Despedida de la profesora en Casinos. EPDA.Sería por el año 1990, cuando Virtudes Pérez, vecina de nuestro pueblo, esposa y madre de familia, comenzó su andadura en aquella desparecida Guardería Infantil, que situada al final de la calle san Miguel, esquina con lo que era el Parque, que en su día financió la Caja Rural de Casinos; allí, empezó a trabajar como profesora, educadora, “madre adoptiva”, de las niñas y niños que cada día acudían a este centro local hasta alcanzar la edad de pasar a la vecina escuela, que tenía por nombre “Colegio Público La Paz”.
Se puede decir que los nacidos desde antes del año 1990, hasta los nacidos en los últimos años de la década del 2010 - 2020, han sido sus alumnos, sus pupilos, sus iniciados en el aprendizaje.
Este hecho puede pasar inadvertido, pero sería importante reconocer y en particular a todas las personas de Casinos, esa impronta que dejan en sus actos y su trabajo, que avalan las vidas tanto de “unos”, como de “otros”, porque hoy en estas letras de reconocimiento a Virtudes, estoy recordando, a muchas personas, que han estado, han pasado, y lo que es más triste, su memoria, cae en el olvido.
Las letras de esta crónica, hoy son para recordar los años de aquella Guardería, con paredes de cemento, azulejos de colores, vidrios pintados, que empezó siendo parroquial, continuó siendo municipal, y poco a poco no solo se fue transformando, sino adaptando a las necesidades y las reformas educativas.
De esa Guardería (al unificarse el suelo para construir las nuevas escuelas), se pasó a otro edificio, que se construyó por el Ayuntamiento de Casinos, financiado con subvenciones de la Diputación de Valencia, en la calle San Francisco, donde el Instituto secular de las Obreras de la cruz, tuvieron su primera guardería, cumpliendo el encargo de la finada Francisca Usach, al dejar esa casa, con el legado de que los niños de Casinos tuvieran una escuela maternal.
Ya era el año 2000… Cuando se pensó hacer la casa de la Juventud y el Centro Cívico, la Guardería pasó a la Calle Mayor, donde estuvo ubicada muchos años la Casa del Médico. Esas paredes de piedra que custodian ese emblemático edificio, sigue cumpliendo una labor social importante.
Su planta baja, alberga a los más pequeños, en las plantas superiores, se dan cita las mujeres para hacer labores, aprender artesanía, y compartir momentos e ilusiones.
Son más de tres décadas las que Virtudes se ha entregado con ilusión, poniendo voz, alma, y pensamiento, a educar a las futuras generaciones de Casinos, sin duda se puede decir que para muchas niñas y niños ha sido su primera “seño”, maestra, o como queramos llamarle; pero lo cierto es que su labor ahí está, su dedicación está más que probada, y su afecto demostrado.
El día del adiós laboral es un día diferente “agridulce”, la palabra jubilación, viene de júbilo, pero los que a lo largo de una vida nos hemos dedicado a los demás, en ocasiones se nos hace difícil acomodarnos a los nuevos pasos que marca la vida. Efectivamente se abre una nueva puerta para Virtudes, tendrá más tiempo para todo, pero seguramente, jamás podrá olvidar el tiempo entregado a Vicente, Pepito, David, Ana, Lola, Sofía, Irene, Juan…, y tantos y tantos nombres que ha tenido que pronunciar cada día, cada hora, cada momento; eso sí, siempre con la sonrisa, y los ojos atentos cuidando a cada uno de los niños que ha custodiado a lo largo de los años.
Esa es la cadena de la vida. El mundo sigue, las personas somos sustituidas, con el tiempo, olvidadas…. Siempre queda aquella frase “¿Te acuerdas de…?” Hoy es el día de acordarnos de Virtudes, de desearle lo mejor en esta nueva etapa, de tener presente los muchos años entregados a los más pequeños de Casinos, aquellos que con toda confianza, sus familias dejaban en las manos de Virtudes y de sus compañeras de trabajo.
Conozco a Virtudes de toda una vida, recuerdo las horas en el instituto de Llíria, los caminos que cada uno tuvimos que recorrer; luego la vida nos unió, yo era Alcalde y ella la Reina de la Guardería, siempre allanando caminos, y solucionando problemas; lo mejor es que hoy tenemos salud, puedo brindarle estas palabras de reconocimiento, repletas de afecto y gratitud, no por mi persona, sino por esas niñas y niños de Casinos, que con paciencia ha sabido atender todos estos años.
Has sido un gran ejemplo. Un fuerte abrazo y gracias.
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