La alcaldesa de Paiporta, Maribel Albalat ha vivido la tragedia de la DANA tanto a nivel personal como institucional. Ahora tiene que hacer frente a la reconstrucción del municipio que se prevé larga y complicada. Nada hacía pensar que el agua del barranco del Poyo podría alcanzar esa agresividad inundando y llevándose por delante todo lo que pillaba la tarde del 29 de octubre.
Albalat recuerda los momentos más difíciles y cómo recorrió, por primera vez, el camino hacia el ayuntamiento y fue consciente de la magnitud de la tragedia. La alcaldesa afirma haber hablado con la delegada del Gobierno en la Comunitat Valenciana, Pilar Bernabé para trasladarle la situación, antes de que se cortaran las comunicaciones.
¿Dónde estaba la tarde del 29 de octubre y qué recuerda de aquel día?
Esa tarde estaba en mi casa con mi familia preparando el pleno que teníamos dos días después en el Ayuntamiento. La Policía Local estaba supervisando el río hasta que cerró los puentes por el aviso rojo de temporal, aunque aquí no estaba lloviendo. Y en poco menos de 15 minutos, una cantidad incalculable de agua desbordó el barranco llevándose a su paso coches, mobiliario urbano y lamentablemente vidas.
La fuerza y el caudal de agua llegó sin previo aviso y todos los que estábamos en nuestras casas vimos cómo se inundaba el pueblo rápidamente sin poder reaccionar. Cuando nos dimos cuenta de que el agua seguía subiendo a mucha velocidad, mi familia y yo subimos al piso de arriba y, mientras, hablé con la delegada del Gobierno, Pilar Bernabé (miembro del CECOPI) y le avisé de que en Paiporta nos estábamos ahogando. Poco después, todos los vecinos y vecinas de Paiporta nos quedamos sin luz ni cobertura y sin posibilidad de salir de nuestras casas.
¿Cuál fue la primera reacción que tuvo al ser consciente de la envergadura de la riada?
Cuando pude salir de mi casa lo primero que comprobé es que el pueblo entero estaba lleno de coches y escombros apilados que taponaban calles y puertas de viviendas. Durante toda la noche estuvimos aislados, sin luz ni cobertura en los móviles. Al amanecer, el primer teniente de alcaldía vino a buscarme andando y juntos nos dirigimos al Ayuntamiento para ver hasta qué punto nos habíamos quedado aislados y cuál era el alcance de los daños.
Ese fue el camino más terrorífico de mi vida porque comprobé que todo el municipio había sido devastado y que era muy posible que hubiera muerto mucha gente. Al llegar al ayuntamiento comprobamos que el edificio también se había inundado y que el acceso era imposible. Lo mismo había pasado con todos los bajos de Paiporta y todos los edificios municipales, incluido el retén de la Policía y la Guardia Civil. Estábamos completamente aislados y entendimos que la prioridad era hacer un llamamiento de ayuda y que el agua y los primeros auxilios llegaran cuanto antes a toda la población.
"Los Ayuntamientos también somos víctimas de la DANA y no tenemos capacidad suficiente para afrontar solos esta catástrofe"
En el municipio, ¿se era consciente de la posibilidad de que en algún momento se podría desbordar el barranco?
Nuestro barranco es muy ancho y siempre está limpio. Tenemos programas de limpieza estacional y una vigilancia constante. Paiporta, como otros muchos pueblos, se considera una zona inundable, pero la posibilidad de que un “tsunami” sin previo aviso llegara no entraba dentro de nuestras previsiones ni de las de la Generalitat.
A día de hoy somos muchos los que nos preguntamos cómo pudieron llegar más de 3.000 metros cuadrados de agua cuando la previsión era de poco más de 200 y qué pasó para que viniera en tan poco tiempo y con tanta fuerza hasta un municipio en el que esa tarde prácticamente no llovió.
¿Cree que los vecinos están siendo demasiado críticos con los alcaldes, (en los que la incluyo), ante esta tragedia?
Creo que la población de los municipios afectados ha vivido una catástrofe sin precedentes y que eso crea un trauma y una herida colectiva muy difícil de sanar. Todas y todos seguimos en estado de shock porque ni los propios servicios de emergencias han podido dar respuesta a todas las necesidades de la ciudadanía a la velocidad que lo necesitamos.
Para la ciudadanía, su ayuntamiento es la institución más cercana y la que da respuesta a sus problemas diarios y por eso creo que recae sobre los alcaldes y las alcaldesas la crítica. Pero las responsabilidades de la gestión de la emergencia se depurarán en los juzgados y mientras los ayuntamientos tenemos que estar muy presentes para recoger todas las necesidades, quejas y demandas de nuestras poblaciones.
Somos la primera línea de atención ciudadana y ahí vamos a estar, aunque no siempre sea nuestra competencia. El servicio público está para ayudar a los vecinos y vecinas en todo lo que puedan. Sin embargo, no voy a parar de reivindicar más recursos y ayuda porque los Ayuntamientos también somos víctimas de la DANA y no tenemos capacidad suficiente para afrontar solos esta catástrofe.
¿Se sintió en algún momento desamparada respecto a las instituciones?
