Manuel Martínez, tras la entrevista. AJ.Esta segunda legislatura en Gátova ha estado marcada por la crisis del Covid-19, entre otros problemas. ¿Cómo ve su paso por la alcaldía y cómo intuye la situación a nivel político para las siguientes elecciones?
Como alcalde ya no voy a estar más allá de esta legislatura, porque en pueblos como este la figura del alcalde es la que es, y acaba desgastando. Nosotros hemos intentado poner en valor los concejales dentro de su área, pero hay gente que esto no lo entiende e intenta pasar por encima por habla con el alcalde. Por poner un ejemplo, con problemas con los perros, porque no los gustaba la respuesta de la concejala de Bienestar Animal, que por cierto no es de nuestro partido. Pues yo la voy a respaldar en este aspecto, porque si no, ¿qué sentido tiene que tengamos concejales? Nosotros siempre hemos sido un poco especiales. No pensábamos en crear un partido y luego hacia el pueblo, sino que hemos mirado el pueblo y a partir de ahí hemos buscado el partido. Por ello hemos tenido problemas con partidos como Ciudadanos, porque querían que siguiésemos sus directrices, pero para nosotros lo más importante era el pueblo.
Y hoy en día esto en política no funciona, porque tienes que hacer el que te dicen desde arriba, de lo contrario estás fuera. Una persona que destaca no interesa, y al final piensas que no merece la pena. Yo tengo mi vida y mi familia, y he dedicado hoy años de mi vida a la política, se hacen muchísimas horas. Estoy contento porque le hemos dado una vuelta al pueblo, y la gente lo conoce. Yo veo que tenemos más turismo, la gente habla de Gátova, etc. Hemos quitado una deuda de 200 mil euros y ahora no tenemos nada, sin subir ningún impuesto. Es una cosa de trabajo diario. Faltaba pagar la basura, la Mancomunidad, facturas, la banda, y otras cosas.
¿Le preocupa que al dejárselo la visión que se ha mantenido del futuro de Gátova durante este tiempo se pueda deteriorar?
Si, claro que me preocupa, pero no hay ninguna persona imprescindible, entonces a quien venga le apoyaremos y adelante. Lo que no puedo hacer es estar toda la vida pensando que si no estoy el pueblo se hundirá. Pienso que hemos hecho una buena tarea, y se ha demostrado que todavía siendo un pueblo pequeño podemos hacer grandes cosas. Yo tengo mi vida y la presión que estamos teniendo estos años -con el centro de menores, por ejemplo- me hizo darme cuenta que necesito descansar. Que venga gente nueva y lo haga. No soy dios. Quiero que venga alguien nuevo y lo haga mejor que yo, me gustaría ser el peor alcalde, porque querría decir que ha ido a mejor. Nosotros hemos tomado decisiones que no son buenas políticamente, como el establecimiento del centro de menores, que se decidió meses antes de las elecciones. Otro se hubiera esperado, pero apostamos por eso a pesar de que parte de la gente se puso en contra. Aún así, en esas elecciones seguimos sumando votos. Se trataba de una labor emocional y de servicio, porque no son monstruos, son niños. El pueblo ha visto que ha sido bueno, porque hay mucha gente que está trabajando en el centro.
Los niños hacen trastadas, como cualquier niño, pero lo entendemos. Respecto a la pregunta, pienso que estamos viendo la parte más negativa porque todos los problemas nos vienen a nosotros, pero cuando pase el tiempo veremos todo el trabajo que hemos hecho. Sí que es cierto que hay gente que viene y te agradece algo, pero la mayoría de las veces son quejas. Ahora bien, la solución para estas cosas no es decírmelas mientras estamos al restaurante, como a veces ocurre, sino hacer un registro de entrada porque así queda plasmado que existe un problema. Entonces después lo puedes reclamar. Después hay otra cosa, y es que a pesar de ser un pueblo pequeño tenemos que hacer los mismos trámites para recibir las subvenciones que València. Tengo que dar permiso incluso para quemar campo, y no para de sonarme el móvil.
¿Cree que se tendría que agilizar la manera de hacerlo? ¿De qué forma?
Hay dos maneras. Se puede agilizar a nivel informático, para que sea más fácil, porque con la velocidad actual es muy difícil funcionar. Lo que no puede ser es que haya una guerra en Europa y que el primero que se ponga en marcha sea El Periódico de Aquí, que es una empresa. Al presidente Pedro Sánchez le cuesta una semana salir a hablar. Y cuando lo hace, dice que no va a aportar armas, para luego contradecirse, para contentar a Podemos. Ya estamos haciendo política y ya vamos mal. Cuando ve que le cuesta caro las envía, pero el Partido Popular a la semana ya está poniendo pegas porque tiene sus intereses. Por esta ‘burrocracia’ que tenemos, llegamos tarde. Con las obras que tenemos preparadas para la vía verde igual; pensábamos que para el verano ya podría estar, pero ni de lejos. Falta un estudio de impacto ambiental, mil papeles, ¿Cuándo comenzaremos? Solo para hacer una obra necesitamos cuarenta o cincuenta documentos. O agilizamos eso o ponemos más personal, no hay otra.
La idea es controlar que nada se escape de la burocracia
Claro, para que todo esté controlado. Pero es muy posible que al hacer todo ese papeleo no puedas llegar a todo. Los pueblos pequeños no tenemos casi presupuesto, por lo que la mayor parte del dinero que entra proviene de subvenciones, pero si no las tenemos no podemos hacer las cosas.
