El Servicio de Dermatología del Hospital
Universitari i Politècnic La Fe registró 35 nuevos pacientes con melanoma
durante 2011, a
consecuencia principalmente de una exposición inadecuada al sol.
La debilitación de la capa de ozono permite
además la entrada en la atmósfera de más radiaciones perjudiciales que
potencian los efectos negativos del sol por lo que advierten de la necesidad de
protegerse correctamente de él.
El melanoma cutáneo es la forma más
peligrosa del cáncer de piel, ya que si bien los tumores cutáneos se curan en
su mayor parte, el melanoma es el que causa un mayor número de muertes (supone 75%
de las muertes por cáncer cutáneo).
Dentro
de los factores que predisponen al desarrollo de este tipo de tumor destaca
fundamentalmente la exposición solar, especialmente cuando son intermitentes,
muy intensas y causan quemaduras. Además, entre el 8-10% de pacientes con melanoma
tiene antecedentes en su familia con este enfermedad.
El Servicio de Dermatología de La Fe, dirigido por el Doctor y profesor titular de la Universitat de
València, Rafael Botella, insiste en que “lo peligroso son las quemaduras
solares, ya que las radiaciones alteran el ADN de las células de forma acumulativa,
provocando la aparición de melanomas”.
Esta capacidad de la piel para acumular las
lesiones provocadas por el sol es lo que lleva a los expertos a asegurar que
“la piel tiene memoria” y a insistir en la necesidad de protegerse frente a sus
efectos desde pequeños.
Se trata de tumores que se pueden
prevenir, por lo que el Dr. Botella aconseja protegerse con cremas de factor 30
como mínimo y aplicarla 10 minutos antes
de la exposición repitiendo cada 2-3 horas.
“Conviene evitar la exposición al sol
entre las 12 horas y las 16 h. La población en la que se debe extremar especialmente
el cuidado ante las quemaduras solares son los niños pequeños y las personas
con pelo y ojos claros” apunta el Dr. Botella.
El jefe de Servicio de Dermatología de La Fe comenta que las zonas donde
los melanomas aparecen más frecuentemente son el tronco y las piernas. Pese a
ello, el Dr. Botella insiste en la necesidad de proteger del sol toda la piel
de forma homogénea: “No solo luchamos contra el melanoma, existen otros tipos
de tumores menos agresivos que el melanoma pero que
aparecen con mucha mayor frecuencia, que suelen localizarse en zonas con daño
solar crónico, como la cara o el cuero cabelludo de personas que ya han perdido
ya el cabello”.
Diagnóstico temprano
Las posibilidades de curación del
melanoma son mayores si se diagnostica en fases tempranas, y además presenta la
peculiaridad de ser un tipo de tumoración accesible y visible.
Por tanto desde el Servicio de
Dermatología de La Fe
subrayan la necesidad de controlar en casa los cambios que se puedan percibir
en los lunares (color / extensión / volumen / picor / sangrado). Si se detecta
algún cambio, es conveniente que el paciente acuda a su médico de cabecera que
será quien lo derive al servicio de dermatología correspondiente.
La población que debe ser especialmente
cuidadosa es aquella que ya haya tenido algún melanoma, o que tenga hermanos,
padres o hijos que lo hayan padecido. Asimismo, aquellas personas que tienen
más de 100 lunares deben controlarse de forma regular por su dermatólogo.
La supervivencia en los casos de melanoma
está en torno al 86% a los cinco años del diagnóstico para ambos sexos, si bien
las mujeres presentan mayores índices de sobrevivir a la enfermedad.
Esta mayor supervivencia en las mujeres
parece responder al hecho de que en ellas suele producirse un mayor número de
casos con diagnóstico precoz del melanoma, gracias a que las mujeres suelen
realizar un mayor control y supervisión de sus lesiones cutáneas.
Además, ejercen también como “cuidadoras”
de las lesiones cutáneas del resto de los integrantes del núcleo familiar,
siendo habitual que sean ellas las que “alerten” de posibles melanomas en
miembros del resto de la familia.
Investigación clínica en La Fe
El servicio de Dermatología del Hospital La Fe está investigando a través
de una beca del Instituto de Salud Carlos III los mecanismos inmunológicos que
provocan la regresión del melanoma en algunos pacientes.
“En el tratamiento del melanoma, la
respuesta inmunológica del paciente es muy importante para su curación. Con
cierta frecuencia, encontramos melanomas en los que una parte de ellos ha
desaparecido de manera espontánea. Este mecanismo se conoce como regresión. Conocer
cómo se activa y funciona este mecanismo de regresión puede ayudarnos a
encontrar nuevos tratamientos para el melanoma en un futuro”, ha declarado el
Dr. Botella.
Los avances médicos y farmacológicos, así
como las investigaciones clínicas en este ámbito tienen el objetivo de aumentar
la supervivencia de los pacientes diagnosticados con melanoma.
Actualmente, se tiende a la
personalización del tratamiento del melanoma gracias a la aparición de nuevos
fármacos que actúan directamente sobre las moléculas que han provocado la
lesión, ya que dependiendo de su localización y su relación con la exposición
solar, los melanomas generan alteraciones moleculares diferentes.
Esto implica que “la respuesta a los
fármacos sea distinta según el tipo de alteración, por lo que no se pueden
tratar todos los melanomas de la misma manera”, apunta el Dr. Botella.
Los
melanomas se han dividido clásicamente en cuatro tipos: lentigo melanoma,
localizado principalmente en las zonas con daño solar crónico, como la cara;
melanoma de extensión superficial, que es el más frecuente y aparece en zonas
sin daño solar crónico como el tronco y las extremidades; melanoma acral, que
aparece en manos y pies y es más propio en razas de piel oscura; y melanoma
nodular; que se localiza en todo el cuerpo y se caracteriza por un rápido
crecimiento. Sin embargo, es muy probable que esta clasificación se vea
alterada en el futuro atendiendo a los tipos de mutaciones que se vayan
descubriendo, lo cual también tendría repercusiones en el tratamiento.
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