Miembros de la UME y de los bomberos trabajan en la búsqueda de víctimas mortales a causa de las inundaciones de la DANA en l"Albufera de Valencia. EFE/ J.J. Guillén
La DANA ha convertido buena parte del parque natural de la Albufera, en Valencia, en un vertedero de residuos y ha paralizado la actividad de los pescadores y propietarios de embarcaciones de paseo de la zona, que piden ayuda para acelerar las labores de limpieza y recuperar su vida de antes.
"Nuestra situación es de paro total. No podemos salir a pescar", lamenta Pepe Caballero, presidente de la comunidad de pescadores de El Palmar, una pedanía de València integrada en la Albufera.
Los más de medio centenar de pescadores de El Palmar llevan una semana sin poder ejercer su trabajo por el lodo, las cañas y la cantidad de residuos que hay en el agua, ya que aquí desembocan dos de los barrancos que aumentaron exponencialmente su caudal con la DANA y que trajeron hasta aquí lo que encontraron por su paso.
Por ello, muchos de estos pescadores se han reconvertido en voluntarios y se han puesto a disposición del equipo de Actividades Subacuáticas de la Guardia Civil, que este miércoles sigue rastreando la zona en búsqueda de posibles cadáveres junto a bomberos y miembros de la Unidad Militar de Emergencias (UME).
Sin embargo, los pescadores de la Albufera advierten de que esta situación no puede prolongarse mucho más en el tiempo porque necesitan volver a tener ingresos.
"Estamos esperando a ver de qué manera la administración empieza a poner un tipo de indemnización o subvenciones. Se debe acelerar esto para que las personas puedan por lo menos comer", dice el presidente de la comunidad de pescadores de El Palmar.
Algunos de los pescadores de la Albufera, como Manuel Marco, conocido como Manolín, son propietarios también de embarcaciones de paseo, una actividad con la que sí podrían continuar al no haber impedimento para ello, pero que tienen igualmente paralizada debido a la falta de turistas en la zona.
"Nosotros esperamos que esto se arregle un poco porque nosotros vivimos de los turistas, de los paseos en barca. Se puede pasear, no hay peligro (...) lo que pasa es que falta gente", comenta.
Manolín asegura que su oficio de pescador está totalmente parado porque, más allá de la suciedad, no ha quedado apenas pescado en la Albufera, donde las compuertas siguen abriéndose en determinadas ocasiones para evitar la acumulación de agua y permitir que fluya hacia el mar.
En sus paseos de estos días, solo o en compañía de agentes de la guardia civil para colaborar en sus tareas de búsqueda, este pescador ha comprobado de primera mano la cantidad de residuos acumulados en la zona.
"La Albufera tiene mucha mierda, muchas cañas, muchas macetas, muchas bombonas de gas, balones, capazos. Aquí hay un montón de faena para hacer, no de dos días, sino de varios meses", dice.
La secretaria de la comunidad de pescadores de El Palmar, Amparo Aleixandre, ratifica la complicada situación que atraviesan estos profesionales.
"Nuestros pescadores en estos momentos no están pudiendo trabajar, hemos paralizado la pesca. Somos unos de los afectados de la dana. Estas aguas no están en zona cero, pero reciben los residuos de la zona cero y necesitamos también ayuda. Vamos a ser una de las empresas que necesite ayuda", afirma.
La limpieza de la zona es una de las prioridades para los pescadores, que piden en boca de Aleixandre más coordinación y recursos, como por ejemplo la instalación de contenedores o de áreas donde poder ir depositando los residuos que ellos mismos están recogiendo en sus barcas, algunas de las cuales han sufrido daños por la dana.
Fuera del agua, en las calles, casas y establecimientos de la pedanía de El Palmar no hay rastros visibles del daño de esta catástrofe natural, aunque la presidenta de la asociación de vecinos, Cintia Sancanuto, cuenta que se libraron por poco, porque la crecida de la Albufera hizo que el agua se quedara "a dos dedos" de las puertas de algunas viviendas.
Los vecinos de esta zona pueden seguir haciendo relativamente su vida normal, pero son conscientes de que en pueblos de al lado hay muchas personas con dificultades por la dana, y por ello se han organizado también para recoger alimentos y ropa, e incluso están poniendo a su disposición coches para quien necesite desplazarse.
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