El president de la Generalitat, Carlos Mazón, junto a la alcaldesa de Torrent, Amparo Folgado, en la reinauguración de la carretera tras las obras. / Foto: G. V. Nueve meses. Es el tiempo que se ha necesitado para recuperar todas las carreteras autonómicas afectadas por las riadas. Un hito que se ha logrado un año antes de las previsiones técnicas iniciales. En total, 18 viales autonómicos y 47,3 kilómetros de carreteras, puentes y viaductos han sido reparados y modernizados, con una inversión global de 125 millones de euros. A ello, se le suman los 140 millones destinados a restituir el servicio de Metrovalencia.
Este trabajo se enmarca en el Plan ‘Recuperem València’, que ha movilizado recursos humanos y técnicos de la Generalitat, la Diputación de Valencia y decenas de ayuntamientos en una respuesta considerada “sin precedentes” en la historia reciente de la infraestructura autonómica.
La CV-33, arteria clave para 17,5 millones de vehículos al año
La reapertura integral de la CV-33, una de las vías más transitadas del área metropolitana de Valencia, supone el cierre simbólico y práctico del proceso de reconstrucción. Por esta carretera, que conecta Torrent con Valencia, circulan 17,5 millones de vehículos al año, lo que la convierte en una arteria fundamental para el tráfico de la zona.
La actuación, con un coste de 12,5 millones de euros, ha devuelto la plena operatividad a sus cuatro carriles y ha incorporado mejoras estructurales para aumentar su resistencia ante futuras emergencias. Entre las intervenciones más destacadas figura la reconstrucción completa del estribo del puente en dirección a Valencia, derrumbado por la fuerza del agua, así como el refuerzo de las bases del puente en sentido Torrent mediante la inyección de hormigón.
La magnitud de la catástrofe obligó a una reacción urgente. Dos semanas después de las inundaciones, la Generalitat restableció de forma provisional la movilidad en la práctica totalidad de las carreteras autonómicas, un logro que permitió evitar el aislamiento de numerosos municipios y reactivar el flujo de personas y mercancías.
Posteriormente, se puso en marcha un programa de obras definitivas que no solo devolvió las infraestructuras a su estado original, sino que incorporó criterios de resiliencia frente a fenómenos meteorológicos extremos, con refuerzos estructurales y materiales de mayor durabilidad.
Medio centenar de carreteras locales en obras
Además de las 18 vías autonómicas, el Consell trabaja actualmente, de forma coordinada con la Diputación de Valencia, en medio centenar de carreteras locales que sufrieron daños de distinta consideración durante las riadas. Según los técnicos, estos trabajos avanzan “a muy buen ritmo” y permitirán cerrar el ciclo de reconstrucción en los próximos meses.
Desde la Generalitat se ha subrayado que toda esta inversión se ha financiado “a pulmón”, con recursos propios y recurriendo al endeudamiento, ante la ausencia de ayudas a fondo perdido por parte del Gobierno central.
El president de la Generalitat, Carlos Mazón, ha destacado la magnitud del trabajo colectivo llevado a cabo, subrayando que se trata del “esfuerzo más importante que jamás ha hecho un gobierno autonómico tras una catástrofe” y que la reapertura de la CV-33 es “uno de los símbolos de la conectividad, de la normalidad y de la capacidad de levantarnos”.
La riada también afectó gravemente a la red de Metrovalencia, cuya recuperación ha requerido una inversión de 140 millones de euros. Estas actuaciones han permitido restablecer la movilidad urbana y metropolitana, clave para decenas de miles de usuarios diarios.
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