Una niña ucraniana abraza a su perro en un centro de refugiados de Polonia./EPDA Más de 120 clínicas veterinarias han ofrecido sus servicios de forma
altruista para atender el trabajo de identificación y control sanitario
de los animales que, en muchas ocasiones, acompañan a los refugiados de
Ucrania que llegan a la
Comunitat Valenciana.
Esos trabajos incluyen la identificación y alta en el Registro de animales (
RIVIA),
vacunación y prueba serológica, desparasitación y documentación, según
han informado los colegios provinciales de veterinarios
Icoval (Alicante),
ICOVV (Valencia) y
COVCS (Castellón) y el Consell
Valencià de Col·
legis Veterinaris (CVCV).
Los
colegios asumen el coste de todos estos materiales, pero alertan a las
autoridades, en concreto el de Alicante, sobre las dificultades que
podrían darse a corto plazo, dado que muchos albergues y hoteles donde
se están alojando a los refugiados no aceptan animales y las protectoras
están saturadas.
La cantidad de perros y gatos dados de alta y
tratados, de seguir el ritmo actual, podría dispararse en las próximas
semanas, de ahí que hayan organizado esta red de centros colaboradores
y, ante la ausencia de ayudas por parte de las administraciones,
financiar el coste económico del proceso.
De momento, hay más
clínicas que han querido solidarizarse que animales registrados, pero
eso evidencia que la reacción de los veterinarios valencianos ante la
crisis humanitaria por la guerra en Ucrania ha sido "sobresaliente",
según ha destacado la presidenta del CVCV, Inmaculada Ibor.
El
CVCV asegura que la vigilancia sobre la entrada de esos animales es
crucial para asegurar la salud pública, primero porque han de ser
desparasitados y tratados frente al
Echicoccoccus multilocularis,
que es endémico de Ucrania, pero cuya presencia no se ha constatado en
España y que puede llegar a producir la enfermedad conocida como
hidatidosis, una zoonosis que podría afectar al hombre.
En
segundo lugar, por la amenaza que supone la rabia, en tanto Ucrania es
el único país de Europa donde este virus sigue muy extendido entre
animales y personas. Anualmente, hay unos 1.600 casos de rabia en
animales en aquel país.
"Los veterinarios ya hemos demostrado
nuestra solidaridad, pero las clínicas no pueden hacerse cargo ni de la
estancia ni de su atención permanente, por lo que se impone la actuación
de la Administración antes de que la situación nos desborde a todos",
asegura el presidente de
Icoval, Gonzalo Moreno del Val.
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