Al igual que la ciudadanía, los alcaldes y las alcaldesas hemos echado de menos más coordinación por parte de las instituciones supramunicipales. En una catástrofe de estas dimensiones ninguna administración local está preparada para afrontar un nivel de respuesta suficiente y siempre hemos reclamado más recursos, más celeridad y más implicaciones por parte de la Generalitat.
El nivel decretado por parte de Generalitat le hace responsable de la gestión de la emergencia, sin embargo, los Ayuntamientos y los voluntarios y voluntarias hemos asumido muchas gestiones, ayudas y responsabilidades que no nos correspondían.
"Es muy importante recuperar todos los servicios públicos al 100% y tenemos muy presente que la reconstrucción tiene que estar adaptada a las nuevas circunstancias"
Ante tantos gestos de solidaridad, ¿fue complicado gestionar las donaciones que llegaban al municipio?
Por suerte hemos tenido la ayuda de miles de efectivos de la UME y el Ejército, además de varias ONG que han asumido parte de estas tareas en coordinación con el Ayuntamiento y las diferentes asociaciones de voluntarios. Pero ha sido muy complicado para los trabajadores del ayuntamiento asumir tareas para las que no tenían una preparación previa.
Hemos dado el 200% para que los centros de reparto de alimentos y productos de primera necesidad estuvieran bien abastecidos en todo momento y las donaciones llegaran a la población. Comenzamos por utilizar algunos centros educativos que, aunque afectados, pudieron acondicionarse y cuando pudimos habilitar varios centros municipales comenzaron las tareas de limpieza de estos centros para que pudieran empezar las clases.
A día de hoy ya estamos recuperando los espacios públicos y rehabilitando poco a poco algunos de nuestros edificios, por lo que tenemos la ayuda de entidades, voluntarios y brigadas que han recogido el testigo de esta tardea y a las que les seguimos haciendo llegar alimentos, agua y productos de primera necesidad.
Usted, junto a las alcaldesas de Benetússer y Catarroja, ha luchado mucho para que se escuchara su voz en el Cecopi, ¿cree que sus esfuerzos han servido para algo?
Desde el principio hemos reivindicado la necesidad de que los municipios tuvieran una representación en el CECOPI. Tardamos más de dos meses en que nos permitieran asistir a las reuniones y fue sólo después de presentarnos allí por sorpresa para exigirlo en persona. A día de hoy podemos asistir y comunicar nuestras necesidades, pero no tenemos ningún poder de decisión sobre las prioridades de actuación. Los municipios necesitamos más coordinación, más recursos y más celeridad por parte dela dirección de la Emergencia.
Los vecinos la acusan de cerrar los puntos de reparto, ¿son todavía necesarios?
Los puntos de reparto han ido cambiando con el fin de recuperar espacios públicos muy necesarios y empezar con la reconstrucción. Pero Paiporta nunca se ha quedado sin puntos de reparto. A día de hoy, la ayuda necesaria se canaliza de forma coordinada entre el Ayuntamiento y el tercer sector, entidades privadas y las Brigadas de Voluntarios.
Además, nos encontramos en una fase en la que las familias más vulnerables necesitan un seguimiento más profesional y una ayuda más individualizada que les llega directamente de Servicios Sociales Municipales a través de nuestro departamento de Bienestar Social y el programa de “Menjar a casa”.
¿En qué nivel de recuperación se encuentra Paiporta?, ¿qué queda todavía por hacer?
Paiporta sigue todavía en Nivel 2 de emergencia. Hemos despejado calles, el alumnado ya está asistiendo a clase y se han recuperado parte de algunos servicios públicos. Han abierto el 30% de los comercios y estamos recuperando poco a poco todo el funcionamiento del alcantarillado. Pero en Paiporta todas las viviendas bajas están afectadas y todas esas familias aún no han vuelto a la normalidad.
Además, hay muchos negocios y empresas que no podrán reabrir y los hace falta una intervención completa de las infraestructuras de los polígonos, todos los edificios municipales, dos colegios y un instituto, la construcción de la pasarela y la rehabilitación de los puentes.
¿Cómo afronta Paiporta la reconstrucción?
Con responsabilidad y fuerza para salir adelante. Sabemos que queda muchísimo trabajo por hacer, pero tenemos el compromiso del Estado para cubrir los gastos de la reconstrucción de infraestructuras públicas y edificios municipales. Es muy importante recuperar todos los servicios públicos al 100% y, desde el equipo de Gobierno tenemos muy presente que la reconstrucción tiene que estar adaptada a las nuevas circunstancias y con un plan innovador, adaptado e integral de prevención. Lamentablemente nunca podremos cerrar del todo ésta herida porque se han perdido vidas. Paiporta es un pueblo solidario y fuerte.
¿Cómo le ha afacetado a nivel personal esta tragedia?
En eso creo que todos los afectados coincidimos. A nivel personal es lo más duro que he vivido y nunca olvidaré la fortaleza y solidaridad que he visto en la ciudadanía, trabajadores públicos municipales, policía local y todos los servicios de emergencias que han pasado por aquí y los miles de voluntarios y voluntarias que han llegado de todas partes del mundo. En un momento como éste ves lo mejor y lo peor de ti misma y de todo tu alrededor y estos meses han sido, y están siendo, meses de descubrimiento y aprendizaje.