Para las personas que buscan cruceros desde Chile, la idea de embarcar y disfrutar de unas vacaciones a la altura sin preocupaciones es cada vez más tentadora. Entre los itinerarios más solicitados figuran tres regiones que suelen enamorar a primera vista: la Patagonia, el Caribe y el Mediterráneo. Cada una ofrece atractivos muy diferentes, pero comparten la promesa de disfrutar de unos días de desconexión absoluta, lejos del estrés cotidiano, con la comodidad de un camarote siempre listo al final de la jornada.
“Muchos pasajeros nos comentan que la sensación que proporciona un crucero es tan intensa porque ofrece la forma más sencilla de ver mucho en poco tiempo mientras disfrutan de altos estándares de confort” —explican los expertos de SoloCruceros Chile—. A continuación, analizamos qué hace tan especiales a estas tres regiones y qué puedes esperar, como viajero, en cada una de ellas, ya que podemos encontrar unas rutas muy variadas. ¡Sigue leyendo para conocer más datos acerca de estas tres regiones!
¿Qué ver y hacer en un crucero por el Caribe?
Hablar del Caribe es hablar de clima perfecto durante casi todo el año, con una temporada alta que va de diciembre a abril y evita los meses más expuestos a la temporada de huracanes. Unas temperaturas estables, aguas cálidas y unos cielos increíblemente azules crean el marco ideal para disfrutar del mar. “Muchas de las personas que deciden surcar el Caribe desde Chile suelen buscar destinos soleados, playas de arena blanca y la posibilidad de combinar espacios de relajación con un punto de fiesta” —añaden desde SoloCruceros Chile—.
Las escalas más clásicas por esta región suelen incluir Punta Cana y La Romana en República Dominicana, Nassau y las islas de las Bahamas, Miami, en EEUU, la mística Cozumel o la costa de Riviera Maya. Cada una de estas paradas permite disfrutar de excursiones cargadas de cultura —como, por ejemplo, descubrir las ruinas mayas de Tulum—, pero también disfrutar experiencia de aventura, como el snorkel en arrecifes de coral, la posibilidad de irte de compras o de deleitarte con las fiestas de música caribeña. Así, puedes bucear por la mañana, hacer turismo, almorzar un ceviche con vistas al mar y terminar la tarde en la cubierta del navío viendo cómo el sol se funde con el horizonte turquesa en un atardecer de colores cálidos cambiantes.
Para comparar fechas, navieras y ofertas desde distintos destinos basta con consultar la página web de Solo Cruceros Chile en https://www.solocruceros.cl/, donde puedes filtrar por duración, tipo de cabina y servicio a bordo. “Puedes encontrar grandes ofertas que incluso cuentan con desplazamiento incluido en avión” —puntualizan los expertos—.
¿Qué puedes hacer y ver en un crucero por el Mediterráneo?
Si el Caribe es más bien sinónimo de playa y de vacaciones relajadas, el Mediterráneo lo es de cultura y tradiciones condensadas. En un territorio relativamente pequeño, los cruceros enlazan ciudades legendarias como Roma, Atenas, Estambul, Barcelona, Venecia o Marsella con islas repletas de encanto —Mallorca, Menorca, Malta, Córcega, Creta, Mykonos, Santorini, Chipre, entre otras— y costas en las que, en cuestión de minutos, puedes visitar ruinas antiguas y algunas de las construcciones de la arquitectura contemporánea más espectaculares. “Muchas personas que buscan disfrutar de un viaje en crucero por las distintas regiones del Mediterráneo quieren vivir experiencias variadas en una única travesía, como, por ejemplo, desayunar frente al Coliseo y cenar en unos días en la terraza de una taberna de Santorini contemplando la caldera volcánica de Kameni” —explican los expertos de SoloCruceros Chile—.
