Congreso celebrado en la UCV. EPDA Se ha celebrado un congreso en la UCV centrado en la relación entre temporalidad y comarca, se basa en el libro titulado: “Tiempo e Historia: identidad y manifestaciones.” Este libro se compone de una gran cantidad de artículos de lo más variopinto y aquí reside una de sus características más interesantes pues esta gran variedad invita a la reflexión más diversa.
En el último momento del Congreso, Mónica Arribas, expreso con la simpatía que le caracteriza, las conclusiones que a modo resumen, son el mejor exponente de lo ocurrido en la jornada: “ No obstante, a pesar de esta gran diversidad, el libro sigue un hilo conductor que es el análisis del propio tiempo, de aquello que entendemos por tiempo, de la categoría misma del tiempo. Y ello en la medida en que el tiempo es el instrumento de la historia. La historia consiste en una datación cronológica de las diferentes formas de pensar y vivir que se han ido sucediendo. En este sentido, el tiempo constituye la categoría básica de la historia, es el instrumento del que se vale la historia pero del que generalmente no se reflexiona porque se da por supuesto. Tal y como señala un articulista parafraseando a San Agustín, el tiempo se sabe lo que es pero no se sabe explicar.
Pero a pesar de que el tiempo es el instrumento de la historia, la historia siempre se circunscribe a un espacio concreto. Tal y como ya indica el Doctor Francisco Cardells en el primer párrafo de la presentación del libro, “La historicidad del ser humano no se puede concebir sin la datación tópica o geográfica y la datación crónica o temporal. Los documentos así lo registran, somos hijos concretos de una época espacio-temporal, aunque llamados a una dimensión eterna”. Así pues, la historia se circunscribe a un espacio concreto y una de la de las inquietudes más frecuentes del análisis histórico es el estudio del espacio más inmediato, es decir, la comarca.
En la jornada de hoy se ha expuesto una ponencia de cada uno de los distintos apartados.
La primera parte trata de los códigos del tiempo en Occidente, analizando diferentes códigos como es el escolar, monacal, agrario, entre otros. En la jornada de hoy se ha tratado el tiempo castrense, que precisamente no figura en el libro. El tiempo es un instrumento organizativo que permite alcanzar un determinado tipo de vida. Así, el tiempo agrario marca los ciclos en los que transcurre la vida de una sociedad agrícola; el tiempo escolar marca una rutina a fin de lograr no sólo una serie de conocimientos académicos, sino también la disciplina y orden que se requieren sobre todo en las sociedades industriales; y el tiempo monacal organiza la vida en el interior de los monasterios con el objetivo de vincular el tiempo profano o secular con el tiempo de la eternidad o trascendencia. En la vida monacal, el modo de habitar el tiempo profano, el tiempo del reloj, es la manera adecuada para precisamente poder trascender este tiempo y contactar con los tiempos superiores o eternidad.
De aquí se deriva una segunda conclusión que es las diferentes concepciones del tiempo, las cuales son tratadas con mayor profundidad en la cuarta parte del libro y que hoy han sido expuestas por el reverendo D. Pablo Villarroya. En esta ponencia se han distinguido principalmente dos concepciones del tiempo: la del tiempo denominado profano que es la concepción cíclica basada en el movimiento de los astros en la que el tiempo se divide en horas, días, estaciones y años que se repiten de manera continuada y que organiza el ritmo tanto la vida agrícola como la escolar. Y la concepción del tiempo sagrado o eternidad propia de la vida monacal y por extensión, del mundo judeo-cristiano.
La segunda parte del libro se titula huellas de la protología y en la jornada de hoy ha sido mostrada a partir de la ponencia sobre la evolución de los sistemas de tracción de las campanas señalando cómo el sistema de tocar las campanas ha ido pasando de formas manuales a formas más mecánicas hasta llegar a formas digitales. Y es que no en vano la campana ha configurado una ancestral seña identitaria de cualquier comunidad. El tañido de las campanas ha constituido el lenguaje primitivo de comunicación en cualquier sociedad, desde los avisos de peligro hasta los anuncios de festividades. Además, y más importante, también ha constituido el medidor de tiempo, tanto del tiempo profano como del eterno. Las campanas no sólo marcan las horas del día sino también las horas de misa, es decir, el momento de dejar los quehaceres cotidianos para preocuparse por los trascendentes. De lo dicho, se deriva una tercera conclusión que consiste en una reflexión sobre el lugar que ocupan hoy los ancestrales emblemas comunitarios como son las campanas que antaño constituían un elemento de cohesión social
La tercera parte del libro se titula memoria histórica y por tanto alude a cómo el tiempo va conformando la historia. En este sentido, resulta de vital importancia los anales, las crónicas y otros testimonios tanto documentales como arqueológicos. De ahí que esta parte haya sido representada en la jornada de hoy con la ponencia sobre la fundación e historia de la Cooperativa vinícola Santa Bárbara de Casinos. Este artículo, como indica su nombre y hemos oído, relata únicamente la fundación e historia de la cooperativa de un pueblo, Casinos. No obstante, resulta fundamental, junto con otros documentos, para conocer la historia no sólo de Casinos (que importará y mucho a los habitantes de Casinos, de hecho estuvo presente el actual Presidente de la Entidad, Santiago Sanchis), sino también de la Comunidad Valenciana; pues como ya se ha indicado, la historia no sólo tiene un componente temporal sino también espacial, y más fundamentalmente, el espacio más inmediato, es decir, la comarca. Por tanto, la cuarta conclusión que podemos extraer es la muestra fehaciente de cómo la historia se configura espacio-temporalmente a partir sobre todo del desarrollo del sentimiento e idiosincrasia de la valencianidad.
La cuarta y última parte del libro se titula postrimerías. Este título por su propio significado alude al final de algo. De ahí podemos extraer una quinta conclusión y es que la concepción del tiempo cristiano ha sido, es y será siempre la misma: el tiempo presente, el tiempo profano, no es todo lo que hay. Obviamente, este apartado es el que abre más vías de investigación futura al tratar de un tema futuro que parte de una nueva concepción del ser humano y del tiempo. Claramente no puede ser la concepción de la historia que hasta ahora ha regido basada en el transcurrir del tiempo en un espacio concreto. De igual modo, sería interesante analizar qué tipo de relación va a tener el ser humano con su espacio e incluso con sus semejantes más cercanos, pues de hecho, uno de los logros del desarrollo tecnológico es poder conocer lugares remotos así como relacionarte con las personas que habitan en estos parajes. Es más, uno de los grandes desarrollos tecnológicos es precisamente la creación de una realidad virtual, cuando ésta se halle más desarrollada ¿cómo va a interferir en nuestra relación con el medio circundante? De hecho, ¿qué podremos entender por realidad circundante? Pero todas estas cuestiones y muchísimas otras ya serán objeto de debate en un congreso futuro. “
Y con las palabras del Dr. Cardells, quedó clausurado el VI Congreso Internacional de Historia Comarcal, con el reparto de Libros a los asistentes, cumpliendo todas las normas sanitarias.
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