Mariano. Gallego. Exministro, ex presidente de la diputación de Pontevedra. Número uno de su promoción en la oposición para Registrador de la Propiedad.
Normalmente se le achacan muchos fallos: que no tiene carisma, que no tiene presencia, que es líder de un partido que no le quiere…quien sabe. Quizá todo eso sea cierto.
Dada la experiencia que tenemos sabemos que todos los partidos tienen diversas líneas de pensamiento y más aún el PP que aglutina muchas ramas ideológicas; también sabemos que cuando se le acusa de no tener presencia, esto es dicho por los medios de comunicación que no se hacen eco de las más de setecientas propuestas y enmiendas presentadas por el Grupo Popular sobre temas económicos. El carisma. Aznar decían que no tenia carisma. ¿Es Zapatero un líder carismático? Yo creo que sí. Carisma tiene. Es lo único que tiene.
Rajoy engloba otro tipo de virtudes, convenientemente machacadas por los contrarios, tales como la sobriedad, el trabajo, la seriedad, la disciplina, el esfuerzo. Todo eso que los enchufados del otro lado convierten en parodia y sarcasmo porque les conviene. Quizá necesitemos a un líder no sobrio, que no trabaja, que no es serio, indisciplinado y que no predica con el esfuerzo. Más o menos lo que ya tenemos en el Consejo de Ministros.
Rajoy , como político, está mucho más preparado que Zapatero para ser presidente, de hecho, sería mucho mejor presidente que jefe de la oposición. Un jefe de la oposición ha de tener algo más de mala leche, algo más de contundencia, pero, para qué ser contundente si tienes tu retranca gallega, esa fina ironía.
A Rajoy se le encargó la defensa de la actuación del Prestige en el Parlamento, defensa que hizo con más que solvencia. Por cierto, caso archivado en los tribunales. Pero eso qué más da, las pancartas, los enchufados del Nunca Mais, las pegatinas, los actores de medio pelo, hicieron su faena. Hoy desaparecidos, por cierto.
De vez en cuando, aunque sea a través del facebook o del youtube, la gente tiene acceso a actuaciones espectaculares de Rajoy como la del Congreso de Diputados del Miercoles donde se habló del tema de los controladores aéreos. Rajoy salió a la palestra y dijo :"El ministro de fomento es un inutil total, con dosis importante de cara dura, porque siempre encuentra una escusa para asumir sus responsabilidades” – la bancada del PSOE empezó a protestar y a patalear. Rajoy guarda silencio y prosigue diciendo que estos epítetos no se los dice a Blanco, los dijo Pérez Rubalcaba al , entonces Ministro de Fomento del PP, por unos retrasos en el aeropuerto de Madrid.
O sea que Rajoy no insulta a Blanco, lo hace Rubalcaba. Magistral la lección de oratoria. Aunque sólo sea eso. ¿Y las caras? Blanco arqueando cejas como sorprendido, Rubalcaba arquea cejas y mira un instante hacia arriba e izquierda como queriendo recordar algo y luego cara de circunstancias. Rajoy, cuerpo erguido, barbilla hacia afuera, intenta ocultar la sonrisa pero está orgulloso. Ha dado un zass en toda la boca al Gobierno.
Rajoy tiene en contra muchas cosas, cierto. Tiene en frente a un Gobierno hábil en cortinas de humo, en desviar la atención. Ha de defender a un partido que se le ataca desde hace meses con casi nada claro, pero con el argumentario de que “algo hay seguro” pero sin la posibilidad de defenderse.
Tiene en contra un país difícil de gobernar por su idiosincrasia, por su estructura, por su forma de ser. Una forma de ser que se centra más en las apariencias, en lo que se aparenta que en lo que se es.
Rajoy es un buen candidato para el PP. Será un buen presidente para España y le tocará tomar medidas difíciles porque aún hay quien cree que de esta crisis se va a salir en BMW. No señor, se va a salir en un Dos Caballos. O en bici. O andando.
Si comparamos los a los dos candidatos, Mariano tiene mucha más talla política que Jose Luís, lo que ocurre es que Zetape, tiene mucho mejor aparato de márketing que Mariano, y así nos lo cuelan.
Rajoy ha tenido al enemigo dentro; un sector ideológico-periodístico que le ha tachado de ser un blandengue, hasta el otro sector que le decía ser un facha. Esto último no debe preocuparle, a tenor de cómo se usa la palabra el 90% de la población española es facha, lo ha sido o lo va a ser en las próximas veinticuatro horas. Rajoy es moderado y así ha de ser su campaña, moderado pero firme, que las dos cosas son perfectamente compatibles. Y a demás, serio, lo suficiente como para no quedarse sentado ante la bandera de un país amigo, aliado y Primo de Zumosol, lo suficiente como para no llamar fracasada a la presidenta del país que es el futuro de Europa. Lo suficiente como para no poner en duda la esencia propia del país que diriges.
Por eso me gusta la intervención de Rajoy, porque le ha dado al Gobierno de Zapatero duro pero con elegancia ; porque le ha coronado definitivamente como alternativa creíble por todos; porque ha dado otra lección de cómo decir las cosas con elegancia; porque ha hecho que se viera más a Blanco y Rubalcaba que al mismo presidente, cosa que ocurre en el día a día. Porque ese Mariano, erguido, está seguro y orgulloso de representar la verdadera opción política, por encima de vociferantes y gritones tertulianos y periodistas, por encima de las insidias, injurias y calumnias repetidas hasta el aburrimiento, por encima de los continuas y machaconas argumentaciones de la chupi-pandi progre.
Me gusta la intervención de Rajoy porque España necesita, por una vez en su historia ( o por segunda vez), elegir a un líder que represente sobriedad, trabajo, esfuerzo, dinamismo, modernidad , frente al fracaso del no-proyecto socialista.
Comparte la noticia
Categorías de la noticia