Una calle de Catarroja inundada por las lluvias del miércoles. EPDAEl último episodio de lluvias de este martes ha vuelto a sacar a la luz el problema existente en el subsuelo de los municipios de l'Horta Sud afectados por la dana. Calles anegadas y rebosando hasta las aceras, túneles cortados, además de aguas fecales saliendo por lavabos y desagües dentro de las viviendas particulares son algunas de las situaciones que se repitieron en municipios como Alfafar, Catarroja, Benetússer o Sedaví.
El alcantarillado saturado por el barro del 29 de octubre y días posteriores ya no da más de sí, unido al aumento del nivel freático que está muy cerca de la superficie. A pesar de que los municipios ya disponen de los fondos del Gobierno para la reconstrucción, los alcaldes y alcaldesas reclaman celeridad en la aprobación de los proyectos para poder hacer frente a las consecuencias de la dana que viven a diario, pero más cuando caen cuatro gotas. Esta situación también tiene consecuencias psicológicas que afecta a la población y el miedo con el que vive estos episodios por si la historia se vuelve a repetir.
“Anoche estuvimos hasta la una de la madrugada pendiente del alcantarillado, con la colaboración de las policías locales de Benetússer y Sedaví. Tuvimos que cortar varias calles por la acumulación de agua”, explica el alcalde de Alfafar, Juan Ramón Adsuara, quien lamenta la tardanza del Gobierno central para aprobar los proyectos subvencionados, uno de los cuales está destinado a renovar la infraestructura hidrológica, con un presupuesto de 7 millones de euros.
“Necesitamos que Madrid nos apruebe las memorias para poder levantar las calles, cambiar colectores, y renovar la red de saneamiento”, explica, aunque para el alcalde, lo peor fue que “muchos vecinos revivieron con las lluvias de ayer, lo ocurrido el pasado 29 de octubre, viendo como el agua subía hasta las aceras y en algunos tramos estuvo casi al nivel de entrar en los coches, fueron momentos que trajo malos recuerdos”.
“Hace dos meses que entregamos las memorias valoradas y todavía no hemos tenido respuesta. El problema es que están atendiendo delegaciones de gobierno de otras comunidades y un administrativo no sabe lo que estamos pasando a diario aquí, por eso tenemos que trasladarle a la delegada del Gobierno que seguimos viviendo las consecuencias de la dana y si no lo ves no se puede entender”, concluye Adsuara.
La alcaldesa de Benetússer, Eva Sanz, está en la misma tesitura, aunque señala que el proyecto del ciclo del agua estará aprobado a finales del mes de junio y cuenta con un presupuesto de 16,4 millones y un plazo de ejecución de cuatro años. “Hay que cambiar colectores y la red de agua potable”, matiza Sanz, “es importante y necesario como se demostró ayer con las lluvias”.
El alcalde de Sedaví y presidente de la Mancomunitat de l’Horta Sud, José F. Cabanes, también señala que “ayer (por el martes) fue un día que todos vivimos con miedo y controlando el alcantarillado”. “Son obras muy complejas y que conllevan una burocracia lenta”, puntualiza, aunque advierte de que en Sedaví la situación no es grave.
“Hemos detectado el problema de las toallitas que sumado a los restos de barro se agrava, pero seguimos trabajando en ello para renovar los colectores en varios tramos con un presupuesto que estará sobre los cinco millones”, añade. Cabanes explica que una vez levantadas las calles se tienen que hacer las obras, tapar y asfaltar por lo que es más complicado.
Avance en la reconstrucción
Catarroja tampoco se libró de sufrir inundaciones por la lluvia que descargó fuerte en el municipio. La alcaldesa, Lorena Silvent explica que los daños provocados por la dana en el subsuelo son considerables y que el estado en el que se encuentra provoca acumulaciones de agua en las calles.
“Estamos acometiendo varios tramos pero solo podemos actuar en la vía pública, cada vivienda tiene que asumir el coste de conexión al colector central”, explica, y “eso es un problema para los vecinos”. Además, advierte de que, una vez abiertas las calles hay que soterrar todos los servicios para no tener que volver a levantar y “eso es más complejo”. Silvent también solicita celeridad a la hora de que el Gobierno de el visto bueno a los proyectos para poder avanzar en la reconstrucción, “pero es algo que tienen que ver sobre el terreno”.
Por eso, la propia Silvent ha calificado de positivo que una de las vecinas haya explicado al ministro de Política Territorial, Víctor Torres, en su visita a Catarroja este miércoles, y con una bolsa de excrementos en la mano, lo que sale por los desagües de su casa en plena reconstrucción, para que comprendan la situación que viven los vecinos y la necesidad de acelerar los proyectos.
Además, Catarroja sigue sufriendo el desagüe de colectores que llegan desde Albal en la calle Pelayo, a través del barranco de la Rambleta, que debido a las lluvias volvió a convertirse en un surtidor de aguas fecales, con las consecuentes quejas de los vecinos. El Ayuntamiento ya está actuando en la zona con una obra de emergencia pero se debe acometer un proyecto de mayores dimensiones para solucionar definitivamente el problema.
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