Un barquero de El Palmar recibe a turistas que vistan el parque natural de La Albufera. /EFE La incertidumbre e inseguridad que ha ocasionado la invasión de Ucrania por Rusia ha ralentizado las reservas de viajes de ocio para Semana Santa tanto en el caso de viajeros europeos hacia España como para desplazamientos de españoles a países de Europa.
Las agencias de viajes habían detectado cierto incremento de las reservas que con la guerra en Ucrania se han paralizado y quedan pendientes de la evolución del conflicto, pero en cualquier caso los volúmenes eran inferiores a los de 2019 por estas fechas, según ha asegurado a EFE la vicepresidenta de Relaciones Internacionales de la Confederación Española de Agencias de Viajes (CEAV), Eva Blasco, de Europa Travel .
Europa estaba comenzando a levantar las restricciones por la pandemia aun con limitaciones como los certificados de vacunación y, en el caso de España, con recomendación del Ministerio de Sanidad de limitar la movilidad, y las agencias de viajes trabajaban en analizar las diferentes normativas de los países para informar a los clientes.
Blasco señala que se esperaba una ligera recuperación de los desplazamientos de turismo, un sector, como todos los vinculados al consumo, muy dependiente de la confianza del consumidor, unas expectativas que se han rebajado a causa del "primer conflicto bélico desde la segunda guerra mundial en territorio europeo".
Además, el español es un mercado tardío en realizar reservas, a diferencia del alemán que reserva con seis meses de antelación, y a ello se une un incremento de los precios de los billetes del transporte aéreo por costes energéticos y eliminación de la competencia, y la reprogramación de los vuelos por parte de las compañías debido a la guerra.
"Siendo un mercado de última hora, febrero estaría bien para reservar de cara a abril, pero ha venido la guerra", según explica Blasco, también vicepresidencia de la Asociación Europea de Agencias de Viajes y Touroperadores (ECTAA).
España como destino turístico, posiblemente no se vea demasiado perjudicado al estar en la parte más occidental de Europa y considerarse un país seguro, y de la misma manera puede atraer turismo doméstico de viajeros que tenían pensado viajar hacia otros destinos europeos.
Aunque advierte de que la gravedad de la situación preocupa a los países más cercanos a Ucrania, los Bálticos, Finlandia, Polonia o Rumanía.
"La gente está a la espera de ver cómo evoluciona el conflicto para tomar decisiones", ha comentado Blasco, que señala que el turismo ucraniano o ruso tiene poco peso en España.
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