Grupo de alumnos y profesores. / EPDA
El chorrador. / EPDA Aquellos jóvenes que empezaron sus estudios en 1972, en el recién inaugurado Instituto de LLíria, que pronto va a celebrar sus cincuenta aniversario, nos reencontramos colectivamente el pasado mes de julio y desde el Periódico de Aquí se dio puntual información del evento. Desde entonces hemos seguido reuniéndonos y celebrando actividades, de tal manera que hemos visitado la Ciudad de Fez en el noreste de Marruecos, ciudad conocida principalmente por su medina amurallada “Fes El Bali”, con arquitectura medieval, animados zocos y un ambiente del mundo antiguo.
También visitamos la antigua ciudad romana de Volúbilis, donde se encuentran los restos arqueológicos mejor conservados y más visitados de Marruecos. Esta zona fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1997, y pudimos recorrer entre nubes y gotas de lluvia y de camino saboreando las dulces granadas que nos ofrecieron los vendedores ambulantes a nuestro paso.
Otra de las excursiones fue Meknes considerada la más modesta de las cuatro Ciudades Imperiales de Marruecos, es un lugar diferente, mucho más tranquilo y relajado que Fez, Marrakech o Rabat, los animados mercados, con serpientes, avestruces, monos… nos sedujeron, las comidas al aire libre eran nuestros manjares preferidos, recuperar el tiempo perdido fue nuestra meta… las distancias se acortan, y el tiempo se comprime cuando la convivencia es un reto animado por la felicidad.
Uno de los recuerdos más interesantes fue visitar la Universidad posiblemente más antigua de la historia, fundada en el año 859 dC., “Al-Qarawiyyin”, que está reconocida por la UNESCO y el Guinness World Records como la más antigua Universidad en funcionamiento, así como la primera institución en emitir títulos educativos, fue una ciudad líder en espiritualidad y centro educativo del mundo musulmán. Un hecho que hace Al-Qarawiyyin aún más único es que fue fundada por una mujer, Fatima al-Fihri, una joven princesa de Túnez. Fue un cúmulo inolvidable de experiencias, recorrer aquellos patios, pasear los estrechos pasillos, pasar la mañana entre aquellas paredes, fue el fruto jugoso de nuestro reencuentro.
Otra actividad, fue la visita a la ciudad de Alzira, con motivo de una Exposición conmemorativa de la pantanada de 1982, donde nuestro compañero Pep Pelecha, expuso una muestra de las fotografías realizadas en aquella época, que mostraban el horror y tragedia del momento. Una visita muy interesante en la que fuimos atendidos por el Alcalde de la ciudad.
La última escapada ha sido el pasado sábado a Navarres, pueblo natal de una de nuestras profesoras y que tuvo la gentileza y amabilidad de organizar una visita cultural a este hermoso rincón de la Canal de Navarrés donde pudimos disfrutar de parajes naturales tan hermosos como Playamonte y Las Fuentes, la ermita sobre un montículo de doscientos metros de altitud dedicada al Stmo. Cristo de la Salud; recorrer el pueblo y su iglesia parroquial dedicada a la Asunción de Nuestra Señora, que mandó construir el Patriarca san Juan de Ribera, en la visita pastoral de 1606.
No faltó el paseo por ese sendero lleno de cascadas y frondosa vegetación, inimaginable en plena naturaleza y cargado de sorpresas cada vez que te encuentras con una cascada, la fuente clara, o cualquier cuidado rincón, que todos conocen con el nombre del Chorrador.
Desde allí fuimos al mirador de Escalona, donde pudimos recrearnos contemplando la presa construida en 1995, sobre el rio Escalona, afluente del Júcar que fue el marco entrañable donde pudimos compartir el almuerzo de fraternidad al que asistieron más de cuarenta alumnos y seis profesores.
Grato encuentro y más gratos los momentos vividos, cargados de recuerdos, de tertulias, de historias suspendidas en el tiempo, pero recuperadas a tiempo, porque la mejor motivación que se puede tener en algunas fases de la vida, es vivir, y vivir con intensidad, porque la mayor factura que le pagamos al progreso es el olvido, cuando la mente despierta, recuerda la velocidad de la vida, y es consciente del paso de los días, de las horas, de los minutos, solo puede hacer un alto en el camino para volver a empezar, aquellas mentes vivas , soñadoras, creativas, que empezaron su diáspora en el año 1976 en busca de una mundo nuevo, en el año 2019 han querido sellar aquel compañerismo y amistad con vivencias como las relatadas en esta crónica, cuyo valor añadido es aumentar los lazos de hermandad que la historia y el tiempo jamás pudieron sepultar.
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