La torre antes de su derrumbe La
torre más completa y mayor del castillo de Azuébar se ha venido abajo como
consecuencias de las inclemencias meteorológicas de los últimos días.
Los
vecinos de la población, a los pies de la montaña que corona el castillo,
oyeron un fuerte estruendo la pasada noche como resultado del hundimiento y el
desprendimiento de los escombros por la ladera.
Las
impresiones entre los vecinos son de lástima y también de impotencia, ante la
escasa atención de las administraciones públicas.
Un
vecino, Rubén Gómez señalaba que es momento de “tomar
conciencia de que si hoy estamos aquí, en este precioso pueblo con esta
preciosa gente, es porque ahí arriba hubo unas personas que con sus manos
construyeron algo que, con el paso de los siglos y las generaciones, ahora
llamamos municipio de Azuébar. Porque no nos engañemos, nuestro patrimonio es
importante porque es, ni más ni menos, nuestra más explícita y palpable forma
de ver de dónde venimos. Pero, al mismo tiempo, tenemos que tener también algo
muy claro: que somos nosotros, y solo nosotros, los que decidimos hacia dónde
vamos”.
El origen de Azuébar está en su castillo
musulmán, datado en el siglo XII. La primera referencia documental aparece en
el Llibre del Repartiment, con la donación del rey al noble aragonés Gonçalvez
de Eredia en 1237.
La fortaleza se encontraba en ruinas aunque
conserva elementos importantes de sus murallas, restos de otras torres y un aljibe.
Se trataba de un Bien de Interés Cultural tras la protección de la Ley 16/1985
sobre el patrimonio histórico español.
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