláusula y condición del contrato de crédito con detenimiento antes de proceder con la solicitud.
La ignorancia de este tipo de factores es algo muy extendido, por eso, conviene prepararse previamente para no tener que acabar pagando más de la cuenta. A veces, los créditos gratuitos de internet no son tan gratuitos como prometen, llevando a una situación engañosa que se produce con mucha más frecuencia de lo que debería. El cliente debe estar siempre informado y moverse con cautela. Solo así se puede aprovechar realmente la premisa de las financieras de internet.
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