El General De Gaulle abraza a Virtudes Cuevas. /EPDAAunque España permaneció formalmente al margen de la Segunda Guerra Mundial, lo cierto es que sus instituciones y muchas de sus gentes participaron activamente en la contienda.
Las instituciones franquistas mantenían una neutralidad sólo en lo formal, porque en la práctica ofrecían todo el apoyo posible a los nazis dentro de los limitados recursos de la maltrecha economía española de la época. Los aliados eran conscientes de ello y, por esta razón, España fue el escenario de la operación Mincemeat, una acción de la inteligencia británica clave para la derrota alemana. En esta operación se lanzó en una playa de Huelva el cadáver de quien aparentaba ser un oficial británico —en realidad, un vagabundo muerto en las calles de Londres— portando planes falsos sobre un supuesto ataque aliado a miles de kilómetros del objetivo real en Normandía. Los espías españoles, tal y como esperaban, transmitieron de inmediato esta información a Hitler como si fuera totalmente verídica.
En cuanto a las personas activamente implicadas, fueron los exiliados republicanos quieren tomaron las armas, y pusieron en riesgo sus vidas, para enfrentarse al horror nazi. Espías como Joan Pujol “Garbo” o soldados como los integrantes de “La Nueve” —unidad que liberó París y contó con presencia valenciana— dieron un paso al frente para devolver la democracia a Europa. Entre estas valientes figuras destaca una nativa de Sueca, Virtudes Cuevas Escrivà, considerada una heroína en Francia pero, lamentablemente, aún semidesconocida en nuestro país.
Nacida en Sueca en 1913, Virtudes Cuevas ejerció como profesora hasta el estallido de la Guerra Civil Española, cuando, como militante de las Juventudes Socialistas, se alistó en el Quinto Regimiento del ejército republicano. Tras la derrota de las fuerzas gubernamentales, se exilió a Francia sin saber que, pocos años después, el país sería ocupado por los nazis.
Durante la ocupación, la suecana no dudó en unirse a la resistencia francesa realizando acciones contra los alemanes, hasta que un compañero de trabajo afín al régimen nazi la delató. Tras su arresto, fue trasladada a varios campos de concentración, entre ellos el temible Ravensbrück, un campo exclusivamente para mujeres donde se realizaron crueles experimentos con seres humanos.
Virtudes Cuevas logró sobrevivir a su cautiverio y fue liberada en 1945 por las fuerzas aliadas. Su sacrificio y su valor fueron reconocidos por el restaurado gobierno democrático francés que la distinguió con los grados de Caballero, Oficial y Comandante en la Legión de Honor, convirtiéndose oficialmente en una de las heroínas de Francia.
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