Juzgan en Valencia a un educador social de un centro de menores de Valencia acusado de abusos sexuales. EFE La FiscalÃa ha reclamado que se aplique el subtipo agravado del delito continuado de abuso sexual a una menor al exmarido de Mónica Oltra por considerar que este educador actuó con prevalimiento respecto de una chica a la que tutelaba por las noches en un centro público.
La sección segunda de la Audiencia de Valencia ha celebrado este lunes un nuevo juicio a Luis Eduardo R., educador de un centro dependiente de la Conselleria de Igualdad, de la que es titular Oltra, por haber abusado supuestamente de una de las residentes de 14 años entre finales de 2016 y principios de 2017.
Aunque este hombre ya fue juzgado y condenado a cinco años de prisión, el Tribunal Superior de Justicia de la Comunitat Valenciana estimó el recurso presentado por su defensa y ordenó retomar el juicio para tener en cuenta dos informes periciales, de los que la FiscalÃa "sà tuvo conocimiento" y que para la defensa exculpaban al reo, según la letrada.
En el juicio del que resultó su condena, el tribunal no tuvo en cuenta dos informes: uno del Instituto Espill, especializado en evaluaciones a menores en procesos judiciales, y otro de la Dirección Territorial de la Conselleria de Igualdad. Ninguno daba credibilidad a la declaración de la joven, aunque el segundo se basaba, parcialmente, en el primero.
En la vista de este lunes se ha interrogado a las autoras de esos informes y se han expuesto las versiones contradictorias sobre la credibilidad que los psicólogos concedieron al testimonio de la menor.
La modificación de las conclusiones por parte de la fiscal ha generado la petición de suspensión de la vista y presentación de nuevas pruebas por parte de la defensa.
En consecuencia, no se ha expuesto el informe final ni del Ministerio Público ni de la defensa -se hará el 1 de marzo-, por lo que no se ha explicitado cuál es la petición concreta de la nueva pena que solicita, si bien podrÃa elevarse hasta los seis años.
En el inicio de la vista la presidenta del tribunal ha rechazado varias peticiones de la defensa, como la de citar a declarar de nuevo a la vÃctima o la de incorporar a la causa informes sobre las fugas de esta menor y otros incidentes que pudo haber protagonizado.
Igualmente, la defensa, aunque no ha llegado a plantear de forma expresa la recusación del tribunal por "haberse formado ya una opinión", ha pedido a los magistrados que se "abstuviesen, pese a lo que diga la superioridad", en alusión al TSJCV.
La duda sobre la parcialidad de la sala, ha indicado la presidenta de la sala, ya la resolvió el TSJCV en el recurso de la defensa, y además ha insistido: "No tenemos ningún prejuicio".
Posteriormente ha testificado la psicóloga del centro de menores en el que residÃa la vÃctima, quien a preguntas de la defensa ha explicado que la menor no informó a nadie del centro sobre los supuestos abusos, sino que lo hizo en una reunión del comité anti-SIDA.
Asimismo, ha señalado que la menor tuvo conocimiento del traslado a su centro de otra niña que dijo haber sufrido abusos en otro centro -abusos que, según esta testigo, posteriormente la menor admitió como inexistentes e inventados- ,y ha apuntado la posibilidad de que la menor pudiese haber copiado la estrategia: "MentÃa cuando querÃa obtener algo" para forzar su traslado a otro centro de Paterna al que querÃa ir.
La psicóloga responsable de la redacción del informe del Instituto Espill ha explicado que se reunió en tres ocasiones con la menor, que la vio "poco colaboradora, que daba información arbitraria, poco consistente e incoherente", que no mostraba "rabia, ni rechazo al agresor, ni rencor" y que por tanto consideró su relato como "poco creÃble" y pensó en alguna "motivación espuria".
"Esta menor tiene un carácter fuerte, no es esperable de ella que no expresase rabia, enfado o necesidad de venganza. No creo que ocultase información, sino que no la tenÃa y por eso se molestaba cuando le pedÃamos detalles", ha agregado.
Estas opiniones han sido contradichas prácticamente de plano por la médico forense del Instituto de Medicina Legal que examinó a la menor, quien cree que la psicóloga "no consiguió conectar con la menor".
"Dice que dormÃa bocabajo, que notaba que le daban masajes por encima de la ropa y que notaba el órgano -sexual- del hombre en su mano, también la eyaculación, eso no es inconsistente. Esta menor muestra un perfil completamente estable y normal, que ya quisieran para sà muchas jóvenes de su edad. Además, nunca dice nada diferente, su relato ha sido siempre el mismo", ha insistido.
Sin embargo, a preguntas de la defensa, esta experta ha admitido desconocer que inicialmente dijo que el agresor le habÃa tocado también los pechos.
La técnico jurÃdico de la Conselleria de Igualdad que hizo un informe posterior al del Instituto Espill ha considerado igualmente poco creÃble el testimonio de la menor, que "primero dijo que le habÃan tocado los pechos, luego que el educador la masajeó y le cogió la mano para masturbarse con ella".
"Tampoco se acordaba de cuándo sucedió, ni de las veces, ni dio detalles ni mostraba sentimientos al hablar de eso. Tengo hijas... y relatar esos hechos con esa frialdad me extrañó. Desde luego no la vi afectada", ha agregado.
El acusado ha negado que se dedicase a hacer masajes a los menores, pero cuando se le ha recordado que eso fue lo que declaró en el primer juicio ha explicado: "Algunos piden que les toques la cabeza -para ayudarles a dormir- y si dices que no, generan problemas y molestan al resto".
Asimismo, ha admitido que trataba de enseñarles "técnicas de respiración" e incluso practicaba "digitopuntura", porque él cree en "una medicina holÃstica" pero siempre "con la intención de que se durmiesen por ellos mismos".
Comparte la noticia
CategorÃas de la noticia