Los restos del fundador del club granota descansan ya en el Cabanyal junto a los de su esposa, Teresa Molins Los restos de José Ballester Gozalvo y Teresa Molins Gausach descansan ya en el cementerio del Cabanyal. El fundador del Levante FC y su esposa ven cumplido el sueño de descansar en su tierra después de una vida marcada por el exilio a Francia. La idea de repatriar los restos nació de los profesores Paco Santamans e Irene Alcolea, del IES Ballester Gozalvo, y ha sido posible gracias a un proyecto de memoria colectiva que ha subvencionado íntegramente la Diputació de València, a través de la delegación de Memoria Democrática que coordina la vicepresidenta Natàlia Enguix.
Política y deporte se han dado la mano en esta iniciativa que nació de un centro educativo, que ha pilotado el Levante UD a través de la Fundación Cent Anys y que ha financiado la Diputación. “Traer de vuelta a José y Teresa demuestra el potencial de las políticas de memoria y el papel tan importante que juega la Diputación como única institución con recursos y delegación específica”, señala la vicepresidenta Enguix, quien recuerda que Ballester Gozalvo “es mucho más que el fundador del Levante, ya que fue un político valiente, periodista, poeta y un firme defensor de la escuela pública e inclusiva, en su condición de maestro”.
Enguix cerró el acto celebrado en el estadio Ciutat de València en homenaje a Pepet i Tereseta, horas antes de que sus restos fueran inhumados en el Cabanyal junto a los de la familia Ballester Molins. La responsable provincial de Memoria reivindicó el legado de “dos buenas personas, dos intelectuales que como tantos otros se vieron forzados a abandonar su tierra por sus ideas y por defender los valores democráticos”. Y lo hizo instando a la sociedad del presente a luchar por la convivencia y “abandonar los discursos del odio”.
Deporte, política y memoria
Iniciativas como la de traer de vuelta a Ballester, el fundador del primer club de fútbol de la ciudad, refuerzan el binomio política-deporte que tan buenos resultados aporta a nivel social. “Resulta motivador luchar por metas como la de conservar el legado de un ciudadano ejemplar como Ballester, que entre otras muchas facetas fue un hombre de deporte y, en concreto, de fútbol”, recuerda la vicepresidenta. “Las causas justas pueden estar ancladas a la memoria, caso de Pepet, pero también al presente, como hemos vivido estos días en la Vuelta, cuando los ciclistas no pudieron alcanzar la meta de Bilbao ante las protestas en favor del pueblo palestino”, apunta Natàlia Enguix.
La responsable provincial destaca el buen funcionamiento de ese binomio entre las instituciones y el deporte, una relación que “forma parte de nuestras vidas, de una existencia que debe basarse en la convivencia”. En esta línea, la Diputación que preside Vicent Mompó “no solo trabaja en materia de memoria, sino también en potenciar la capacidad vertebradora que tiene el deporte, fundamentalmente el deporte base y el autóctono, que es la pilota”.
El relato fundacional del Levante UD se basa en la memoria, el deporte y la convivencia. Así lo expresaron durante el acto los historiadores, docentes, responsables del club y familiares de su fundador que intervinieron. Desde Fernando H. Ballester, familiar del tío Pepet, que ha firmado los papeles para poder repatriar sus restos, hasta los profesores que hace tres años se preguntaron por qué no cumplir el deseo del personaje que da nombre a su instituto.
Un ciudadano ejemplar
José Ballester Gozalvo fundó un club nacido de un pueblo marinero, el de los mítines de Blasco Ibáñez, el barrio trabajador que comparte con su institución deportiva el deseo de “un mundo más justo, con sus crisis y sus miedos, con sus ilusiones y sus retos”. El Levante que fundó Ballester “no desaparecerá nunca”, aseguran quienes han participado en el proyecto para repatriar a un ciudadano ejemplar exiliado por sus ideas.
Fernando es nieto de Víctor Ballester, el hermano de José. A su tío lo escuchaba por la radio, cuando daba sus charlas desde la Sorbona. Mientras, acudía con su padre y su abuelo a Vallejo a disfrutar del Levante que fundó el tío Pepet. “Ha sido muy emocionante recuperar sus restos y su legado”, asegura Fernando. La profesora Irene Alcolea, por su parte, confiesa que todo empezó cuando se plantearon conocer a la figura que daba nombre a su centro y descubrieron a “un defensor de los derechos humanos con una dimensión increíble”.
La delegación provincial de Memoria que coordina Natàlia Enguix ha subvencionado la repatriación /EPDA
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