Interior de una de las viviendas afectadas por las intensas lluvias de la fuerte dana. EFE/Biel Aliño
Rondaba las ocho de la tarde y el
barranco del Poyo ya había desbordado a su paso por
Catarroja y, por consiguiente, a los
municipios limítrofes.
El área metropolitana de Valencia queda completamente inundada. Carreteras de acceso y vías principales totalmente cortadas y lo peor estaba por llegar.
Una de las comarcas más afectadas fue y continúa siendo l’Horta Sud. Con una cifra indeterminada de víctima mortales, pero provisional de más de 30 y de, al menos, 43 desaparecidos entre Paiporta y Picanya, según declaraciones de la alcaldesa, Maribel Albalat. La cifra total de muertos a las 16:30 del miércoles 30 en la provincia de Valencia es de 70. El desbordamiento del barranco arrasó con gran fuerza, centenares de personas incomunicadas y aisladas luchando por su vida encima de sus vehículos, agarrándose incluso a plantas y palmeras, subiéndose a los techos de algunas naves industriales y de sus fincas e incluso rompiendo escaparates y puertas para buscar refugio.
Una situación desoladora y nunca vista desde la pantanada de Tous en 1982. Los expertos ya equiparan esta gota fría como la peor del siglo y totalmente equiparable a la que afectó a la comarca de la Ribera y el Valle de Ayora-Cofrentes. Durante las últimas horas y la tarde de ayer han proliferado centenares de testimonios de víctimas pidiendo auxilio y de familiares y amigos solicitándolo a través de las redes sociales. Una vía de comunicación que facilitó en gran medida que las unidades de emergencia movilizadas localizaran más certeramente a todos los afectados y afectadas que pudieron rescatar con vida.
Uno de los testimonios que ha recogido este medio de comunicación ha sido el de un joven vecino de Alfafar que considera que ha vuelto a nacer. La víctima vive en un bajo cerca de las vías de esta localidad. Nos cuenta que cuando volvió del trabajo el agua estaba a la altura del bordillo y que al rato la gran fuerza de la misma le tiró la puerta abajo convirtiendo su casa en una gran riada en cuestión de segundos. Fran, emocionado y con la voz entrecortada, nos cuenta que el agua de la riada le llegaba hasta la boca. “Pensaba que me moría. Llamé a mi madre para despedirme de ella, pero me decía que continuara luchando por sobrevivir, que yo podía con esto”.
Llegó de trabajar y se encontró con el agua al cuello y con tres animales que también luchaban por aguantar la fuerte crecida del barranco de Poyo, su perro, el de su novia y un gato. Verbaliza que él no podía desalojar su casa y tampoco quería abandonar a sus animales en esa situación. Fue su madre quien le convenció a través de la llamada telefónica para que los dejara atrás. “Yo le decía ‘mamá, me voy a morir, no salgo de esta’ y ella me insistió en que luchara y pensara en mí. Me dio fuerzas”.
Llegó nadando hasta la parte trasera de su vivienda, en la galería, gracias a que un vecino le gritaba “¡por aquí, por aquí!” y consiguió alcanzar la ventana del piso de arriba y salir del bajo “in extremis”. No pudo alcanzar a sus mascotas y quedaron en la parte inundada de la casa.
Pasaron varias horas y sobre las tres de la madrugada se percató de que el agua ya comenzaba a descender y él mismo volvió a la planta baja del edificio. El miedo continuaba en el cuerpo. ¿En su mente? Bajar y encontrarse los cuerpos sin vida de sus mascotas. ¿La sorpresa? Localizar a sus perros y a su gato sobre un colchón flotando completamente sanos y salvos.
Sin duda, esta es una de las centenares y miles de historias que todas estas personas afectadas están compartiendo con nosotros en estos momentos tan difíciles. No obstante, hay centenares de desaparecidos y centenares de testimonios de víctimas mortales que no llegarán a nuestros oídos.
La experiencia compartida por este vecino de Alfafar muestra la luz, azar o suerte, el “milagro”, pero también la agonía, desesperación, angustia y sufrimiento que le tocó vivir y que jamás olvidará. Un relato que gracias a esos vecinos solidarios que le escucharon desde ese primer piso puede compartir y acercarnos un poco más informativamente la cronología de la peor DANA del siglo en la Comunitat Valenciana.
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