Zona de montaña de la Comuntiat. EFE Investigadores del grupo RE-ForeST de la Universidad Politécnica de Valencia (UPV) han concluido en un estudio que la gestión forestal adaptativa, que contribuye a mitigar el cambio climático, no afecta negativamente a las propiedades del suelo.
El estudio, desarrollado en un bosque de encinas semiárido marginal localizado en el monte público "La Hunde" (Valencia), ha analizado el efecto de este tipo de gestión forestal a los flujos de aguas, dinámicas de crecimiento forestal y la calidad del suelo, según las conclusiones a las que ha tenido acceso EFE.
Además, la investigación considera que es necesario articular medidas forestales de base ecohidrológica que ayuden a mitigar el impacto del cambio climático en los bosques mediterráneos.
Investigadores del grupo han explicado a EFE que la gestión forestal adaptativa contribuye a mitigar el cambio climático, ya que sus estrategias se orientan a aumentar la disponibilidad de agua y la disminución de la escorrentía superficial, que conllevan aumento en el almacenamiento del agua del suelo y la recarga de los acuíferos.
Con ello se consigue un mejor desarrollo de los bosques y una mayor resiliencia del ecosistema forestal, han destacado, a la par que han valorado la "importancia" de los bosques en la lucha contra el cambio climático mediante la captura de dióxido de carbono.
Las investigaciones han sido desarrolladas por Cristina Lull, Inmaculada Bautista, Antonio Lidón, Antonio del Campo, María González y Alberto García Prats, todos ellos del grupo de Ciencia y Tecnología Forestal (Re-ForeST) del IIAMA-UPV, y su trabajo ha sido publicado en la revista científica "Forest Ecology and Management".
El estudio parte de la realidad de que las reservas de carbono orgánico del suelo tienen un papel importante en el mantenimiento de los ecosistemas, como fuente de nutrientes y energía para los microorganismos del suelo, los cuales tienen un papel esencial en el ciclo de nutrientes.
"Las propiedades biológicas y bioquímicas del suelo son esenciales para la descomposición de la materia orgánica. Sin embargo, estas propiedades pueden verse afectadas por el tratamiento forestal que se considera sostenible cuando las propiedades del suelo se mantienen o mejoran", ha explicado a EFE Cristina Lull.
El estudio se ha desarrollado en un bosque semiárido marginal localizado en el monte público "La Hunde", catalogado como "uno de los pocos bosques de encinas bien conservados de la Comunitat Valenciana y el más grande de la provincia de Valencia", según la investigadora.
La investigación consistió en analizar el efecto de un tratamiento selvícola sobre las propiedades del suelo mineral y del mantillo relacionadas con el ciclo del carbono y sobre la actividad enzimática del suelo.
Una vez se obtuvieron los datos, estos se compararon con un área no gestionada durante un periodo que ha oscilado entre cinco meses y siete años después del tratamiento selvícola; en concreto, el área no tratada tiene una alta densidad de encinas (1059 pies/ha) y en la tratada se redujo a 289 pies/ha, además de eliminar la masa arbustiva.
"En una primera etapa, en la parcela tratada detectamos en el suelo mineral un ligero mayor contenido de carbono orgánico del suelo y carbono orgánico soluble en agua probablemente debido a los restos de la corta de menor tamaño que se dejaron en la parcela tratada al hacer el tratamiento selvícola", ha apuntado.
Sin embargo, siete años después del tratamiento, "se observó que éste no afectaba al carbono del suelo, tampoco a la respiración del suelo medida mediante incubaciones en laboratorio ni a las actividades enzimáticas, en concreto ni a la actividad fosfatasa del ciclo del fósforo ni a la ureasa del ciclo del nitrógeno, respaldando la sostenibilidad de este tipo de gestión del bosque", ha resaltado.
Todo ello ensalza la labor de la última década el grupo Re-ForeST, con diferentes estudios y proyectos de investigación que buscan mejorar la resiliencia de los bosques semiáridos al cambio climático.
"Este estudio se complementa con otros en la misma zona relacionados con la caracterización hidrológica de la estructura forestal para la implementación de una selvicultura adaptativa y con el estudio de medidas forestales de base ecohidrológica para la adaptación al cambio climático", ha añadido.
Todo ello, con la finalidad de "promover prácticas que mejoren la adaptación y conservación de nuestros bosques", ha concluido Cristina Lull.
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