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CULTURA

Los alumnos de la Escola Superior d'Estudis Valencians visitan la ciudad de Gandía

La primera parada ha sido en el Convento de Santa Clara que tiene sus orígenes en el siglo XIV durante el ducado de Alfonso de Aragón

JOSÉ SALVADOR MURGUI - 18/11/2022

Alumnos y Profesores de la ESEV de la Real Academia de Cultura Valenciana.

Dentro del calendario de actividades que se realizan durante el primer trimestre del Curso 2022-2023 por los alumnos de la Escola Superior d'Estudis Valencians, de la RACV, ha tenido lugar una visita cultural a la capital de la Safor, para descubrir diferentes monumentos y saborear la historia de San Francisco de Borja.

Durante esta jornada los alumnos y profesores de la Escola, han estado acompañados por el muy reverendo Abad Mitrado de Gandía, Ángel Saneugenio, que cada paso que daban por el itinerario marcado, les explicaba con todo lujo de detalles la historia de cada monumento visitado.

La primera parada ha sido en el Convento de Santa Clara que tiene sus orígenes en el siglo XIV durante el ducado de Alfonso de Aragón. En el momento “Borja”, muchas mujeres de la familia ingresaron en este convento, entre ellas María Enríquez, que ingresó en el convento tras la finalización de su regencia.

Ante la escultura que nos recuerda a María Enríquez, hemos revivido grandes escenas de esta familia, visitando el interior de la iglesia de estilo gótico y el monumental retablo de Paolo de San Leocadio, que preside el altar mayor, centro de la Adoración Perpetúa.

Desde allí nos hemos dirigido hacia el exquisito Museo de Santa Clara, que está ubicado en el antiguo Hospital San Marc, al lado del río Serpis y la antigua muralla medieval. Este Museo tiene una de las colecciones más importantes de arte religioso de la Comunitat Valenciana, es un edificio de estilo tardomedieval fundado en el siglo XIV por el primer Duque de Gandía, Alfons el Vell.

Ha sido un momento de encuentro con el arte y con una exposición novedosa en unos salones perfectamente preparados para demostrar la vanguardia de una ciudad moderna.

Viendo los puentes sobre el río Serpis, dando un majestuoso paseo por el centro de la ciudad hemos llegado hasta la Insigne Colegiata de Gandía donde hemos accedido por la Puerta de los Apóstoles, que fue decorada por el prestigioso y reconocido escultor Damián Forment en la época de finales del gótico y principios del Renacimiento.

Ángel Saneugenio, nos ha explicado cada rincón, cada piedra, cada momento de la historia de esa joya pétrea que es la Insigne Colegiata de Gandía. Los cincuenta alumnos de la Escola, han podido conocer el paso de los años, las personas que hicieron posible estos momentos y lo que es más importante interesarse en directo por esos rasgos que definen nuestros pueblos.

Una brillante experiencia, que durante una mañana hemos vivido en esta ciudad a la que es necesario volver, pues en otoño los días son cortos y las noches largas, siendo preciso exprimir las horas para disfrutar de visitas como ésta que se ha compartido en Gandía.

En nombre de la Real Academia de Cultura Valenciana, los alumnos y profesores de la Escola Superior d'Estudis Valencians, agradecemos las atenciones al Ilustrísimo y Rvdmo. Sr. Abad Mitrado de Gandía, por acogernos en su ciudad y atendernos con tan precisas explicaciones.

La última parte de la jornada se ha desarrollado en el Restaurante Molí Canyar en la población de Potries, donde se encuentra en un antiguo molino cuyo origen se remonta a finales del siglo XV y que perteneció a la conocida familia Aynat.

A lo largo de sus casi quinientos años de existencia llegó a convertirse en uno de los molinos más importantes de la comarca de la Safor. El cese de la actividad y su posterior abandono lo llevaron a un estado ruinoso que amenazaba su completa desaparición.

Afortunadamente, a mediados de la pasada década, el actual propietario compró el edificio y procedió a una escrupulosa y cuidada restauración, respetando al máximo todos los elementos originales consiguiendo conservar aquello de mayor valor histórico.

Gracias a todas estas actuaciones han llegado hasta nuestros días las fachadas, paredes, vigas y una buena parte de la maquinaria primigenia. En 1997 concluyen las obras y se inauguró como restaurante, pudiendo el día de hoy, disfrutar de la belleza del Molí y de sus jardines. Una apuesta relajante y distendida.

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