El exterior del recinto. EPDA
El presidente de la asociación de vecinos, Ernesto Mateu, con las autoridades locales y religiosas. EPDA
Los fieles durante la misa. EPDALas campanas de la ermita María Asunta al Cielo de la urbanización de El Pantano de Torrent volvieron a sonar para llamar a misa, tras estar cerca de un año silenciadas por un proceso judicial con uno de los herederos de la familia que cedió el terreno a la asociación vecinal.
El obispo emérito auxiliar de Valencia, Esteban Escudero, presidió el pasado domingo el primer oficio religioso que acogía el templo después de que el arzobispado recuperara las llaves a través de una resolución cautelar por parte del juzgado número 2 de Torrent, hace unos días. Esta era la primera vez que una autoridad eclesiástica pisaba el templo y los residentes lo celebraron llenando la ermita con su presencia. También asistieron las autoridades locales.
La familia de Asunción Planells y Francisco Gozalvo cedieron el terreno a la Asociación de Vecinos del Pantano con el único requisito de que se dedicara al culto y en 1970, los residentes inauguraban la ermita, cuya construcción corrió de su cuenta, así como todo el mobiliario del interior del templo, las imágenes y el altar. Desde entonces se convirtió en el centro religioso del barrio donde han tenido lugar desde bautizos hasta bodas y comuniones, así como la misa de los domingos, a la que no faltan los fieles.
De momento, el recinto, que depende de la parroquia de la Sagrada Familia de Torrent, podrá seguir con las puertas abiertas hasta que se dicte la sentencia definitiva que ponga fin al conflicto con uno de los herederos.
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