Sobre la cuestión de Ucrania, ¿ha notado alguna consecuencia inmediata sobre sus labores? Se está hablando bastante de la inflación
El conflicto de Ucrania ha venido a empeorar todo, pero ya estaba mal, porque lo que no podemos decir es que todo lo que está mal es por culpa de Ucrania. Eso obviamente lo ha acelerado todo. Antes de eso habían precios como el del aluminio que había subido, así como la luz, y ahora vienen los carburantes, que en la última semana han subido un 15 o 20%. Eso lo notas en los proyectos, por ejemplo con retrasos por la falta de material, o la subida del presupuesto, cosa que hace que algunas empresas ya no quieran hacer las cosas. Porque ellos también juegan con sus precios, y dejan de hacer la obra. Antes hablábamos mucho de lo mal que estaba todo con un compañero del trabajo, y ahora mirábamos atrás y decíamos que firmaríamos por volver a lo de antes. La pandemia tampoco nos ha hecho mejores personas, sino que ha hecho que muchas carencias salgan a la luz.
Una de las cosas en las que ha incidido es el hecho de ser un pueblo pequeño, y todas las consecuencias que eso tiene. ¿Es la despoblación un problema urgente?
Hemos conseguido frenar la tendencia de despoblación. Desde que entramos teníamos una cosa muy clara, y es que queríamos que la gente volviese. Estamos en contacto con la Agencia Antidespoblación, porque llevábamos veinte años perdiendo población. De hecho a principios de siglo Gátova era más grande de Olocau y Marines, pero ahora se han invertido completamente los papeles. En 2015 nosotros teníamos 264 persones y ahora pasamos de 400. Al menos, hemos conseguido frenarla. Hicimos una campaña de empadronamiento, porque nosotros tenemos otro problema, y es que hay gente que vive en Burjassot o Bétera pero es gente del pueblo que mantiene la casa en Gátova. Esa gente sí que viene a Gátova, y se jubilan y van alternando entre las dos viviendas. Ahí hay una pequeña disfunción entre la gente real y empadronada. Estamos hablando de que en verano rondamos las 1.900 personas. Ya no pedimos que la gente nueva venga al pueblo, sino que los que sí están se empadronen. Lo que estamos intentando hacer ahora es fomentar que vengan niños al colegio, con cosas como la creación del comedor escolar. Hemos puesto actividades como fútbol sala, así como ayudas a los niños de entre 0 y 12 años. Tuvimos la duda de si ponerlo cuando tuviésemos suficientes niños para usarlo, pero ahí corres el riesgo de no acabar haciéndolo nunca.
Me recuerda un poco a la disyuntiva que tienen los pueblos del interior con el transporte público, porque a veces es difícil ofrecer buen servicio que no sea deficitario
Con el transporte es como con todo, dependiendo de si ves el vaso lleno o vacío. Yo veo medio vaso. Parece que con la nueva licitación vamos a tener autobuses los fines de semana, pero sigue siendo solo un servicio. Lo que ocurre es que a nosotros turísticamente nos interesa lo contrario de lo que existe, que venga por la mañana y vuelva por la tarde, pero dicen que la idea es que sea para que la gente del pueblo salga al hospital, etc. Pero yo pienso, ¿si tiene que subir igualmente, por qué no lleva a gente al ir? Burrocracia de nuevo. Tenemos un autobús que sube vacío. Luego, con el tema de los escolares igual, ¿no se podrían utilizar los autobuses para subir a gente? No, porque son Consellerias distintas. Increíble. Estamos intentando trabajar en la implementación de una app para la gente que se desplaza con frecuencia y quiere hacerlo con transporte público, pero es complicado.
¿Qué proyectos importantes se podrán materializar antes de terminar la legislatura?
Muchos proyectos no dependen directamente de mí, y por eso cuesta tanto. Yo confío en que la vía verde este año estará, aún estamos a tiempo de prepararlo para el verano. Otra cosa importante es intentar poner en marcha el centro cívico. En enero nos dieron una subvención, y estamos en la fase de proyecto. El plato fuerte es el polideportivo. La idea es que una de las zonas cercana a una urbanización de Gátova tenga un polideportivo, y me gustaría hacerlo en el siguiente plan de inversiones. El problema es el terreno, porque tiene que pasar de agrícola a dotacional yo no puedo actuar allí. La Conselleria tiene que pronunciarse. Los huertos están ya comprados, y con los que no estaban de acuerdo el juez tiene que decidir si se expropian. La vía verde conectará con esta zona y el municipio. Es el proyecto más ambicioso, aunque no creo que lleguemos. Lo que vamos a intentar es dejarlo todo atado para que después esté todo engrasado y vaya adelante. Cuatro años parecen muchos, pero para algunas cosas no son suficientes.
¿Aún no hay personas pensadas que puedan ocupar el puesto de alcaldía?
No. He hablado con mucha gente, y he ofrecido mi apoyo a quien lo necesite. Puede que yo siga estando, pero en otros puestos. La gente tiene que dar el paso. El problema con ciertas cosas es que el listón está alto, y no es fácil venir después. Hay que replantearse el Ayuntamiento, y hemos demostrado que se pueden hacer las cosas de otra forma. Hemos dado mucho tiempo de nuestras familias al pueblo y si quieres hacer cosas necesitas tiempo. Yo espero que quien venga tenga ganas de trabajar por el pueblo y no por él mismo, y para eso tendrá mi apoyo, ya sea desde fuera o desde dentro, si esa persona me lo pide.
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