Los 4x4 recorrieron las calles de Benetússer. EPDADurante 55 días no ha hecho falta que fuera Navidad para que los valencianos afectados por la DANA sintieran la solidaridad de la Comunitat, de toda España e incluso del extranjero, tras la tragedia que conmovió al mundo entero. Pero es cierto que en estas fechas tan entrañables, los eventos se han disparado en l’Horta Sud, especialmente destinados a llenar de ilusión los corazones embarrados de los más pequeños.
Un total de 13 pueblos recibieron el pasado fin de semana la solidaridad de la acción promovida por la actriz María Castro, ‘Cada juguete cuenta’, para que ningún niño se quedara sin obsequios por estas fechas. Las comisiones falleras de cada municipio se encargaron de hacer el reparto a las familias para que pudieran sorprender a los más pequeños en las esperadas visitas de Papá Noel o de los Reyes Magos.
En Catarroja, fue la falla El Charco la que se dedicó a este menester, entregando 3.000 regalos y tratando de que se adaptaran a las edades de los solicitantes. La propia María visitó cada uno de los casales para comprobar el estado del reparto. También esta misma sede acogió otra entrega de 150 regalos un día antes de la mano de la empresa de Bétera Juvial Oficinas.
A lo largo de la comarca, en los municipios devastados por la riada, una Papanoelada 4x4 recorrió las calles repartiendo regalos y llevando la ilusión a todos los rincones, a través de una iniciativa de entidades y asociaciones, con las colaboraciones de los ayuntamientos, que reciben de buen grado estas muestras de solidaridad. De hecho las programaciones de estos días se han organizado junto con ellas para llenar de ilusión los espacios, donde el barro sigue siendo el protagonista.
En Benetússer se ha celebrado estos días la iniciativa 'Un abrazo, un balón', de dos amigos voluntarios, Álvaro Sáez e Iván Albarrán, junto a clubes y particulares, que repartieron decenas de balones de baloncesto, balonmano y fútbol entre los más pequeños de los equipos locales. Además, con las recaudaciones obtenidas a través de una plataforma de crowfunding adquirieron más materiales para los entrenamientos y donaron 400 euros al Club Atletismo de Benetússer y la misma cantidad al Club de Gimnasia Rítmica.
Comida para todos
Los días después de la riada, las localidades de l’Horta Sud han sido el centro de la actividad solidaria. Al principio fueron los voluntarios cargados con palas y sus manos los que llegaron para colaborar en las tareas de limpieza. A ellos se sumaron las ONGs que dieron de comer al pueblo, en un momento en el que no se disponía de luz ni agua para poder cocinar en las casas devastadas por el agua y el barro.
Entre ellas World Central Kitchen, del chef José Andrés, fue la primera en dar un plato caliente que, además de alimentar el cuerpo, lo hacía con el alma de los afectados que se sentían "abandonados" en aquellos momentos. Han sido semanas en las que los voluntarios han trabajado sin descanso para que nadie en las colas se quedara sin su comida.
Otras redes de menor tamaño, pero con el mismo ímpetu por ayudar, se lanzaron a esta misión, cuando llegar a los pueblos era casi imposible. Es el caso de ‘Un plato caliente para Valencia’, alentada por una empresa de Tarragona especializada en la organización de eventos que no se lo pensó dos veces y aterrizaron en el casal de la falla El Charco de Catarroja, convertido en un punto de entrega en los peores momentos tras la DANA.
Con más de 4.000 euros recaudados cocinaron durante casi una semana para el pueblo, con días que entregaban hasta 1.500 raciones. El dinero restante cuando acabó su misión se ha reconvertido en tarjetas monedero a cinco familias para gastar en establecimientos de alimentación de la localidad.
También Alicante Gastronómica Solidaria ha dado de comer durante semanas a las poblaciones de Alfafar y Sedaví, lo mismo que Álvaro, un cocinero de Málaga que instaló una cocina de campaña en Paiporta, o ‘Los chefs de la DANA’. Estampas que se han repetido en la gran mayoría de municipios afectados a cargo de voluntarios o personas que se han implicado desde el principio, cuando el mayor problema era comer para coger fuerzas.
Electrodomésticos y mobiliario
En otro orden de cosas, están los que se han dedicado a llenar las casas de electrodomésticos o muebles necesarios para iniciar la segunda etapa en la que se encuentra esta desgracia, como es la reconstrucción de los hogares. El mecánico Ángel Gaitán sigue con su misión de repartir el dinero que ha conseguido a través de donaciones, casa por casa, en función de cada situación familiar. No solamente dinero, sino también vehículos que entrega con seguro y cambio de nombre incluido.
Otras redes más anónimas siguen ayudando a multitud de afectados con la colaboración de empresas. Cristina Lara, desde Castellón, ha gestionado el reparto de colchones directamente, a través de la ayuda de Dormitienda. “Quiero expresar mi más profundo agradecimiento, a su directora general, Mónica Duart, y a Cheles Sáez, por el inmenso acto de solidaridad que han demostrado hacia el pueblo valenciano en estos momentos tan difíciles”, señala.
“Su colaboración desinteresada con los damnificados de la riada no solo ha llevado ayuda tangible a quienes más la necesitan, sino que también ha encendido una luz de esperanza en medio de tanta oscuridad y tristeza. Gestos como el suyo nos recuerdan que, incluso en los momentos más duros, la generosidad y la empatía tienen el poder de transformar vidas y devolver la fe en un futuro mejor”, comenta.
Y es que hoy todavía se necesita de esa marea de solidaridad para continuar en el proceso de restauración, mientras se secan las paredes con deshumificadores (el bien más preciado en estos momentos), y se busca mobiliario para poder volver a tener un hogar en el que poder vivir dignamente.
En esta tarea también está Interioristas en Acción, que integran profesionales del interiorismo, arquitectura y decoración que, a través de un formulario recogen las necesidades de las personas afectadas y las transforman en mobiliario, lámparas y electrodomésticos donados por empresas para vestir las casas. “Mi casa ha cambiado por completo, ahora ya parece un hogar”, explica Silvia, afectada de Catarroja, que ha recibido ya esta donación.
Además, carpinteros, cerrajeros, obreros, electricistas y fontaneros crean sus propias redes solidarias para echar una mano en esta lenta recuperación de manera totalmente altruista.
Algunos ejemplos son Pedro, albañil de Toledo, que se desplazó hasta Catarroja, con cubos de pintura gratuitos, para ayudar a las personas que se habían quedado sin nada y no tenían seguro para poder hacer frente a los gastos. Él mismo se pagó un hostal durante tres días e hizo lo que pudo allí donde se requirió su presencia. O Txema, del País Vasco que, con su camión cuba, ayudó a multitud de hogares a desatascar las cañerías en esta localidad y en Paiporta, sin pedir nada a cambio.
A esta lista hay que añadir los nombres de decenas de personas que trabajan desde el anonimato para hacer que la vida en estos municipios vuelva a ser lo más normal posible.
Los juguetes de la Papanoelada en Catarroja. EPDA
Txema llegó del País Vasco con su cuba para ayudar. EPDA
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