Un momento de la reunión convocada en la plaza de Joan de Vila-rasa./EPDALas asociaciones vecinales de los barrios del Mercat y de Velluters han expresado su rechazo al actual proyecto de rehabilitación del jardín y aparcamiento de Parcent, propuesto por el Ayuntamiento de Valencia. Mediante una reunión convocada en la plaza Joan de Vila-rasa, las organizaciones reclamaron una revisión profunda del diseño propuesto y denunciaron la falta de participación ciudadana real en el proceso.
José Ignacio Pastor, vicepresidente de la asociación de vecinos (AVV) de Velluters, y Lluís Mira, presidente de la AVV Amics del Carme, lamentaron que el boceto del nuevo jardín no haya contado con las aportaciones del vecindario afectado. "No se nos ha escuchado de verdad. Llevamos desde 2023 solicitando información al Ayuntamiento y, de los tres proyectos presentados, en ninguno se ha contado con nosotros realmente", ha comentado José Ignacio Pastor.
Durante el encuentro, los representantes vecinales mostraron sus quejas respecto a que, a su parecer, ni el diseño urbano, ni los criterios de movilidad, ni los elementos de climatzación urbana han sido consensuados, a pesar de afectar directamente a los residentes de esos barrios. "Queremos árboles y agua", han expresado varios vecinos de la zona durante la reunión.
Además, critican que las concejalías de Urbanismo y Movilidad, ocupadas por Juan Giner y Jesús Carbonell respectivamente en la actualidad, "se pasan la pelota entre sí" desde hace meses, sin asumir responsabilidad política sobre los problemas que causa el proyecto.
Versión del Consistorio
El Ayuntamiento, por su parte, defiende que el proyecto responde a los criterios marcados por la Comisión de Patrimonio, que exigió preservar la puerta del antiguo Palacio de Parcent. En este sentido, aseguran que el tráfico en torno al jardín será exclusivo para residentes y la zona de juegos infantiles se trasladará a una esquina de la plaza. Respecto a la vegetación, afirman que la existencia del aparcamiento subterráneo impide plantar árboles de gran porte, pero que se colocarán ejemplares allí donde sea posible.
No osbtante, desde las asociaciones vecinales consideran estas justificaciones insuficientes. Denuncian que la supresión de las fuentes y la sustitución de zonas ajardinadas por piedra natural no hace sino agravar los problemas térmicos del entorno, especialmente en verano. “Lo que queremos son espacios frescos y habitables”, afirmó Pastor, quien también propuso que la plaza Joan de Vila-Rasa podría convertirse en un verdadero refugio climático para el barrio, si se repoblara con árboles que den mucha sombra.
Reivindicaciones de las asociaciones vecinales
Entre las reivindicaciones planteadas por las asociaciones vecinales figura la necesidad de rediseñar por completo el jardín, de forma que se evoque el carácter de los antiguos patios del desaparecido Palacio de Parcent mediante una propuesta más libre, contemporánea y adaptada a las condiciones climáticas actuales. Insisten en que cualquier intervención debe contemplar soluciones para combatir el calor extremo y mejorar el uso cotidiano por parte del vecindario.
Asimismo, reclaman que el acceso al aparcamiento se limite exclusivamente a vehículos de residentes, de modo que se evite el tráfico de paso y se priorice la tranquilidad del entorno. En cuanto a la movilidad, proponen la ampliación del Área de Prioridad Residencial (APR) hasta alcanzar la calle Pintor Domingo, con el fin de mejorar la regulación del tránsito y reducir la presión de vehículos no autorizados.
Otra de las propuestas clave es la implantación de un plan de estacionamiento específico para motos y vehículos destinados a residentes de los barrios del Carme, Velluters y el Mercat, en aplicación del artículo 80 de la Ordenanza de Movilidad.
Las asociaciones aseguran que seguirán reclamando una interlocución directa con los responsables políticos y técnicos del Ayuntamiento. Mientras tanto, advierten que la ejecución del proyecto tal y como está redactado no solo representaría una pérdida de oportunidad para crear un espacio verdaderamente vecinal, sino que podría agravar aún más los problemas de habitabilidad y sobrecalentamiento que ya sufre el corazón de Ciutat Vella.
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