José Enrique Garcia. /EPDA
Los equipos de trabajo tienen muchas cosas en común, como tener un objetivo compartido, unas buenas relaciones interpersonales, un liderazgo constructivo, pero también necesitan un espacio de seguridad psicológica, donde puedan aportar sin ser mal visto, donde se les escuche y donde puedan dar lo mejor de sí mismos. Uno de los aspectos que mejor aumenta la seguridad psicológica dentro de los equipos de trabajo es la posibilidad de cometer errores, y que el líder tenga una alta tolerancia a los mismos, siempre y cuando se aprenda de los mismos para no volverlos a cometer. Las personas por la educación que hemos recibido tenemos “miedo” a cometer errores, pues nos han dicho que es lo peor que podemos hacer. De hecho, habrás oído en alguna ocasión “Este no se entera, siempre la caga”. Maldita expresión que ha anulado la creatividad y autoestima de muchas personas en las empresas. Destierra estas expresiones y cámbialas por frases que vayan orientadas a ayudar, a guiar, etc.
Pero esto quizás ya lo tenías claro, pero ¿qué puedo hacer para aumentar esa seguridad psicológica?
En primer lugar, aborda los conflictos con los colaboradores no como enemigos pues esto genera frustración, ira, aversión, etc., y en realidad pueden ser puntos de vista diferentes y debes atender a ellos. Quizás puedas aprender nuevas formas de realizar las cosas. Preguntémonos, ¿cómo podemos lograr un resultado que satisfaga a ambas partes? Seguro que conjuntamente se encuentra la solución y se evitan muchos malentendidos. En la gran mayoría de conflictos, lo que existe es una falta de información. Te recomiendo que expliques el por qué lo hacemos, cómo lo vamos a hacer y qué queremos conseguir, de esta manera estamos dejando claro los pasos de la comunicación efectiva, que evitará errores y malas interpretaciones en el futuro.
Habla de persona a persona, con la mentalidad abierta, escuchando de verdad, sin anticiparte y generando un espacio de confianza. Esta se consigue siendo creíble, fiable y dejando el “ego” en tu casa para ponerlo a disposición del equipo.
Ten en cuenta que la confianza no se consigue por el rango en la empresa, lo que llamaríamos poder legítimo, sino por el poder del experto o el poder carismático, pero no únicamente por lo que pone en tu chapa de empleado/a.
Habla con las personas de tu equipo de una forma positiva, evitando juicios de valor y estereotipos que solo llevan a confusión. Sé constructivo, no intentes derribar a nadie, no tiene sentido, de nuevo te repito, no es tu enemigo. Es una persona como tú y como yo, que en muchas ocasiones necesitamos ser motivados, ilusionados, animados y en otras alentados y guiados. Barbara Fredrickson, de la Universidad de Carolina del Norte, descubrió que las emociones positivas como la confianza, la curiosidad, la confianza en uno mismo y la inspiración amplían la mente y nos ayudan a construir recursos psicológicos, sociales y físicos. Nos volvemos más abiertos, resilientes, motivados y persistentes cuando nos sentimos seguros
Si pones un cincuenta por ciento de lo que aparece descrito anteriormente, verás como tus equipos se sienten más seguros y aumenta su productividad y bienestar de forma considerable. Como dicen los colombianos, ¡Dalee!, y ponlo en marcha desde ya.
Comparte la noticia
Categorías de la noticia