Concentración de los hosteleros de Russafa en la plaza del Baró de Cortés. /JUDITH CELMA
Los hosteleros de Russafa muestran sus pancartas. /JUDITH CELMALos hosteleros del barrio valenciano de Russafa han dicho basta. Decenas de propietarios de bares y restaurantes, así como sus trabajadores, han salido este miércoles a la calle, en una concentración que pretende ser el arranque de varias acciones reivindicativas, para mostrar su rechazo contra la declaración del barrio como Zona Acústicamente Saturada (ZAS), cuya tramitación ya ha sido aprobada por el Ayuntamiento de Valencia. Una medida que los hosteleros tachan de “injusta e ineficaz para hacer frente a los problemas de contaminación acústica”, tal y como ha asegurado la presidenta de la Asociación por una Hostelería Responsable en Russafa ‘Al Balansí’, Amor López.
Por el momento, la tramitación de la ZAS afectará a los profesionales hosteleros con una reducción de media hora en su horario de domingo a jueves, una medida que supondrá “pérdidas de dinero y poner de nuevo el freno a la hostelería”, ha denunciado López, quien ha añadido que “una zona ZAS siempre es un fracaso, tanto para la administración como para el barrio en el que se proyecta, porque hay muchos factores que hacen que un barrio tenga ruido”.
En esta línea, la presidenta ha asegurado que desde la asociación siguen “tendiéndole la mano al Ayuntamiento”, para que se tomen medidas efectivas y negociadas entre vecinos, comerciantes y hosteleros, porque “no entendemos estas medidas impuestas”.
Regeneración de Russafa
Tras una gran pancarta con la proclama “Russafa no es una ZAS”, la presidenta de Al Balansí ha leído un manifiesto con el que la asociación denuncia el señalamiento hacia los hosteleros como responsables de los problemas de ruido en el barrio, además de reivindicar la importancia que este sector ha tenido en la regeneración del barrio en los últimos 20 años. “La hostelería ha contribuido muchísimo a la dinamización de este barrio y creemos que se nos está culpabilizando de una manera que ya no tiene límite”, aseguraba López.
Así mismo, la portavoz de los empresarios de la zona ha añadido que, además de hosteleros, la mayoría son vecinos del barrio: “levantamos nuestras persianas cada día para seguir haciendo y creando barrio”.
Desde los años 90 hasta ahora, Russafa se ha convertido en uno de los barrios mejor valorados de la ciudad de Valencia. “ Ha dejado de ser un barrio gris, inseguro y degradado para convertirse en uno dinámico, seguro, multicultural, moderno y a la vez tradicional, que sigue manteniendo sus propias señas de identidad”, ha añadido López.
En esta línea, desde la asociación reivindican que los hosteleros han tenido un papel clave en esta regeneración: “las pymes contribuimos económicamente y socialmente a la regeneración y seguridad del barrio”, ha asegurado su presidenta, quien ha indicado que el sector de la hostelería crea hasta 1.500 puestos de trabajo directos e indirectos en la zona. A ello se suma que “ocupamos locales, dándoles un uso productivo y contribuyendo a la mejora del barrio”.
Además del dinamismo tanto social como económico que la hostelería genera en Russafa, los empresarios también señalan que su poder de atracción de clientes hace que el barrio pueda tener unas calles más seguras: “los bares abiertos, las terrazas llenas de gente y las calles transitadas e iluminadas hacen que Russafa sea un barrio más seguro; además de ser puntos de encuentro social, que fomentan la convivencia entre personas.
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