Font de Quart. EPDA La comarca del Camp de Morvedre esconde multitud de rincones en los que perderse y aislarse. No hace falta alejarse mucho de casa para encontrar parajes memorables en los que disfrutar de la naturaleza de tú a tú, de un modo íntimo y cercano. La Font de Quart de les Valls es un ejemplo de mención imprescindible que ilustra este tipo de lugares mágicos, en los cuales el tiempo parece detenerse.
La Font está ubicada a apenas 200 metros del núcleo urbano de Quart. La forma más sencilla de acceder es recorriendo el amplio paseo recientemente renombrado como Baltasar Asensi, en homenaje al último alcalde republicano del municipio.
Como si de un oasis se tratara, desde la lejanía puede observarse una agrupación de árboles aislados que ascienden al cielo y actúan a modo de bóveda para proteger esta antigua fuente. Una vez se cruza el umbral, se puede contemplar el reflejo de los pinos y las palmeras en la quietud de las aguas que serpentean a través de acequias y desembocan en pequeños lagos.
El visitante puede atravesar los múltiples puentes que se ubican en el área y que evocan una Venecia en miniatura. Es difícil no caer en la tentación de pisar y descubrir todos los rincones del lugar. Tras el paseo, es posible detenerse y descansar en alguno de los bancos instalados para hacer una pausa y observar con atención el acogedor paisaje, donde quizá pueda aparecer en escena alguna ardilla.
También se ponen a disposición merenderos y barbacoas para disfrutar de una comida en familia o en compañía de amigos, en un entorno más que agradable.
“La población, las riquezas y la felicidad del Valle dependen de la copiosa Fuente de Quart, cuyas cristalinas aguas brotan entre las arenas y guijo muy menudo. Los manantiales y balsas que de ellos resultan ocupan unos 300 pies de diámetro, dejando entre sí varias isletas y terrenos de seis pies de altura; se reúnen luego en un canal común, dividido después en otros, y van a fertilizar las huertas del Valle de Segó y Almenara. Cuidaron los vecinos de cercar con paredes aquel sitio para que no entren los ganados”. En estos términos se expresó el ilustre botánico valenciano A. J. Cavanilles (1745-1804). Este fragmento permite, siglos después, tomar conciencia de la importancia del manantial desde tiempos remotos para abastecer los campos del norte de la comarca. Tal y como reza la inscripción a la entrada, la Font está vinculada estrechamente a Quartell, Benavites, Benifairó, Faura y Almenara. El caudal máximo ha llegado a sobrepasar los 25.000 m3 por minuto.
Cavanilles creía que las aguas de la fuente podían haberse originado en los depósitos subterráneos de la Sierra de Espadán y a causa de las filtraciones del río Palancia aguas arriba de Algar y Sot de Ferrer.
En el área también se encuentra el Molí de la Font, uno de los, al menos, diez que había en la antigüedad. Hoy se encuentra medio derruido, pero todavía conserva la maquinaria utilizada para moler.
Los interesados en conocer de manera más amplia la historia de la Font pueden recorrer la Ruta del Agua, que atraviesa puntos de la comarca como el Sistar de Benifairó o el de Quartell, el Molí de l’Arap, el Molí Nou...
La historia y la belleza de la Font de Quart se entrecruzan para conformar un espacio cuyo valor es fácilmente apreciable cuando se visita. Sin duda, un patrimonio del cual la comarca puede sentirse orgullosa.
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