Una patrulla de la Policía Nacional realiza un control nocturno en Valencia, en una imagen de archivo. EFE/Kai Försterling
Cinco ciudadanos colombianos han presentado una querella contra los agentes de la Policía Nacional que participaron en una operación el pasado 17 de mayo en la calle San Vicente Mártir de Valencia por las supuestas agresiones que recibieron, a su juicio, por su nacionalidad y etnia.
La operación a la que se refieren consistió en la detención de cinco personas, dos mujeres y tres hombres, de entre 25 y 53 años, dos de ellos como presuntos autores de un delito de amenazas con arma blanca y los otros tres por un delito de atentado a agente de la autoridad.
Según la versión policial, cuatro agentes resultaron heridos con diversos traumatismos y se intervino un cuchillo de 20 centímetros, y la delegada del Gobierno en la Comunitat Valenciana, Pilar Bernabé, aseguró que la actuación policial estuvo motivada por "una agresión que se estaba produciendo por arma blanca".
De acuerdo con el informe policial, mientras los agentes identificaban a los presuntos responsables de un altercado, dos mujeres ajenas al incidente inicial comenzaron a increparlos, presuntamente alterando el orden público.
Una de ellas fue sancionada por desobediencia, mientras que la otra, que empujaba un cochecito con un menor, se negó a identificarse, empujó a un agente y lo golpeó en el cuello, según fuentes policiales, lo que llevó a su detención "con la fuerza mínima imprescindible".
En la querella presentada al Juzgado de guardia de Valencia, a la que ha tenido acceso EFE, los cinco ciudadanos de nacionalidad colombiana piden que se abran diligencias para investigar los hechos -agresiones, lesiones, tratos denigrantes y posibles delitos de odio, según denuncian- e identificar a los responsables.
Entienden que su nacionalidad y etnia ha sido determinante para la agresión por parte de los policías, que califican de "actuación institucionalizada de corte racista", por lo que la encuadran en un delito de odio.
Los hechos sucedieron el pasado 17 de mayo sobre las 15:15 horas cuando una de las mujeres iba por la calle acompañada de su hijo de 3 años, con autismo, junto a una mujer española, y observaron a dos agentes que tenían detenidos a dos jóvenes, a los que no conocían. Al entender que los agentes tenían "un comportamiento excesivamente violento" con ellos, la mujer española recriminó la actuación y los policías les dijeron a ambas que no se entrometieran, según el relato de los querellantes.
Cuando se alejaban del lugar, uno de los agentes se acercó y les requirió la documentación "de modo agresivo y hostil" y la mujer colombiana se negó a identificarse "dado que el agente no le ofrecía ninguna explicación para su identificación". El agente comunicó que iba a detenerla y esta se negó, tras lo cual la cogió del brazo "y la empujó de espaldas contra el lateral de un vehículo estacionado" pidiendo refuerzos.
Entonces los agentes "la tiran violentamente al suelo, la zarandean y golpean repetidamente con su defensa", y llega el resto de querellantes, los padres de la mujer entre ellos, para ver qué está pasando y los policías los "empujan para que no se acerquen". Aportan vídeos que evidencian, según la querella, que "utilizaron fuerza de forma totalmente desproporcionada e innecesaria".
Añaden que la mujer española estaba situada junto al niño en el carrito y no fue "ni retenida ni detenida", mientras que los policías "arremetieron" contra los querellantes, que habían estado comiendo juntos por un cumpleaños.
Tres de ellos fueron detenidos, primero llevados al ambulatorio de Fonteta para que los asistieran y después a la Comisaría de Zapadores, donde "vuelven a agredir" a dos de ellos.
Según la querella, la agresión fue "arbitraria e injustificada y tuvo origen por la actuación de sesgo racista de los agentes", por lo que consideran que se ha producido un delito de odio y una detención ilegal
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