La temporada alta abarca de junio a agosto, cuando el sol brilla sin tregua y las temperaturas rondan los 30 °C. Sin embargo, mayo, septiembre e incluso octubre regalan días templados y puertos menos concurridos. Durante el invierno se mantienen rutas selectas por el Mediterráneo occidental, ideales para disfrutar del clima fresco y de la luz suave sobre monumentos de una manera más tranquila sin tantos turistas. Cada escala ofrece algo distinto: una playa escondida en Cerdeña, la cúpula de Santa María del Fiore en Florencia, un paseo por la Acrópolis al atardecer o una cata de vinos en la región de la Provenza.
El Mediterráneo invita a caminar, descubrir museos, probar sabores locales y contemplar el legado de civilizaciones que han habitado estas tierras, a través de templos egipcios y griegos, la exuberancia del arte de Roma, las catedrales convertidas en mezquitas en Estambul o una infinitud de palacios y templos góticos y renacentistas y barrocos que conviven con las obras del modernismo Gaudí en Barcelona o del Neo Futurismo de Santiago Calatrava en Valencia. Para los cruceristas chilenos, la sensación de cruzar tantos siglos de historia en pocos días puede resultar interesante.
Los cruceros por la Patagonia no se quedan atrás
Si hay un destino que late en el imaginario chileno es la Patagonia, una región que regala escenarios de naturaleza salvaje que se encuentra al sur del país y que puede incluir algunos destinos de Argentina. A diferencia del Caribe y el Mediterráneo, aquí la propuesta gira en torno a fiordos, glaciares y bosques subantárticos que recuerdan a los paisajes del norte de Europa. La temporada óptima va de noviembre a marzo, coincidiendo con el verano austral, que ofrece días largos, unos cielos despejados y unas temperaturas que suelen oscilar entre 10 °C y 20 °C.
Las rutas más demandadas suelen partir de Puerto Montt, San Antonio (Santiago) o Valparaíso y descienden hacia el extremo austral, haciendo escala en Ushuaia, navegando el canal Beagle, alcanzando el legendario Cabo de Hornos, donde podrás degustar un chocolate caliente en cubierta mientras divisas los muros de hielo de los glaciares Pía o Garibaldi. En la región de Magallanes, la parada en Isla Magdalena permite avistar pingüinos, y en la Bahía Ainsworth podrás contemplar los lobos marinos en unos paisajes de enorme belleza.
“Lo apasionante de un crucero patagónico es que cada jornada ofrece la posibilidad de ver cómo la naturaleza se impone sobre la mano del hombre a través de los paisajes de fiordos de gran belleza o de cumbres nevadas que parecen derramarse sobre el mar” —relatan los expertos de SoloCruceros Chile—. Al desembarcar en las excursiones, los viajeros suelen emprender caminatas por las regiones boscosas, visitar pequeñas comunidades o navegar en pequeñas embarcaciones para acercarse a las cascadas que brotan directamente de los glaciares. De lo que no cabe ninguna duda es que la sensación de tranquilidad y de majestuosidad que se respira aquí es muy difícil de encontrar en otro rincón del planeta.
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Con independencia de que quieras pasear por sus playas de postal, su legado histórico o sus paisajes de otro mundo, las regiones del Caribe, del Mediterráneo y de la Patagonia encabezan las búsquedas de los cruceristas chilenos. Cada ruta responde a un estado de ánimo distinto: las fiestas tropicales del Caribe, la cultura milenaria del Mediterráneo o la naturaleza indómita del extremo sur.
Pero las tres comparten algo esencial: la comodidad de dejarse llevar por el vaivén del océano mientras disfrutas de todas las comodidades a bordo “Nuestra misión es que el viajero dedique su tiempo a crear recuerdos, no a preocuparse por horarios o traslados, como sí ocurre cuando viajan por su cuenta” —concluyen los profesionales—.
Con estas cartas sobre la mesa, no tenemos ninguna duda de que elegir el próximo viaje se puede reducir a una sencilla pregunta: ¿prefieres bailar salsa en una terraza de verano en un entorno paradisíaco de aguas azules y cristalinas en el Caribe, perderte entre los restos arqueológicos clásicos a la sombra del Partenón del Coliseo o escuchar el crujido de un glaciar al romperse en las aguas australes? Sea cual sea la respuesta, ¡no lo dudes y reserva ya tus próximas vacaciones con SoloCruceros Chile!