Fernando Giner. EPDA No vivimos en una ciudad con un clima tropical, pero es cierto que Valencia posee un clima amable que nos permite disfrutar de nuestras playas la mayor parte del año. Y en eso estamos, en que además de creerlo nosotros, también lo crea el alcalde Ribó.
Hemos insistido hasta la saciedad para que el alcalde de Compromís preparara las playas para esos fines de semana en que los valencianos, ávidos de aire fresco, y castigados por todas las restricciones de la pandemia, quisimos salir a pasear o a hacer deporte.
Hemos pedido también, a partir de Semana Santa, socorristas, análisis de calidad de agua y que el alcalde recuerde, y trabaje, en un asunto principal, los puntos de ayuda al baño. El Ayuntamiento de Valencia tiene más de 900 millones de euros de presupuesto, por lo que no vale como excusa alegar que no hay recursos económicos para las playas.
Todo el litoral de Valencia deben recibir inversiones de calidad, aunque lo que está claro es que Ribó no ve con los mismos ojos las playas del norte y las del sur. Las del sur son esos lugares remotos que están al otro lado del muro invisible que el primer edil ha trazado a la altura del nuevo cauce del río Turia. Pinedo, El Saler y el Perellonet son lugares a los que, lamentablemente, sólo llegan las migajas de Ribó. Para las playas del sur, las del otro lado del muro, desde el grupo Cs solicitamos socorristas, en la comisión de Ecología del mes de abril, pero Ribó nos contestó que no llegarían hasta junio.
Además, se ha negado a ampliar los puntos de ayuda al baño, que esta temporada comenzarán en julio en todas las playas, y que, según consta en el pliego del contrato de socorrismo, sólo habrá tres puntos fijos y uno bajo petición. Un servicio totalmente insuficiente para los 19,5 kilómetros de costa que tiene Valencia.
Otro asunto que indigna bastante es el de la escasez de análisis de calidad del agua, ya que el consistorio no se pone en marcha hasta que la Conselleria no empieza a tomar muestras a partir de junio. ¿Será que Ribó no se acuerda de todas esas veces que ha tenido que cerrar las playas por la presencia de bacterias en el agua?
Es preocupante que la Malvarrosa y El Cabanyal estuvieran abiertas tras la rotura en el emisario de Vera y que, además, en el mes de abril de este año, hace pocas semanas, la depuradora de Pinedo vertiera al mar más de 40.000 m3 de aguas residuales. Y todo esto ha ocurrido, ocurre, sin ningún tipo de control sanitario, sin que al alcalde se le pase por la cabeza hacer análisis preventivos y protocolizados durante todo el año.
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