Miguel Bailach. EPDA Tras una pandemia como lo que estamos viviendo todos hemos de poner de nuestra parte, pero en Massamagrell unos ponemos más que otros. Y es que nuestros vecinos, los comercios, las pequeñas empresas, los autónomos, necesitan ayuda y el gobierno socialista de nuestro ayuntamiento sigue llegando tarde. La Pandemia comenzó en marzo y estamos acabando octubre. En mayo ya se le advirtió que íbamos tarde y a la vista está, el 90% de los municipios de Horta Nord tiene medidas para paliar esta crisis entre sus vecinos y aquí solo tenemos fotos.
Si se creó la comisión del COVID-19 para la puesta en marcha de medidas para paliar la crisis fue gracias a la iniciativa del PP con el apoyo de todos los grupos. Una comisión que tras reunirse dos veces en junio no lo volvió a hacer hasta la semana pasada, mitad de octubre, y eso que nosotros la pedimos en septiembre. Pero no la pedimos para vernos las caras, la pedimos primero para que se nos informase de las medidas que se estaban tomando sin que se nos informase al resto de grupos políticos (medidas en algunos casos contradictorias), y sobre todo la pedimos para hacer algo por nuestros vecinos, para tomar medidas, para aprobar ayudas, para dar soluciones... y eso de nuevo se retrasa día a día, semana a semana, mes a mes, ante la incapacidad de los socialistas de Massamagrell. Ya le dijimos en su día a Gómez que llegaba tarde, ya le dijimos que eran insuficientes, ya le dijimos que muchos otros ayuntamientos las están aplicando... y aquí seguimos sin poner en marcha lo que los ciudadanos están demandando de nosotros: ayuda.
Y esa es su responsabilidad, sólo suya. Pero el tiempo nos demuestra que o es incapaz o que no le preocupa, y en cualquier caso no merece el puesto que ocupa.
Para llevar a cabo estas medidas y muchas otras inversiones, contó con el apoyo y en su caso la abstención del Grupo Popular en las modificaciones presupuestarias que nos presentó este verano, también muy tarde. Y aunque habían motivos de sobra, incluso legales como informes en contra del interventor, para votar en contra de esas modificaciones presupuestarias, o como mínimo pedir su retirada, por el bien de nuestros vecinos facilitamos su aprobación en algún casos cerrando los ojos, tapándonos los oídos y no abriendo la boca. Porque la gente necesitada no lo entendería, porque esa misma gente estaban (y están) por encima de discrepancias políticas o de informes de reparos, y porque había que ayudarlos como fuese, y también porque retrasar aún más esta aprobación de medidas suponía no llegar a poner estas ayudas en marcha. Pero a dos meses para acabar este fatídico año, seguimos sin aprobar medidas, sin hacer las inversiones que se había negociado con el resto de partidos políticos, y no sólo el alcalde va a perder la consignación económica de este dinero, si no lo que es peor, ha perdido cualquier atisbo de confianza en él por nuestra parte para un futuro próximo. Y lo que más me molesta no es que nos engañe una vez más a nosotros, sino que ha engañado a las personas que más necesitan de protección y ayudas en estos momentos difíciles debido a la crisis social y económica por culpa de la actual pandemia, ese crédito también se le ha acabado. Y de eso si es culpable, porque nosotros cumplimos, y él no lo ha hecho.
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