Momento de la detención Agentes de la Policía
Nacional han detenido a diez personas como presuntas autoras de la
comisión, bajo diferentes modalidades, de más de 60 estafas a
víctimas de 35 países diferentes. Los arrestados utilizaban la
figura de un falso abogado que supuestamente representaba a
millonario africano que solicitaba colaboración para sacar una gran
cantidad de dinero de su país a cambio de una compensación
económica. También incluían entre sus actividades ilícitas
el timo de las conocidas como “cartas nigerianas” y otro engaño
basado en la usurpación de empresas proveedoras de suministros.
La
investigación comenzó en agosto de 2016 al tener conocimiento de la
existencia de una organización criminal de ámbito internacional,
dedicada a la comisión de delitos de estafa, falsedad documental y
blanqueo de capitales. Durante el transcurso de la misma se ha podido
determinar la presencia en España de sus principales miembros, que
finalmente han sido detenidas en Vitoria, Valencia, Xirivella y
Alfafar. Han sido registrados seis domicilios y un locutorio
utilizado por miembros de este grupo criminal. En su interior se han
intervenido cinco pasaportes falsos -cuatro británicos y uno
camerunés-, tarjetas y libretas bancarias abiertas con identidades
falsas, documentación relacionada con sus actividades delictivas,
recibos de transferencias monetarias y cerca de 7.000 euros en
efectivo.
Tres
tipos diferentes de estafa
Las
indagaciones iniciales determinaron que este grupo criminal realizaba
estafas en diferentes modalidades, tanto a personas residentes en
España como en el extranjero, apoyándose en el empleo de las nuevas
tecnologías y en la falsificación de documentos. Para llevar a cabo
sus actividades ilícitas realizaban inicialmente labores de
captación de víctimas, a las que posteriormente trataban de engañar
de diferentes formas.
Una
de las estafas más comunes que realizaban consistía en utilizar la
figura de un falso abogado, que actuaba en representación de una
persona con un alto nivel adquisitivo, residente en Nigeria u otro
país africano, quien presentaba la necesidad de sacar una importante
cantidad de dinero al extranjero. Para convencer a las víctimas, el
supuesto letrado les ofrecía un porcentaje del total de efectivo que
deseaba transferir su representado, a cambio de que estas aportaran
una cantidad de dinero necesaria para acometer una serie de trámites
sin los cuales sería imposible sacar el efectivo de África.
La segunda
modalidad consistía en el timo conocido como las “cartas
nigerianas”. Esta estafa se inicia mediante el envío masivo de
correos electrónicos en los que anuncian a los destinatarios que han
sido agraciados con un premio millonario de la lotería, que son
beneficiarios de una herencia o cualquier otro pretexto para llamar
su atención. Una vez “enganchados” solicitan sus datos
personales a la víctima -aunque cada vez es más frecuente que
realicen una labor previa de búsqueda en Internet de esta
información-, con la finalidad de ponerse en contacto telefónico,
generalmente en habla inglesa. Una vez establecida la comunicación
instan al perjudicado al pago de una cantidad para hacer frente a una
serie de trámites necesarios para que les sea entregado el importe
del premio o la herencia con los que han sido favorecidos.
La tercera de las
variantes delictivas usadas para engañar a las víctimas radicaba en
un engaño basado en la usurpación de empresas proveedoras de
suministros. En este caso ofertaban a suministros a precios muy
competitivos para captar clientes. Una vez recibidos los pedidos,
solicitaban un primer pago previo al envío del material que
supuestamente iban a recibir, sin llegar nunca a recibir los
productos.
Apertura de
cuentas con documentación falsa
Como
instrumento para recibir las transferencias de dinero estafadas a las
víctimas, se servían de una serie de cuentas bancarias distribuidas
por toda España, que abrían mediante el uso de documentos falsos.
Una vez tenían en su poder la cantidad estafada, extraían el
efectivo, generalmente en cajeros automáticos, y lo sacaban de
nuestro país bien a través de personas de confianza que viajaban al
continente africano, o por medio de envíos de pequeñas cantidades
utilizando los servicios de locutorios.
Hasta
el momento se estima la existencia de al menos 62 víctimas
residentes en 35 países diferentes, a las que se en su conjunto se
ha causado un perjuicio que ronda el medio millón de euros. Los
investigadores, además, han solicitado a la autoridad judicial el
bloqueo de las cuentas de los detenidos.
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