Una de las terrazas de la zona de costa tras la reapertura del mes de marzo en la Comunitat. / epda Marzo abrió una puerta para la esperanza en la hostelería de la comarca. Más de un mes con las persianas bajadas estaba provocando una situación angustiosa en uno de los sectores más afectados por la pandemia. La Generalitat Valenciana relajaba las restricciones, pero con tiento ante el temor a una cuarta ola de contagios. Los bares, restaurante y cafeterías podían volver a llenar las calles aunque solo recuperaban la actividad de manera parcial, al menos en las dos primeras semanas. Así, se permitió la reapertura de los espacios al aire libre -terrazas-, con una limitación del aforo del 75 por ciento y del número de personas a cuatro por mesa, y con un horario de apertura hasta las 18 horas.
Era el regreso de unos negocios que siguen pendientes de las nuevas decisiones del Consell pero también del cielo, dado que las malas condiciones climatológicas de los primeros compases del mes de marzo han empañado en cierto modo esta esperada vuelta al tener su actividad limitada al aire libre. “El tiempo no nos está acompañando en absoluto en esta reapertura de nuestras terrazas”, aseguraba José Trapero, propietarios del restaurante Trapemar de Burjassot, para quien esta situación no está siendo “nada fácil”. Este hostelero no ha podido sacar a sus empleados del Expediente de Regulación Temporal de Empleo (ERTE) porque “la actividad es todavía escasa”. Su negocio está abierto únicamente hasta las 15.30 horas “porque luego ya no viene nadie”. Jose explica que su actividad se limita a la hora de los almuerzos, “que suele ser entre las 9.30 y las 11 horas” y “lo poco que se pueda hacer de comidas para llevar”. Este hostelero, que cuenta con una dilatada experiencia, asegura que “todavía se nota el miedo en la gente a relacionarse, a quedar,...”. “Hay poco consumo -añade- y bastantes personas que viene solas a tomar algo por la mañana”.
Según explica Jose Trapero, miembro de la asociación Ahora Burjassot, se calcula que en el municipio han reabierto alrededor de un 40 por ciento de los negocios hosteleros y “hay varios restaurantes que han tirado la toalla porque no podían hacer frente a los pagos después de un año que ha sido muy complicado para los que nos dedicamos a esto”. Sobre las ayudas a autónomos y pequeñas empresas aprobadas por el gobierno autonómico, este restaurador considera que son insuficientes y sigue defendiendo que se tenía que haber hecho un plan como el acometido en Alemania.
La costa
En la zona litoral de la comarca, concretamente en el paseo de la playa de Puçol, se ubica desde hace décadas el restaurante Nazaret. Isabel Ribelles, su propietaria, sabe bien lo que es trabajar duro para sacar a flote un negocio familiar, y este año ha tenido que emplearse a fondo. El primer día del mes de marzo, las mesas y sillas de su restaurante, volvían a llenar el paseo de mar junto al de el resto de negocios de la zona, donde sí ha habido una reapertura de todos los locales. Pese a que la lluvia también ha empañado su regreso “el sábado fue un día de mucha gente y las terrazas se llenaron”, cuenta esta empresaria, que se muestra positiva después de haber podido recuperar a todos sus empleados. “La verdad que lo tenemos todo lleno -asevera- tanto en los almuerzos como en las comidas”. Además, Isabel se muestra muy contenta por la buena acogida que están teniendo sus buñuelos con chocolate para llevar, un pedido que se puede recoger hasta las 20 horas. Y también disponen de servicio de cenas para llevar durante los fines de semana.
De este modo, la propietaria del restaurante Nazaret del municipio de Puçol hace un “balance positivo” de la vuelta a la actividad y se muestra esperanzada de cara a la temporada del verano cuando “ojalá podamos estar casi al 100 por ciento”.
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